Aunque los fans acérrimos de Woody Allen nos quieran hacer creer que el director neoyorquino lleva un ritmo de obra maestra al año, la realidad es otra. Desde que iniciara esa pauta loca y prolífica en los años ochenta, el director de Bananas ha entregado un buen número de películas menores, que han dado forma a una filmografía con altos y bajos; vamos, lo normal en un cineasta con una carrera tan dilatada, capaz de pulirse estrenos y rodajes a la velocidad del rayo –ojo, se acerca ya a la cincuentena de títulos y acaba de rodar una serie de TV de seis episodios.
La última película de Allen, Café Society, podría entrar en la lista de sus trabajos menos destacados. Eso sí, lo hace en el grupo de obras menores aspirantes a nota, de ahí que aparezca en esta selección de cinco filmes, en la que reivindicamos la serie B del héroe, tras Annie Hall.
Todos dicen I Love You (1996)
Ejemplo claro de trabajo menor de muchos quilates. Este homenaje al musical clásico de Hollywood y a los de Jacques Demy, casi un placer culpable, también funciona como una comedia romántica llena de encanto y generosa en retranca. Es más, nos permitió ver por primera vez cómo Edward Norton, Julia Roberts o Tim Roth se atrevían a cantar y a hacer unos pasos –torpes- de baile. Las coreografías de Todos dicen I Love You no destacaban por su dificultad y eran rematadamente kitsch, pero ojo, eso era algo buscado. Una sensación demodée y relajada, deliciosa, con una guinda final inolvidable: el baile entre Woody Allen y Goldie Hawn a la orilla del Sena.
Celebrity (1998)
La crítica se cebó en su momento, pero se trata de una de las películas más divertidas del Allen noventero, un pequeño respiro tras el experimento formal y metagenérico de la excelente Desmontando a Harry. El alter ego del neoyorquino es aquí Kenneth Branagh, un novelista frustrado en pleno divorcio que probará suerte en el periodismo de sociedad. Partiendo de esa premisa, Celebrity retrata con bastante vitriolo el mundo de la farándula y el de la pareja, ofreciendo varias escenas memorables. Por ejemplo, la secuencia en la que una prostituta, plátano mediante, enseña a Judy Davis el arte de realizar una buena felación. O todo el cortejo entre Branagh y una modelo algo excéntrica, interpretada por Charlize Theron.
Granujas de medio pelo (2000)
Otra perla menor con una característica propia: se trata de un homenaje feliz al Rufufú (1958) de Mario Monicelli. Los granujas de medio pelo del título, capitaneados por Allen y su mujer, una fantástica Tracey Ullman, abren un negocio tapadera de galletas caseras con la intención de robar un banco situado al lado de la tienda. De forma sorprendente, los dulces acaban causando sensación en Nueva York, algo que los convertirá en millonarios. La escena del cutre-robo frustrado o la presencia de un divertido Hugh Grant como marchante de arte que intenta seducir a Ullman con su encanto de clase alta, convierten la película en una de esas comedias clásicas de pequeño formato que ganan con el paso de los años.
Magia a la luz de la luna (2014)
Es una de las películas menos valoradas de la última época alleniana, pero tiene algo especial: la recuperación del espíritu de la screwball comedy clásica. La lucha de sexos tal como la veían Howard Hawks y Preston Sturges. Magia a la luz de la luna, además, presenta una de las mejores versiones de Emma Stone, que brilla como falsa médium empeñada en convencer a un escéptico Colin Firth. Dos polos opuestos, personajes de actitudes vitales antitéticas que, ironías del destino (esas que tanto gustan a Allen), acabarán enamorándose. El aire de comedia ligera, de divertimento, que desprende todo el conjunto juega en su favor. Con el paso del tiempo será valorada como merece.
Café Society (2016)
Bien, Café Society es un trabajo menor dentro de la filmografía del neoyorquino y por eso la incluimos aquí, una comedia amorosa y existencial de enredos con el Hollywood clásico de fondo. Pero ojo, es una película llena de detalles brillantes que la hacen destacar entre la serie B alleniana. Primero, la excelente fotografía de Vittorio Storaro en su primera colaboración con el director de Manhattan, algo que insufla nueva vida al estilo artesanal de Allen. Segundo, el reparto, encabezado por una luminosa Kristen Stewart, Jesse Eisenberg como trasunto de Allen y un contenido Steve Carell, y una nómina de secundarios robaescenas: Parker Posey, Ken Stott o Jeannie Berlin. Y tercero, por el tono agridulce, cargado de melancolía, que desprende la historia. El final elegante y contenido con el que concluye, se revela como uno de los mejores de la filmografía del cineasta Brooklyn.
Casandra 29 agosto, 2016 1:56 am
La única que he visto de estas muestra es Celebrity y estoy de acuerdo en que es muy divertida. La reencarnación de Allen en Kenneth Branagh es magistral. Pero la "felatio" es con Melanie Griffith.
Eva Peydró 29 agosto, 2016 8:11 pm
Hola, Casandra; Xavi Sánchez tiene razón en su post, la secuencia del atragantamiento está interpretada por Bebe Neuwirth y Judy Davis.