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“Ma femme est pasteure” o cómo hacer de tu vida una webserie

En Cine y Series martes, 2 de agosto de 2016

Alejandro Serrano

Alejandro Serrano

PERFIL

La webserie suiza Ma femme est pasteure es una original comedia sobre las aventuras de una inusual pareja, en la que el marido, agnóstico y racional, trata de llevar como puede la nueva profesión de su mujer: una pastora protestante.

Entre entierros y aperitivos al ritmo de las campanas, Él tendrá que encontrar su lugar en un mundo donde no conoce todas las normas, mientras se pregunta sobre las prácticas de su mujer. En la vida real, Thomas (Víctor Costa) es español, productor, actor, y uno de los primeros de muchos jóvenes que decidieron abandonar el país en busca de mejores oportunidades en el extranjero, hasta que Ella (Carolina Costa), joven y guapa estudiante ginebrina de Teología, le conoce en París; conectaron y decidieron unir sus vidas en Ginebra. Allí, Ella seguirá su vocación hasta convertirse en pastora protestante y Él pondrá en marcha su ingenio, para realizar series como Ma femme est pasteure.

Sorprendidos por esta inusual propuesta autobiográfica, entrevistamos a su director, actor y productor en Atalahalta, aprovechando también para profundizar en los entresijos de los sectores audiovisual y político, tanto de Suiza como de España.

Bienvenue Chez Nous

Bienvenue Chez Nous

¿Qué proyectos habéis producido en Atalahalta producciones?

Nosotros tenemos varias series en producción; la primera se titula Bienvenue Chez Nous, que lleva hoy 103 capítulos producidos. Se trata de una webserie sobre un español que llega a Suiza y conoce a una chica de allí, hasta que llegan a convivir juntos. Lleva seis temporadas y se puede encontrar en televisión, también. Y luego está Ma Femme est pasteure, que estrenamos en febrero de 2015, compuesta por 12 episodios. Esta última fue un boom mediático que no esperábamos, entre otras cosas, por la controvertida figura de mi mujer, que es pastora. Este hecho, junto a la anterior serie, aumentó el nivel de popularidad internacionalmente, hasta el punto de ser acogida en varios festivales de webseries en las principales capitales del mundo.

¿Quién la financia?

Ma Femme… está siendo financiada por todas las iglesias de Suiza. Todo empezó en una conferencia sobre trabajos audiovisuales en las instituciones religiosas, promocionada por la iglesia de Suiza, donde yo presenté la idea de contar mi vida cotidiana, porque la encontraba y la encuentro muy apasionante, curiosa y atípica, y me apetecía narrarla en clave humorística, y no desde un punto de vista religioso y adoctrinante. De hecho, el personaje que interpreto en Ma Femme…, Thomas, es agnóstico. Yo soy católico, educado en Valencia, pero no practicante. Y el hecho de confrontar a dos personajes antagonistas: una religiosa y un agnóstico, me parecía muy estimulante e interesante. Así que al presentarle la propuesta al jurado, les encantó para financiarla y llevarla adelante.

Ahora vamos a grabar la segunda temporada de Ma femme…, a partir del veinte de agosto, y se estrenará a finales de septiembre.

Es muy curiosa esta historia.

Pero para mí la sorpresa no fue tanto en la financiación, sino en el contrato que hicimos con la iglesia. Porque yo tengo el poder del final cut. Teóricamente, tengo una comisión en la que me muevo dentro de unos parámetros éticos de justicia, aunque al final, soy yo el que tiene el control sobre cómo se pueden resuelven los episodios. Reconozco que muchas veces me he metido con la misma iglesia, sobre todo en el episodio 6, que fue premiado en Nueva York, donde criticaba a una persona muy importante de allí, que llegó a declarar que si la iglesia está perdiendo seguidores es debido a que cada vez hay más pastores de otro sexo. Aquello fue una afirmación muy sexista. Así que nosotros, en el episodio, decidimos jugar con la inversión de los parámetros, a lo Monty Python, invirtiendo a Adán y Eva o planteando qué pasaría si Jesús fuera afeminado. El humor es el vector más fácil para transmitir mensajes. Por suerte, la iglesia me ha permitido este tipo de contenido. Además, el título que pusimos al episodio: ¿Dios es mujer?, fue bastante provocativo. Por eso digo que lo que más me sorprende es que nos apoyen hasta con una segunda temporada.

¿Cómo surgió la idea de la webserie de Ma femme…?

