Ha vuelto a ocurrir y promete convertirse en tradición cada Nochevieja: el vestido de Cristina Pedroche ha desatado la polémica. Que si bonito, que si feo, que si enseña mucho, que si que se ponga lo que le salga de la pepita (de la uva)… A los equívocos con los cuartos, al rojo Igartiburu y al especial enlatado de actuaciones en playback habrá que sumar, sí o sí, el destape anual de la presentadora. Se va a repetir más que los gags de José Mota y va a tener la misma poca gracia. Cuarenta años después, las campanadas de Antena 3 parecen producidas por Frade, dirigidas por Ozores y protagonizadas por la Cantudo.
El objeto del revuelo, de nuevo, un pedazo de tela. Escaso y brillante, como ya nos tienen acostumbrados. Una firma nupcial, la mayor de este país, ha sido la encargada de confeccionar el diseño siguiendo las indicaciones del estilista Josie. La acción comunicativa, a la marca le vale de bien poquito, en mi opinión, por más trending topic en que se haya convertido, por más hashtags que se hayan generado. Porque con la Pedroche, la cuestión no era quién la vestía, sino cuánto se la desvestía. Así las cosas, el vestido parece lo de menos cuando despojarla de su envoltorio, cual regalo erótico que se entrega a la audiencia -repleta de chicotes, de machotes y de cuñados-, resultaba lo único relevante.
Anda Josie, por cierto, airadísimo con las acusaciones de plagio que se han vertido y ha escrito una encendida apología sobre la intertextualidad, los homenajes y la creación de moda en su blog. Ha citado a Schiaparelli, a Worth, a Saint Laurent, a Mugler, a Balenciaga y hasta a Dior bendito.
El diseño, a decir verdad, es clavadito a uno de Galliano. ¡Qué se le va a hacer! El estilista se defiende de que la gente le señale, le apunte con el dedo y murmure a sus espaldas. A él, le importa un bledo y amenaza con arrearle un chándal a la Pedroche para las uvas de 2017. Se queda corto: yo le animo a que haga como en el cuento de Andersen y plante a la Emperatriz Cristina en bolas delante de las cámaras. Hasta que un niño acusica no les delate, todos creeremos que la presentadora luce alta costura. A un año vista, el contrato lo deben de tener ya firmado y, una vez más, lo de menos es el vestido.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!