La crisis de la COVID-19 ha tenido un efecto severo en todas las divisiones de la producción audiovisual. La escasez de género empieza a ser preocupante en las remesas recibidas en las últimas semanas. Un corte en el riego de suministro que no han podido sortear ni las grandes plataformas. Con la vista puesta en el verano de la incertidumbre, y de la consolidación del cocooning, nos lanzamos a bucear en los catálogos de series de las principales proveedoras de ficción con tal de sonsacar las producciones que aliviarán las horas más duras de la canícula.
Perry Mason (HBO)
El reboot de Perry Mason está siendo una de las sorpresas gratas de la temporada de series estival. HBO ha conseguido inocular su insignia de televisión gourmet y adulta al mítico abogado e investigador privado. Y lo ha logrado acercándolo hacia contornos propios del noir clásico (Chandler y Hammett) y fogonazos de hard boiled, un aroma a cine negro, sin narrativas rebuscadas, cómodas con el estereotipo y los lugares comunes, ni ligaduras nostálgicas, que ha convencido hasta a los más escépticos con la idea de revivir este personaje televisivo.
Normal People (Starzplay)
La serie fenómeno en el mercado anglosajón (GB e Irlanda) durante el periodo del confinamiento ha alcanzado tal distinción por méritos propios. La adaptación de la novela homónima de Sally Rooney —la propia autora irlandesa ha participado en la escritura del guion— se salda con una exploración cruda, emotiva y sensual de la intimidad, el amor y el sexo en tiempos modernos. La química entre sus dos protagonistas, la compleja relación de amistad y amor que mantienen, y la capacidad de todos los implicados —Lenny Abrahamson y Hettie MacDonald ayudando desde la realización— para desentrañar los módulos afectivos y sexuales más íntimos y reservados, la convierten en uno de los caballos ganadores de la temporada.
Podría destruirte (HBO)
De talento incipiente como actriz en seriales británicos reconocidos a polifacética creadora y rostro de moda —su portada en la revista New York ha sido la guinda. Michaela Coel se merece la atención recibida, y la que le vendrá, gracias a una nueva muestra rutilante de la ficción del YO en clave femenina. En su caso, para indagar en los lances sentimentales de una escritora millenial de Londres traumatizada por una noche etílica y química, en la que fue víctima de una agresión sexual.
Tal punto de no retorno le sirve para desplegar una lúcida, atrevida y sublime exploración de la sexualidad, los recovecos emocionales más soterrados, tabúes y angustias. Un talento que destaca por el desparpajo, la honestidad y la elocuencia con la que trata asuntos pocas veces explorados con este grado de sinceridad, sutileza y crudeza. Por si fuera poco, todo ello salpimentado con humor, música rabiosamente moderna y cierto retrato irónico de la juventud y su apego desmedido a la tecnología.
El colapso (FILMIN)
Timing cruel y arriesgado el que propone Filmin con esta miniserie francesa de 2019, recién incorporada a su catálogo. Ocho relatos tensos y aturdidores alrededor de la premisa de una Francia entrando en una fase de derrumbe ante la ruptura de la cadena de suministros de las necesidades básicas.
Basada en la corriente de pensamiento de la colapsología, la ficción dirigida por el colectivo Les Parasites presenta ocho situaciones extremas —y desvinculadas entre ellas—, a través de planos secuencia de 22 minutos de duración que te sumergen en la acción.
Viñetas catastróficas donde convergen la tensión, la desesperación y la deshumanización cuando la supervivencia pasa al primer plano. Lo que en 2019 podría sonar a un Apocalipsis de líneas fantasiosas, en pleno 2020 se observa casi como una distopía realista y cercana.
El asesino sin rostro (HBO)
La única entrada de no ficción de la lista de series se despliega como un True Crime más atento a la obsesión enfermiza de la escritora Michelle McNamara por dar con la identidad de “El asesino del Golden State”, un asesino y violador en serie que aterrorizó Sacramento y alrededores durante los años 70 y 80 sin dejar apenas pistas.
Este trabajo se escapa del molde gastado del subgénero del True Crime, para emanciparse como un retrato sobre McNamara y su impetuosa implicación por resolver los casos en su rol de escritora-detective. Liz Garbus imprime esa mejora propia del catálogo de HBO en esta serie documental de seis cartuchos.
Bonus Track
Lovecraft Country (HBO)
En este caso, se trata más de una suposición, una proyección estimada y esperable, porque la serie de Misha Green, donde se conjuga el universo fantástico y terror de Lovecraft con el drama racial en unos Estados Unidos bajo las leyes Jim Crow, no llegará hasta el mes de agosto. Pero sus avances y el personal implicado —producida por Jordan Peele y J.J. Abrams— hacen presagiar visionados apremiantes y posible fenómeno de la temporada veraniega.
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