¿Qué tiene esta chica de brillante piel de chocolate, que enfundada en alta costura luce igual de natural como cualquiera de nosotros lo haría en bata de ir por casa?
En Cannes y con su Gucci verde ha vuelto a dejarnos boquiabiertos. Lupita Nyong’o, como buena ganadora de un Oscar, se prodiga más en cotarros que en la gran pantalla. Repasemos su historial sobre la alfombra roja.
El flirteo, posterior noviazgo y finalmente feliz matrimonio de Lupita con la moda comenzó hace unos meses, cuando a raíz de su nominación a diferentes galardones hubo de empezar a pisar fiestuquis con la misma asiduidad con la que nosotros vamos a hacer la compra. Como si de un auténtico romance con el glamour se tratara, a cada una de estas citas Lupita acudía con un atuendo más catchy, con una autoafirmación estilística más rotunda que la anterior.
Si vosotras, cuando se acerca la boda de una prima, echáis mano de esa compañera de curro tan estilosa para que os aconseje; Lupita, ante el aluvión de eventos, contrató los servicios de una estilista emergente de apenas 30 años, Micaela Erlanger, que la ha vestido con todo el Pantone. He ahí, precisamente, el acierto de Lupita: lucir el color como nadie, sabedora de que su fisonomía es el marco de ébano perfecto para que los amarillos, los rojos, los azules vibren. ¿Ejemplos?
Con este Prada vaporoso azul Nairobi -porque una estrella no puede ir de celeste, no- se plantó en los Oscar, sabedora de que la estatuilla era para ella: look clásico (que estas fotos a una la persiguen toda la vida, ¿verdad, Cher?) pero no añeja.
Siguiendo con la gama de azules, este Gucci turquesa la hizo brillar en los SGA de 2014. Otra con semejante matchy-matchy entre vestido, collar y maquillaje habría estado ridícula; ella, en cambio, resultó fabulosa.
Los gowns de Ralph Lauren resultan soporíferos, pero con este de tono mandarina, a pesar de causarnos un déjà vu tomfordesco, hizo su entrada majestuosa a los Globos de Oro de 2014.
Aquello de que “Con el verde, la guapa se atreve” valdría en la época de nuestras yayas; hoy en día es el color Caponata el que mayores peligros te hará correr si no lo abordas con maestría, ¿a que sí, Rihanna? Lupita acertó con este J. Mendel amarillo, personalmente, mi color favorito para ella.
No solo los lisos, con estampados mi Lupita está igual de bonita. Alucinad con este Elie Saab.
¿Qué más da que las perlas de este Calvin Klein fueran falsas? De blanco, como con Druni: guapa no, guapísima.
Los gowns son lo suyo pero, cuidadito, que para un evento menos formal la chica arriesga y acierta. ¿Quién estaría digna con semejante pijamita corto?
El error que cometió el año pasado en la gala del MET con este Prada inefable y cabaretero se lo toleramos después de haber comprobado lo que SJP y compañía han pergeñado este año…
No como otras -ejem, Jennifer Lawrence-, Lupita no necesita que la señalen como “la nueva novia de América”, ni que las revistas le cuelguen la etiqueta de “heredera del glamour del Hollywood dorado” solo porque se enfunda un vestido de corte sirena y se hace unas ondas al agua -encima la tía, con un par, va rapada-. Lupita, en una palabra, es fresca. Otras, es una palabra -y sin bragas- solo resultan unas frescas.
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