El Thessaloniki Documentary Festival ha anunciado cuál será el tema principal de su programa, y no podría ser más apropiado en estos tiempos. Los dos últimos años nos han sumido en una situación, personal, profesional… a todos los niveles de nuestra vida, que nunca hubiéramos imaginado posible. Los efectos de la pandemia han cambiado el mundo para siempre, y aún no somos plenamente conscientes de hasta qué punto, aunque la realidad de nuestra vida cotidiana se ha empapado de las consecuencias del brote de COVID-19.
Un nuevo vocabulario, nuevas formas de referirse y entender el mundo, una necesidad de comprensión que nos ha obligado a reflexionar sobre él, son la prueba de que no podemos negar que todo ha cambiado para siempre. Como nos recuerda el festival: No es de extrañar, por tanto, que Mark Zuckerberg declarara el amanecer de la era del metaverso en noviembre de 2021, en medio de la pandemia. Los medios sociales y la realidad digital reclaman su lugar dentro de nuestro mundo “natural”, sentando las bases para que la humanidad se incorpore a una “realidad” alternativa y alterada.
Los diez documentales proyectados en el marco del homenaje principal del 24 Thessaloniki Documentary Festival trazan un mundo fluido y abren el camino a una nueva realidad que suprime cualquier certeza del pasado.
¿Cómo se registra algo tan volátil e indefinido? ¿Cómo se rellenan los puntos y se traza un mapa de un mundo antes de que esté completamente formado? El 24 Thessaloniki Documentary Festival, que se celebra del 10 al 20 de marzo de 2022, nos invita a explorar esta posverdad que estamos viviendo, a través de una selección de películas que esbozan con audacia los héroes, los antihéroes, los secretos ocultos y las verdades prismáticas que reflejan el umbral que estamos cruzando.
Como veremos dentro de dos meses, los documentales aplacan el miedo y la incertidumbre, porque nos recuerdan todas las posibilidades de un futuro que, aunque incierto, es un libro en blanco, tanto para lo bueno como para lo amenazante. Al mismo tiempo, amplifican la sensación de que el mundo que dábamos por sentado y considerábamos nuestro sigue siendo un enigma sin resolver.
Pronto se desvelarán todas las películas incluidas en tributo, que irá acompañado de una edición especial en dos idiomas. Una serie de editoriales y artículos ahondan en una época en la que cada imagen de nuestro mundo se actualiza constantemente a través de innumerables representaciones, ampliando nuestra percepción sobre lo que es real y lo que no, al tiempo que se formula una nueva definición de cómo y por qué buscamos la “verdad”. En una situación sin precedentes como la que vivimos actualmente, en la que la vida y la existencia humana renegocian su identidad en todo momento, el cine es la única brújula y señalización de que disponemos.
El festival ya ha confirmado la presencia de algunos documentales muy interesantes: Eternity at Last, del cineasta austriaco Stephan Bergmann, que plantea la sempiterna fantasía humana de la inmortalidad, arrojando luz sobre los avances tecnológicos y científicos que prometen transformar el milagro de la eternidad en una realidad tangible. Viviendo en una época que suprime todas las reglas y leyes escritas en piedra, tal vez haya llegado el momento de reevaluar incluso la verdad más inamovible de nuestro mundo.
Por otra parte, el documental Retratos del futuro, de la directora argentina Virna Gabriela Molina, aborda el tema de la pandemia específicamente relacionado con la cuestión femenina, con todos los miedos e inseguridades que implica. La cuarentena cambió el estilo y la identidad de la película, que nos ofrece un mapa del futuro a través de una disección histórica, aunque comenzó como un proyecto sobre las desigualdades que viven las mujeres en la Argentina actual.
Por su parte, el documental The Taking, del director suizo Alexandre O. Philippe, describe las formas en que el cine esculpe paisajes y lugares en el subconsciente colectivo como medio para describir una verdad transformada. El director, que en su filmografía estudia el impacto sociológico y antropológico del cine, profundiza en los mitos que acompañan a la representación del Monument Valley en los westerns, y especialmente en las películas dirigidas por John Ford. Este icónico paraje natural ha sido dotado de un significado mucho más profundo que un simple fondo y este documental se adentra en la forma en que los westerns, y especialmente las películas de John Ford, se sirvieron de una imagen indeleble para configurar una nueva realidad, más allá de los límites de la verdad histórica, sentando las bases de la psique y el modus operandi de todo un país.
Información facilitada por el departamento de prensa del festival.
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