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Cine y Series

O.J.: Made in America, la relevancia histórica de O.J. Simpson

En Pérdida de series, Cine y Series sábado, 16 de julio de 2016

Emilio Doménech

Emilio Doménech

PERFIL

La división entre ficción y documentales no ha dejado mejor huella este año que la rivalidad (no existente) entre la genial primera temporada de American Crime Story: The People v. O.J. Simpson en el canal FX y la fascinante miniserie O.J.: Made in America de ESPN.

Cuando escribí sobre ACS: The People v. O.J. Simpson, tenía claro que estábamos ante uno de los eventos de la temporada. Y así lo han demostrado sus 22 nominaciones a los Emmy. Aunque si fue una serie tan relevante en primavera es por la importancia histórica de un juicio que en absoluto tocó cercano en Europa o Latinoamérica y sí representaba muchas de las coyunturas sociales que todavía mermaban la vida pública estadounidense en los años 90.

En conversaciones con amigos norteamericanos que todavía eran unos críos cuando tuvo lugar el juicio, quedó patente que aquellos meses de portadas amarillistas y coberturas televisivas perpetuas formaban parte del imaginario de su infancia. Pero en cuanto preguntaba a alguien un poco más adulto, The People v. O.J. Simpson se convertía en uno de los momentos definitorios de finales del siglo XX en Estados Unidos. Un momento que, además, evidenció las carencias de una sociedad que todavía trataba de resolver la resaca del movimiento afroamericano por los derechos civiles de finales de los sesenta —el conocido como 1960s Civil Rights Movement.

American Crime Story: The People v. O.J. Simpson

American Crime Story: The People v. O.J. Simpson

ACS: The People v. O.J. Simpson, sin embargo, apostaba de forma más notable por los personajes y el show del pleito que por la división racial que derivó del proceso —aunque más que crearla, simplemente la volvió a sacar de las cloacas donde algunos la habían escondido. Hay retazos de esa relevancia social en los capítulos finales de ACS: The People v. O.J. Simpson, cuando vítores y llantos prolongan las tesis sociológicas de las líneas que separaban a negros y blancos en Los Ángeles de 1995, pero son imágenes de archivo y no forman parte de la ficción que la serie que Ryan Murphy había construido. No me malinterpreten, los 13 episodios de la serie son fantásticos, pero su cometido es distinto.

Por eso O.J.: Made in America es un estreno tan necesario y supone un complemento tan idóneo a ACS: The People v. O.J. Simpson: porque en las siete horas y media del documental toma protagonismo el contraste racial de la época. Es una oposición que pone en primer plano la caldeada atmósfera de la sociedad afroamericana, que en los años previos al caso de O.J. Simpson había lidiado con decisiones judiciales polémicas y casos de brutalidad policial que quedaron prácticamente impunes.

Ezra Edelman, director de O.J.: Made in America, conjuga con el montaje el contexto histórico de Los Ángeles, por entonces centro de enfrentamientos raciales y de afroamericanos contra la policía; y la carrera profesional de O.J. Simpson, un afroamericano que pasó de vivir en casas de protección oficial a codearse con las celebridades de Hollywood y los ricos (blancos) de las altas esferas del país.

El documental, mediante material de archivo y entrevistas, coloca a Juice (el apodo de O.J.) como una figura controvertida en tanto que se convirtió en la imagen de un movimiento del que nunca quiso formar parte: el de los afroamericanos angelinos que iban en contra del sistema judicial que les había favorecido bien poco hasta entonces.

O.J.: Made in America Documental El Hype

O.J.: Made in America Documental El Hype

Claro que las decisiones de edición no servirían de mucho si no fuera por la ingente cantidad de entrevistas con las que cuenta el documental. Son las caras que lo protagonizan las que dan forma al personaje de Simpson —con amigos de la infancia y compañeros de trabajo que dejaron de hablarle— y ponen voz a las constricciones de quienes luchaban por mejorar sus condiciones sociales en 1994 y 1995 en Estados Unidos —con líderes de la comunidad afroamericana o representantes de la policía o de la fiscalía que dan su honesto punto de vista.

Y es en esas entrevistas donde vemos el increíble trabajo periodístico detrás de O.J.: Made in America; casi cualquier interlocutor confronta momentos personales durísimos o delata decisiones controvertidas que tomaron en la época. Porque, y lejos de esos instantes emocionales definitorios, lo que cuenta es el contrapunto que como espectadores somos capaces de darle a cada declaración gracias al contexto con el que contamos gracias al impresionante (de verdad, impresionante) trabajo de archivo que hay en O.J.: Made in America.

O.J. Simpson puede que no signifique demasiado para nosotros. Al fin y al cabo, era una estrella de fútbol americano y su periplo como actor fue más de cameos simpáticos que de estrella hollywoodiense alla Will Smith, que es quien de verdad hizo mella en Europa. Pero si de verdad queremos entender Estados Unidos y toda la debacle que se ha visto estos días —con manifestaciones como la que precedió a la matanza de Dallas o el asesinato de Philando Castille en Facebook Live—, no hay mejor opción ahora mismo que O.J.: Made in America. Bueno, eso y American Crime Story, pero primero el documental.

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