La versión más fogosa y carnal del house ha pervivido desde su eclosión a finales de los 80 gracias al eco que se hicieron Pet Shop Boys, The Style Council, Florence+The Machine y otros muchos renovadores de esa rama del género. Aquí trazamos parte de su historia.
Sensual, envolvente, cálido, torrencial, apasionado, algunos de esos objetivos son recurrentes pero sirven para definir el deep house, aquella rama del género surgido en Chicago a mitad de los años 80 que más se aproxima a las tonalidades del soul. De hecho, esa profundidad que sugiere su prefijo enlaza con el descarnado arrebato sentimental propio de la mejor tradición de la música negra. Y con la entrega de interpretaciones vocales para el recuerdo.
Fue a finales de los años 80 cuando la etiqueta comenzó a adquirir franca notoriedad en Europa. Y también cuando algunas de las mentes más inquietas del pop británico comenzaron a adaptar algunos de los himnos que ya se habían ido perfilando en temporadas anteriores como futuros clásicos. En este artículo abordamos, más de 25 años después de su eclosión a nivel internacional, algunos de los grandes puntos álgidos de una fascinante estirpe.
#1 La editó originalmente en 1987, pero no fue hasta un par de años más tarde cuando el tema comenzó a recobrar popularidad en Europa, lugar en el que la música house fermentó de forma exponencial a través de cientos de iniciativas lúdicas como raves, discotecas y fiestas de toda índole. Su letra reproduce el idealismo humanista y algo naïf del género, con esa invocación a la unidad en el destino común de la tierra prometida. Es Joe Smooth y el imperecedero “Promised Land”.
Paul Weller y sus The Style Council andaban de capa bastante caída, tras el vapuleo crítico al que fue sometido su errático Confessions Of a Pop Group (Polygram, 1988), cuando se decidieron a retomar el clásico de Joe Smooth en 1989, con estupendo resultado.
#2 Otro gran himno del house más torrencial y epifánico, que fue adaptado a la imaginería sonora de una exitosa banda británica, fue el inmortal “It’s Alright”, de Sterling Void con Paris Brightledge. Con esas referencias a la coyuntura sociopolítica del momento y al poder sanador y providencial de la música: Dictation being forced in Afghanistan, revolution in South Africa taking a stand, people in Eurasia on the brink of oppression, I hope it’s going to be alright, I hope the music plays forever. Deslumbrante.
En su caso, fueron los Pet Shop Boys quienes la adaptaron a su cancionero, en una respetuosa versión que, de cualquier modo, casa a la perfección con los derroteros que a la altura de Introspective (EMI, 1988) marcaba su carrera. La editaron ya como single de éxito inapelable en junio de 1989.
#3 La cantó por primera vez Candi Staton en 1986, sobre la base del tema “Your Love” de Frankie Knuckles y Jamie Principle. Desde entonces, “You Got The Love” es uno de los himnos house más versionados de la historia. Aquí ya trazamos su fascinante genealogía hace unos meses, justo cuando Knuckles pasó a mejor vida.
Seguramente la revisión más célebre de “You Got The Love” sea la que se marcaron Florence + The Machine en 2009, dentro de su álbum Lungs (Universal).
#4 Pocas bandas hay más idóneas para ejemplificar las claves del deep house que Ten City, el trío de Chicago que en 1989 despachó el extraordinario Foundation (Atlantic). Su punta de lanza era este “That’s The Way Love Is”, número 8 en el Reino Unido y número 1 en la lista dance de EEUU. Su vocalista, Byron Stingily, dio al tema una segunda vida en 1999. Pero nada como la inolvidable primera toma.
#5 Blaze, por su parte, eran de New Jersey, y pregonaban una amalgama de góspel, soul e incluso afrobeat que hacía que el deep house en sus manos se proyectase como algo más transversal y asequible para todos los paladares. Editaron su histórico álbum de debut, el espléndido 25 Years Later (1990), en la mismísima Motown. No es de extrañar que así fuera, ante el enorme potencial comercial de temas como este “So Special”.
#6 Una de las bandas que recogió la herencia de Blaze o de Ten City, ya bien entrada la siguiente década, fue Deep Dish, el dúo que Ali “Dubfire” Shirazinia y Sharam Tayebi, dos jóvenes de origen iraní, formaron en Washington DC a principios de los 90. El álbum de su consagración comercial llegaría en 1998. Con Junk Science (Arista) abrían su abanico estilístico a muchos otros géneros (soul jazz moderno, techno de linaje detroitiano, pasajes de ambient tecnificado), pero la sombra de la tradición deep house se hacía aún notar con fuerza en “The Future of The Future (Stay Gold)”, el fantástico single en el que la inconfundible voz de Tracey Thorn ponía la nota distintiva.
Algo que resulta plenamente lógico, si además tenemos en cuenta que ese mismo año, su marido y compañero artístico en Everything But The Girl, Ben Watt, había fundado su propio club nocturno: el Lazy Dog, en el que el deep house era el principal ingrediente para hacer bailar a la clientela.
#7 El británico Charles Webster había trabajado con la santísima trinidad del techno de Detroit en los años 80 (Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson), así que no resulta extraño que cuando se decidió a emprender su propio proyecto, Presence, muchos años después, tuviese muy claros los fundamentos para marcarse un álbum con aroma a clásico instantáneo.
La revista DJ Magazine lo saludó como el primer álbum clásico del siglo XXI. Aunque, en realidad, el disco (All Systems Gone, editado por Pagan) se gestó en 1999. Y contaba con un elenco de vocalistas formidable, compuesto por Steve Edwards y dos de quienes habían sido las musas de Massive Attack en años precedentes: Sara Jay y, sobre todo, la enorme Shara Nelson (la voz de “Unfinished Sympathy”) en “Sense of Danger”, esta magistral muestra de deep house adaptado al fin de milenio.
#8 Otro británico, también alumno aventajado de la era de esplendor del house de Chicago y el techno de Detroit, fue Rupert Parkes. Su bagaje a lo largo de los 90 cristalizó en su debut bajo el alias de Photek, y sobre todo en su segundo álbum, un Solaris (Astralwerks, 2000) que albergaba una sideral colaboración con una de las instituciones de la escena house de Chicago en los 80, el mismísimo Robert Owens (Fingers Inc). El deep house del futuro ya se estaba perfilando.
#9 Uno de los mayores renovadores del house (entre otros estilos) en los últimos lustros ha sido el finlandés Vladislav Delay, quien ha firmado sus mejores obras bajo el alias de Luomo. En el año 2000 firmó el formidable Vocalcity (Forced Tracks), en el que despuntaba una auténtica joya de deep house tan gélido por fuera como apasionado por dentro: la magistral “Tessio”.
#10 Uno de los últimos éxitos en los que se puede sentir con fuerza la huella del mejor deep house es “Look Right Through”, el single que Morgan Geist (una de las dos mitades de Metro Area) se sacó de la manga en octubre de 2010 para su proyecto Storm Queen.
#11 Y es innegable que la música de Dan Snaith y su proyecto Caribou también ofrece una relectura, desde luego más sinuosa y fractal, de algunas de las enseñanzas del deep house. Su último álbum, Our Love, al margen de ser uno de los mejores trabajos del 2014 en cualquier estilo en el que se enmarque, ofrece alguna que otra perla que denota la pervivencia, bien sea con otra modulación, de la versión más ardiente y leonina de la música house, 25 años después de su propagación por todo el mundo.
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