Lo mejor del día, Eden, de Mia Hansen-Løve, Carlos Vermut nos vuelve a perturbar/turbar con Magical Girl y el canadiense Maxime Giroux nos deja la melancólica Felix et Meira.
Felix et Meira, película canadiense, dirigida por Maxime Giroux continúa sumergiéndonos en los amores contrariados, en la esperanza de que los nuevos traigan un vida mejor. El encuentro entre un hombre desheredado por su padre rico y una joven judía jasídica que languidece en un hogar gris, donde las reglas tienen más peso que la felicidad y el libre albedrío, derivan en citas clandestinas, llenas de ternura, que transmiten a Meira la fuerza para decidir sobre sí misma y el rumbo que desea tomar en el futuro.
La parquedad de la escritura de Giroux, el uso de la dirección artística y unos diálogos de gran economía otorgan personalidad al film, en el que también se huye de los estereotipos y de las fáciles condenas de las actitudes intolerantes (que, al final, no lo son tanto, lo que engrandece el film). La morosidad de la narración y la escasa información sobre los protagonistas resta potencial, aunque la elección de su director es totalmente coherente con su propuesta.
La gran esperada ha llegado a San Sebastián, Mia Hansen-Løve presentó Eden, estrenada en el reciente festival de Toronto, y cumplió las expectativas. Con un amplio reparto que encabeza Félix de Givry (Después de mayo) y que incluye un cameo de Greta Gerwig, la historia de un joven Dj que abarca casi dos décadas, desde los noventa, recorre toda la escena nocturna parisina, la ascensión profesional, el estancamiento y el descenso personal. La directora sigue a Paul desde sus primeras raves hasta su éxito pinchando “garage” con su grupo “Cheers”.
La falta de evolución de la propuesta artística musical y la incapacidad de madurar se unen en el personaje principal, factores de lenta destrucción que unidos al uso de las drogas le llevan a tocar fondo, al final del film. Hansen-Løve muestra el paralelismo de la música de otro tiempo con el “peterpanismo” de Paul, una historia que conoce bien por haberse basado en la biografía de su hermano Sven, coguionista de Eden y coach de los jóvenes intérpretes de la película, que deben vivir en la ficción una época que les es ajena.
La directora de Le père de mes enfants describe con objetividad y sin juzgar la vida al minuto de sus personajes, el consumo de drogas (tuvo problemas con la financiación por no mostrar su faceta sórdida sino su uso integrado), los sucesivos fracasos amorosos… dejando que la propia música sea la narradora en una de las películas menos anecdóticas de su carrera. Melancolía y euforia, los dos polos de la emoción, son el leit motiv de una película bella e intensa.
El cine español ha vuelto al festival con Carlos Vermut y su película Magic girl, estrenada recientemente en Toronto. José Sacristán, Bárbara Lennie, Luis Bermejo y Lucía Pollán dan vida a un guion trabajado obsesivamente, con las mismas premisas de su primer largometraje, Diamond Flash. Vermut traza una historia de amor y violencia, sentimientos y acciones perfectamente compatibles en una misma persona, dependiendo de situaciones y formas de interactuar con la realidad. La reflexión sobre qué es la maldad, si esta existe o es una pura reacción ante una circunstancia concreta, extemporánea como un grito de dolor o un gesto de supervivencia se despliega mediante un eje argumental prodigiosamente original, sorprendente, inesperado y llevado, en ocasiones, hasta el absurdo.
Todas las crónicas del 62 Festival de San Sebastián, aquí.
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