Entre el 16 y el 26 de febrero, la 73ª Berlinale despliega una programación tan característica como la ciudad que la acoge. Si cada festival tiene su propia personalidad (algunos más que otros), en el caso de Berlín podemos hablar de una selección con poquísimas concesiones y una voluntad cada vez mayor de arriesgar. Si no es así, para qué sirve un festival, si no es para dar pantalla a la vanguardia y a las tendencias que acabarán cambiando el cine para siempre.
El jurado internacional de la presente edición, presidido por Kristen Stewart, está compuesto por Carla Simón, que vuelve al festival que la consagró hace un año premiando a Alcarràs con el Oso de oro; la actriz iraní afincada en Francia Golshifteh Farahani, inolvidable en A propósito de Elly o Paterson; la directora alemana Valeska Grisebach (Western, 2017); el rumano Radu Jude, uno de nuestros directores imprescindibles y otro triunfador en este festival, cuyo Un polvo desafortunado o porno loco marcó aún más esa peculiaridad de la que hablábamos al principio y que concedió también un Oso de oro a este miembro del jurado en 2021; la productora y directora de casting estadounidense Francine Maisler (12 años de esclavitud, Marriage Story) y el director hongkonés Johnnie To (Election).
El certamen dirigido por Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian tendrá este año un acento hispano que recorre diferentes secciones y en todas ellas podremos hallar esas sorpresas que compensan tanto el frío como el riesgo asumido a la hora de elegir entre una oferta a veces abrumadora. Como afirma la directora ejecutiva del certamen, el público de este festival es particularmente curioso y abierto a nuevas propuestas e intercambio de ideas, así que el festín está servido.
Sin embargo, los grandes nombres que presentarán sus películas en Berlín tampoco pueden faltar y entre ellos sobresale el de Steven Spielberg, el director que renovó el lenguaje cinematográfico, el joven prodigio que rodó Duel, y reventó el cine de género, haciéndonos creer que ya no era posible volver atrás. El Festival programa una retrospectiva del director y el martes 21 le entregará un Oso de oro honorífico en una ceremonia que incluye la proyección de Los Fabelman en el Berlinale Palast.
La Sección oficial proyectará 19 películas, tanto de ficción como de animación y documental, algunas de ellas opera prima, como Disco Boy, de Giacomo Abbruzzese, protagonizada por Franz Rogowski, el carismático actor fetiche de Christian Petzold, que también tiene película en esta sección: Roter Himmel, una tragicomedia sobre un grupo de amigos veraneando en la costa del Báltico. Entre los consagrados, está también la directora Margarette Von Trotta, quien estrena Ingeborg Bachmann-Journey into the Desert, otra incursión en las biografías femeninas, esta vez sobre la escritora y su relación con Max Frisch en 1958.
La directora española Estíbaliz Urresola Solaguren con su 20.000 especies de abejas se batirá también en Sección oficial con dos filmes chinos, el de animación Art College 1994, de Liu Jian —que no será el único de ese género, ya que también se seleccionó Suzume de Makoto Shinkai—, y The Shadowless Tower, de Zhang Lu. El romanticismo, la sensualidad y el verano, con el trasfondo de la reunificación alemana, llegarán con Someday We’ll Teach Each Other Everything, de Emily Atef, mientras que la coreana Celine Song con Past Lives narra otra historia de amor y permanencia que traspasa el tiempo y el espacio, mientras Christoph Hochhäusler dirige Till the End of the Night, una policíaca que conjuga género y autoría, y donde un infiltrado entre traficantes de droga encuentra el amor en el trabajo.
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Con un reparto que incluye a Jesse Eisenberg y Adrien Brody, veremos Manodrome, de John Trengove, una reflexión sobre la masculinidad y la pérdida de contacto con la realidad de su protagonista al entrar en una secta que le ofrece respuestas a su crisis personal. Por otra parte, el género documental está representado en la competición por la película canadiense BlackBerry, de Matt Johnson, adaptando el bestseller Losing the Signal, que narra la historia del fulgurante éxito y no menos estrepitoso fracaso del primer smartphone de la historia, así como por On the Adamant, de Nicolas Philibert, sobre el peculiar centro de día flotante que, en el corazón de París, acoge a adultos con desórdenes mentales.
Además de Philippe Garrel con The Plough, interpretada por sus propios hijos, Angela Schanelec también compite con Music, revisitando el mito de Edipo, así como otro filme rodado en español y uno en portugués, los de la mejicana Lila Avilés Tótem, una intimista coproducción de Méjico, Dinamarca y Francia, y el de Joao Canijo, Bad Living, un drama protagonizado por cinco mujeres que regentan un hotel.
