The Last Man on Earth, juguete roto

Will Forte, Phil Lord y Chris Miller rompen los estereotipos de FOX con una sitcom postapocalíptica que peligra con caer demasiado mal.

Cuando Will Forte anunció que se iba a juntar con Phil Lord y Chris Miller (La LEGO Película, 21 Jump Street) para producir una serie postapocalíptica para FOX, todo nos parecía maravilloso. Forte venía de reivindicar su carrera como cómico en la muy estimable Nebraska de Alexander Payne, mientras que Lord y Miller se habían ya asentado como los directores geek de moda. La premisa de su proyecto, The Last Man on Earth, se salía además de las pautas habituales de sitcom de network: un solo hombre (Forte) sobrevive a una epidemia que ha aniquilado al resto de la humanidad.

Desde el primer capítulo, en The Last Man on Earth son evidentes las herencias básicas del slapstick y el humor vergonzante que Forte trae de Saturday Night Live, donde trabajó durante diez años; pero también del divertimento inherente de los personajes a la hora de tratar con el mundo que les rodea. Esto es algo que va muy ligado a la filmografía de Lord y Miller. Casi que les vemos pasándoselo pipa tras las cámaras en el piloto que dirigieron al ver cómo el protagonista, Phil Miller, disfruta destruyendo peceras e incendiando con lanzallamas aquello que más le apetece.

Los problemas llegan a Tucson, la ciudad en la que transcurre The Last Man on Earth, cuando otros personajes se entrecruzan en la vida de Phil y él empieza a dar cuenta de su deplorable personalidad. El arco de su personaje apenas sufre alteraciones y la serie está punto de estallar por culpa de algo muy preocupante para una comedia de network: que el protagonista sea un tipo antipático y repelente.

Puede haber un personaje pivot que dé algo de asco, pero lo de Phil rebasa todos los límites. Su tozudez y deshonestidad se antojan desmesuradas a partir del quinto episodio y es difícil mantener el interés, y sobre todo el atractivo, a partir de ese momento. Incluso January Jones, que aparece para aportar el punto sexy del que carecía la serie, acaba convirtiéndose en otro villano insoportable. Vale, sí, coherente, pero repulsivo de todas maneras.

The Last Man on Earth tiene sus virtudes, no crean que todo se queda en un simple “repulsivo”. El wierdismo de Kristen Schaal aporta corazón a los capítulos y existe una gama suficiente de chistes como para mantenernos atentos, así que quedan facetas por explotar.

A tenor de los últimos planos del episodio que cierra esta primera temporada, The Last Man on Earth puede todavía cambiar de rumbo y afrontar otros retos como sitcom, pero debe quedarles claro a sus creadores, y a Forte en particular, que Phil tiene que empezar a caer mejor. Woody necesitó de muchos cambios antes de que Toy Story se convirtiera en el fenómeno que conquistó a tantos críos, y gran parte de los problemas recaían en lo mal que caía su personaje. Puede verse mucho de Woody en Phil, así que la referencia a la que mirarse no es tan lejana. Son juguetes, pero es que The Last Man on Earth ha sido bastante juguete desde el principio. Juguete roto.