Conocí a mi mujer en una escuela de canto y música en París, y con el tiempo me dijo que prefería ser pastora y volver a Ginebra. Para mí, aquel cambio fue radical en mi vida. Yo la acompañé en el viaje, porque quería que fuera feliz, y poco a poco fui metiéndome en ese mundo. Pero pensé que si lo contaba, podía ser divertido, por lo atípico que resultaba. Pero para llegar a ese planteamiento, me inspiró mucho la película Mi mujer es actriz, interpretada por Charlotte Gainsbourg.

¿Las anteriores series también han sido autobiográficas?

Bienvenue Chez Nous y Ma femme est pasteure, sí. Luego también he hecho series para marcas, pero completamente desvinculadas de mi vida.

Bienvenue Chez Nous

Bienvenue Chez Nous

¿Y cómo saltaste a los medios audiovisuales, teniendo una formación tan literaria?

Por casualidad. Yo vengo del teatro. Pero cuando conocí a mi mujer, Carolina, en un conservatorio de canto y música, quise mezclar el lado teatral y musical, creando así pequeños conciertos teatrales, donde la actuación y la música, tenían la misma relevancia.

¿Podrías poner algún ejemplo de una de esas obras?

Hicimos una obra musical que se llamaba La historia de nuestros besos, que contaba la historia desde el primer beso hasta el último. Era una forma muy poética de contar una historia. La verdad es que estoy muy orgulloso de haber participado en un proyecto así con Carolina.

En relación a las webseries, es curioso el apoyo que hay en la televisión de Suiza. ¿Por qué en España los medios apuestan tan poco por las webseries? ¿A qué es debido eso?

Estamos hablando de una cosa que está en pleno movimiento ahora y que en cada país va a una velocidad diferente. En Francia, el mercado de las webseries, por ejemplo, está muy desarrollado. Hay países que invierten mucho en ello, como Suiza, sin ir más lejos, por eso luego tienen tantas subvenciones para crear el contenido.

La plataforma que conozco que mejor funciona en España es Flooxer, para A3 Media. Esta plataforma ha creado cuatro webseries en un año. En un país como España, es muy poco. Y como aquí las marcas aún no conocen bien el alcance que puede llegar a tener un soporte como la webserie, no se lanzan a ello. En Francia es diferente, hay multitud de canales que apuestan por otras propuestas audiovisuales. Es como tener diez Flooxer en un mismo país. Además, no sólo invierten en adquirir, sino sobre todo, en producir. Suiza es más pequeño, pero bueno, también tiene una buena infraestructura.

¿Cómo te las has arreglado en Suiza para llevar tu proyecto adelante? ¿Y cómo es tu relación laboral con tu equipo?

Mira, en Suiza me he inventado -sí, inventado- el hecho de ir a buscar subvenciones de marcas y convencerlos de que aquello puede funcionar. Y como ha funcionado, han apostado más. Pero claro, no fui solo, sino gracias a la TV. Una vez entras en la TV, es un intermediario más, y si tu resultado es bueno, tienes un pedigree que te llevará a otra gente. El problema es que en la web, te lo tienes que trabajar todo: la financiación, la creación, la postproducción, la difusión…

En el fondo, se trata de un trabajo muy lógico. Por eso siempre he preferido tener a cuatro personas en mi equipo y poder pagarles a todos, que tener a muchas y endeudarme con ellos o engañarles. Mi equipo lleva cinco años conmigo y sigue siendo el mismo. Con el tiempo, este proceso acaba haciendo familia. Soy de la filosofía de que todos valemos lo mismo.

¿Cuál es tu intención de cara al futuro con tu productora?

Mi intención es venir a Valencia y crear empleo. Y más ahora, con la próxima reapertura de Canal 9. Valencia ha sido una de las comunidades más castigadas a nivel audiovisual. Así que esperemos que con la reapertura de la televisión local, se fomente y creen más propuestas.

Pero tu trabajo te lleva a vivir al límite constantemente. Echarás en falta cierta estabilidad.

A veces sí, pero es que soy un apasionado de lo que hago. Me encanta. Prefiero no ganar mucho, y dedicar mi tiempo a lo que me gusta, que estar en una oficina, por ejemplo.

¿Hacia dónde se dirige Víctor Costa?

Hacia la pasión. Ahora estoy metido en la webserie, que es un campo que me encanta. Pero en un futuro me gustaría probar otros formatos y universos. Me apetece hacer pasión. Tengo la suerte de que ahora puedo elegir con más margen, cosa que antes no podía. Pero en definitiva, me gustaría embarcarme en aventuras en las cuales aprenda y me sorprenda, evitando caer siempre en la rutina.

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