Es de destacar la presencia de dos filmes australianos a competición, que exploran la cuestión First Nation con sesgo femenino, ya sea en clave thriller como es el caso de Limbo de Ivan Sen, sobre la reapertura de un caso de asesinato de una mujer aborigen hace 20 años, o con un estilo más imaginativo, en The Survival of Kindness, en torno a una mujer negra, abandonada en una jaula en medio del desierto, quien no pierde la esperanza, pese a todo.
El festival se inaugura con She Came to Me, de Rebecca Miller, una directora que no acaba de redondear ninguna de sus obras. En este caso, ha contado con Peter Dinklage, Marisa Tomei y Anne Hathaway para acompañarla en el empeño. La sección Berlinale Special también acoge la polémica Golda, de Guy Nattiv, a la que la crítica woke lanzó un ataque preventivo a causa de no haber contado con una actriz judía, en lugar de Helen Mirren, para interpretar a la legendaria mandataria de Israel. El recital interpretativo de la Berlinale no podrá obviar a John Malkovich, que en Seneca encarna al filósofo, enfrentado a la tiranía.
Esperamos con interés el estreno de Infinity Pool, el segundo largometraje de Brandon Cronenberg, el retoño de David, y prevemos que no nos sorprenderá Superpower, el documental de Sean Penn y Aaron Kaufman, a quienes sorprendió la invasión de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, mientras rodaban en Kiev y nos lo cuentan en su película. Otros dos documentales biopic en la sección son Love to Love You, Donna Sumer, de Roger Ross Williams y Brooklyn Sudano y Laggiù qualcuno mi ama de Mario Martone, quien edita documentos inéditos sobre el actor prematuramente fallecido Massimo Troisi, explorando su trabajo y personalidad.
La sección Berlinale Series estrenará diversas producciones, entre las que destacan la serie firmada por Adina Sadeanu, titulada Spy/Master, con una trama de espionaje ambientada en 1978, donde se entrecruzan la CIA, la Securitate, la KGB y la Stasi, así como dos series nórdicas, la noruega The Architect (Kerren Lumer-Klabbers) donde la sátira sirve para la crítica social, a raíz de una idea sorprendente para resolver la crisis de la vivienda, o las historias de internado femenino de la australiana Bad Behaviour, de Corrie Chen.
Por su parte, la sección Encuentros presenta 16 títulos, entre los que destaca Samsara, una historia de reencarnación de Lois Patiño, rodada en Laos; el documental The Walls of Bergamo, de Stefano Savona, sobre el epicentro de la pandemia de la COVID-19, y la reflexión sobre la raíz de todos los cuerpos no binarios, a través de una figura simbólica del cine y la literatura, Orlando, My Political Biography, firmada por Paul B. Preciado.
A través de las películas seleccionadas en la sección Panorama, tendremos la ocasión de pasear por la vida nocturna del Berlín queer, los clubes techno de París en The Beast in the Jungle (Patric Chiha) con Anaïs Demoustier, Drifter (Hannes Hirsch) o After (Anthony Lapia), la brutalidad del patriarcado en Yemen (The Burdened, de Amr Gamal), los métodos de la propaganda rusa o la violencia en Siria (Under the Sky of Damascus, Heba Khaled, Talal Derki, Ali Wajeeh).
En esta sección también se proyectarán Inside, la opera prima de Vasilis Katsoupis, protagonizada en un solo por Willem Dafoe, y la muy esperada Matria, de Álvaro Gago, un vibrante retrato de Ramona, una pescadora gallega. Ira Sachs estará presente en la Berlinale con Passages, protagonizada también por Franz Rogowski, que está en el festival por partida doble, así como por Adèle Exarchopoulos y Ben Whishaw. La figura de Elizabeth emperatriz de Austria sigue fascinando en la ficción y, tras la serie y la película de Maria Kreutz, llega Sisi and I, de Frauke Finsterwalder, una coproducción entre Suiza, Alemania y Austria, la enésima reinterpretación del, ya, mito de Sissy, esta vez enfocado en su relación con su dama de compañía, la condesa von Sztáray.
El resto de secciones (Retrospectiva, Forum y Forum Expanded, Generation, Perspektive Deutsches Kino y Berlinale Classics) así como la inaugurada en 2010, Berlinale Goes Kiez, que reconoce el enorme papel de los cines arthouse en fomento de la cultura cinematográfica, nos prometen descubrimientos y muchos más motivos para amar el cine y seguir fieles a nuestra cita anual en el, cada vez más cálido, febrero berlinés.
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