La fille inconnue de los hermanos Dardenne y After the Storm de Koreeda, han demostrado corrección sin evolución.
Presentada en sección oficial a competición, La fille inconnue es un nuevo (pero viejo) drama de los directores belgas, que siguen haciendo sufrir a sus protagonistas y angustiando a los espectadores. Jenny Davin (Adèle Haenel) es una doctora de gran vocación, sacrificada por sus pacientes, humilde y preocupada por el aprendizaje de su estudiante en prácticas (Julien) y servicial con los enfermos que necesitan una atención sociosanitaria además de sus cuidados. Los ejemplos de su relación con quienes acuden a su consulta son una sucesión de encuentros adustos pero cordiales, donde la joven demuestra conocer las circunstancias de todos ellos e implicarse en su bienestar. Jennie renuncia a un puesto de trabajo más prestigioso, se esfuerza por que Julien no abandone sus estudios y así, secuencia a secuencia, aparece el retrato de una mujer íntegra y vocacional.
El drama que reservan los hermanos Dardenne a Jenny es un desafío a su propia personalidad, haciéndola que dude de su comportamiento, por haber omitido el auxilio a una mujer que llamó a la consulta después del cierre. La desesperada visita acabó asesinada a pocos metros, indocumentada y sin pistas de su agresor. La culpabilidad hace mella en la joven doctora y se esfuerza en la investigación del caso y la identificación de la fallecida. Lejos del thriller policiaco, lo de los belgas es mucho más desasosegante, a la supuesta angustia derivada de la traición a sus principios, se suma la aspereza de la tensión sostenida, la crispación subyacente y la seca descripción de Jenny por sus actos, o mejor dicho, por sus padecimientos. Rosetta, Lorna, Sandra, son víctimas en serie que se definen por su lucha, y Jenny no lo es menos. El crescendo de la trama, los cabos que se van atando y su resolución, pueden parecernos ingenuos y lo son, pero el esquematismo es compensado siempre por la veracidad.
El título hace referencia a la chica agredida, pero también podría tratarse de la doctora de quien nada sabemos, no tiene vida privada ni más información que sea ajena a su trabajo. Podemos creer que ya habíamos visto antes La fille inconnue en cualquiera de las chicas Dardenne y tendríamos razón, porque Jean-Pierre y Luc, al igual que Ken Loach o Brillante Mendoza (por citar dos cineastas representados en el festival) se han retirado al panteón de los inmutables, los que lo han dicho todo, sin evolución ni sorpresas, filmando con una caligrafía perfecta a base de repetición.
En la línea dorayaki a que nos tiene acostumbrados, sobre todo desde Milagro, el antaño sorprendente Hirokazu Koreeda, ha presentado la película After the Storm, protagonizada por Hiroshi Abe (Still Walking) y Kirin Kiki (Una pastelería en Tokio), interpretando a madre e hijo. La amabilidad y buenrollismo de las historias familiares que nos narra con potente presencia de niños y ancianos, también empapa este film. La anciana tiene aquí la responsabilidad de aportar un irónico sentido del humor que enlaza comentarios, situaciones y mímica, un chute de ternura, a pesar de su práctica visión de la vida, el matrimonio y la vejez. Su hijo Ryota, un escritor frustado que tuvo un arranque prometedor es un irresponsable en el trabajo y la paternidad, jugador, inestable y tramposo, un calco de su fallecido padre, como no deja de recordarle su madre, cuya vida ha resurgido a partir de la viudedad. Sin embargo, resulta chocante que sea ella la cómplice del hijo para recuperar a su exmujer, aprovechando una noche en que el tifón arrecia y deben dormir bajo el mismo techo.
La temática, el tratamiento y la realización merecen que el director solicite formalmente entrar en el retiro de los directores que no arriesgan más allá de la zona de confort (y el tedio). A pesar de lo interesante de los conflictos que plantea Hirokazu Koreeda, como las nuevas familias, los roles, los valores, la tradición…, su actitud es cada vez más ramplona y edulcorada sin dejar lugar a la transgresión o al aporte de puntos de vista originales. Lamentablemente, nuestra lista de directores zombi en este 69 Festival de Cannes va en aumento.
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