The CW tiene la habilidad de dejar sorpresas agradables en el campo de la comedia cada año. En 2014 fue Jane the Virgin; en 2015, Crazy Ex-Girlfriend; y este vez le toca el turno a No Tomorrow, una comedia romántica en la que una joven introvertida con problemas para el riesgo y la búsqueda de la felicidad conoce al hombre que puede cambiárselo todo. El único problema es que el chaval tiene una teoría un tanto enrevesada —ha calculado que un meteorito acabará con la humanidad en menos de 9 meses.
No requiere demasiado esfuerzo acomodarse en el universo preapocalíptico (?) de No Tomorrow. A la nueva serie de The CW le bastan las presentaciones de sus dos protagonistas, la excéntrica Evie (Tori Anderson, muy guapa) y el carismático Xavier (Joshua Sasse, muy guapo), para probar su inestimable simpatía. La sonrisa nerviosa de Anderson, sumada a sus dificultades interpersonales o lo evidentemente cuadrada que es su vida como empleada en una marca blanca de Amazon, hacen del personaje de Evie un underdog por el que apetece luchar. Aunque a algunos les resulte algo incómoda, la comparación sale fácil: esto es casi como querer ver a un cachorro desvalido salir de la jaula hacia un parque repleto de nuevos olores, es tan cuqui que uno se queda embobado.
La base estética de la serie, en la línea del contraste cromático de Silicon Valley (HBO), es igual de agradable. Además, es un estilo que responde a la misma iniciativa de juguetería que su planteamiento argumental. No Tomorrow trata más de ver a los personajes disfrutar y pasárselo bien que de derivar en montañas emocionales y complejas teorías sobre el fin del mundo. Por ahora, claro.
No Tomorrow, con apenas tres capítulos desde que se puso en marcha, todavía no ha desvelado hacia dónde quiere llevar a sus personajes. Al menos no lejos de la premisa de juntar a Evie con Xavier, un tipo que siempre lleva consigo una lista de sueños que tachar antes de que su teóricamente cercano asteroide reviente el planeta; su apocalista (sic). Porque es divertido verles frungir, cargarse un microondas o montarse en un buggie, pero todavía queda por saber a qué aspira la serie lejos de tener a los espectadores encandilados con su cuca pelea de cachorritos perfectos.
Hasta ahora, No Tomorrow ha dejado algunos destellos de qué posibilidades hay para ella en el horizonte —y que se traduzcan en razones para seguir viendo episodios. Por un lado, No Tomorrow puede tomar la senda del piloto automático The CW de lanzar dos vías románticas al aire con las que hacer hashtags (aquí es #TeamXavier o #TeamTimothy; o #Teamothy, por acortar, jeje) y aprovechar su retahíla de personajes secundarios extravagantes para mantener tono, ritmo y versatilidad, algo muy idiosincrático de sus homólogas, y especialmente de Jane the Virgin. O por el otro, puede guardarse un giro con el que abrazar su vertiente armageddoniana (o cualquier otra) y convertirse en una de las imprescindibles, si no la que más, series de network del otoño. Al menos, por ahora, es con la que más atontado y sonriente me quedo.
Tal y como le dice su jefa a Evie en el último episodio emitido: cuando sonríes de esa manera pareces un perrito de las praderas. Vale, pero ahora es MI perrito de las praderas.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!