En Navidad el estrés es más alto de lo normal, surgen conflictos y existe el riesgo de no disfrutar en familia, pero la experiencia me ha dado la solución: este decálogo imprescindible para que sea feliz.
Me estoy preparando para estos días de Navidad donde los encuentros familiares van a resultar mucho más numerosos que lo que acostumbro en el resto del año. Tengo unos escritos que siempre guardo con mucho cariño que ponen: Habilidades sociales a recordar antes de los días de Navidad.
En estas anotaciones recuerdo la necesidad de adoptar un conjunto de actitudes y de actuaciones que me permitan comunicarme con los demás de forma eficaz, sentirme bien, procurar que los demás respeten mis derechos y tratar que nadie me impida lograr mis objetivos en estos días. Es decir, conseguir la máxima satisfacción con el mínimo de consecuencias negativas.
La experiencia me dice que el estrés que conllevan estos días es más alto de lo normal, que en ocasiones surgen conflictos y que existe un riesgo enorme de no disfrutar adecuadamente de estar juntos en familia.
Es muy curioso ver las emociones que se reproducen cuando padres, hijos, hermanos y añadidos a la familia se reencuentran en un momento donde todos tienen que ser felices, disfrutar y pasarlo bien. Es curioso que reaccionamos como si fuéramos niños, que me molesta que el regalo que me han hecho no es lo que yo quería, que mi madre sigue considerando a mi hermano mucho más que a mí o que siempre me peleo por las mismas cosas con mi hermana. Emociones infantiles no sanadas que se trasladan de año en año y que salen a la luz en días como estos, donde nos reunimos para celebrar que un día nació un gran avatar para la tierra. (¿celebramos eso?, ¡mal día pues! )
Así pues, me voy a atrever a compartir algunas de las indicaciones que tengo en esos folios y que no tengo ni idea de donde las saqué.
#1 Respirar conscientemente: produce cambios cerebrales y favorece la secreción de hormonas como la serotonina o las endorfinas que nos ofrecen serenidad y nos permiten responder a los demás desde espacios de calma.
#2 Tomar conciencia de dónde y con quién estamos: Si dejamos nuestro comportamiento a los mecanismos aprendidos e inconscientes existen riesgos altísimos de conflicto. Observarnos y aceptar cómo somos nosotros y los demás nos hará tener más confianza en nuestros comportamientos.
#3 Dar importancia al lenguaje que utilicemos: Ser cautos con aquello que decimos y nos decimos. Hablar de forma que demos confianza y hagamos que los demás se sientan valiosos e importantes. Cuidar: los gestos, las miradas,las formas y conversar sobre temas agradables, por ejemplo.
#4 Buscar todas las formas posibles, métodos y caminos para reírse: La risa genera betaendorminas conocidas como las hormonas de la felicidad. El sentido del humor es la distancia más corta entre dos personas.
#5 Dar un paso adelante: Gandhi decía, sé tú el cambio que quieras ver en el mundo. Seamos amables, cariñosos, cercanos, serviciales y estemos pendientes de todos, tratando de hacer las cosas como nos gustaría que nos hicieran a nosotros.
#6 Aceptar a los miembros de nuestra familia como son: Centrarnos en sus cualidades y en aquello que podemos aprender de ellos.
#7 Buscar oportunidades para generar ilusión, confianza y pasión: Dejar de echar la culpa a los demás de cualquier cosa que suceda o haya sucedido. Dejar de cargarnos de razones y enfocarnos en aquello que nosotros queremos. Ante una discusión inminente la frase recomendada es no quiero tener razón, solo entenderte. Recordar que existen tres palabras que abren los corazones ajenos y propios: Por favor, Gracias, Lo siento.
#8 Escuchar el doble de lo que hablemos: Por ello tenemos dos oídos y una sola boca. Aprender a escuchar con conciencia es la mejor forma de llevarnos bien. Empatía y asertividad.
#9 Respetar los roles familiares: En todas las familias existe alguno de los roles más comúnmente conocidos como víctima, impulsor, animador, evaluador, crítico, complementador, resolutivo, destroyer, etc. No emitir juicios de nada, limitarse a observar sin juzgar. Ser tolerante, flexible y abierto. Y no olvidarse del sentido del humor.
#10 Disfruta y pásalo bien: Disfrutar de las personas, del ambiente, de los buenos deseos, de todo lo que suceda. Todos estamos ahí intentando hacer las cosas lo mejor posible. Y cuando uno quiere dos no se pelean.
Quizá no es el mejor decálogo del mundo mundial. Quizá te ha dado risa leer todo esto. Quizá te ha recordado momentos vividos en otras Navidades. Quizá esto no tiene nada que ver contigo porque tu familia es genial y todo esta en su lugar. Quizá algo de esto te sirva, como a mÍ, para tomar conciencia de la necesidad de estar bien, de estar en paz, de disfrutar de la vida y de las personas que quiero, aunque sea Navidad.
Feliz Navidad a todos en este año en el que ha nacido El HYPE.
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