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Lecciones de Verdi con Riccardo Muti

En Música domingo, 29 de julio de 2018

Gian Giacomo Stiffoni

Gian Giacomo Stiffoni

PERFIL

Hace cuatro años, el gran director italiano Riccardo Muti (actualmente director principal de la Chicago Symphony Orchestra) decidió fundar en Ravenna (ciudad donde reside desde los años setenta) una academia dedicada a la ópera italiana (Italian Opera Academy). Por medio de ella quiere transmitir sus conocimientos de más de 50 años de carrera sobre la forma de entender, preparar, e interpretar un género muy amado, pero a menudo mal entendido en sus raíces artísticas y culturales más profundas. Para Muti, la ópera italiana es esencialmente “teatro”, donde la música es el elemento principal que sigue, subraya, amplifica y transforma en gesto un texto pensado fundamentalmente para el escenario.

El logo oficial de la "Italian Opera Academy".

El logo oficial de la “Italian Opera Academy”.

Orquesta, coro y cantantes deben estar siempre al servicio de la obra, dejando de lado las tentaciones, sobre todo de parte de los cantantes, de exhibiciones vocales innecesarias y no pensadas por el compositor, que deleitan sólo el paladar de los exaltados de la vocalidad, pero que nunca van a la profundidad más íntima de la obra. Por esto, el director napolitano, en las cuatro ediciones de su Academia, se ha centrado esencialmente en óperas de Giuseppe Verdi –del que sin duda hoy en día es el más grande intérprete– en las que la relación entre texto y música es, como dice Muti, “científico”, gracias a la precisión con que el compositor de Busseto unió palabra, música y gesto escénico.

FalstaffLa traviata y Aida han sido los títulos de las anteriores ediciones. Este año ha sido el turno de Macbeth, la obra que Muti ha dirigido más veces en su larga carrera y en la que se hace patente la idea de un teatro musical basado en la valorización del significado más profundo de la palabra y de las emociones por medio de la música, utilizando elementos que parecen ya casi expresionistas.

Aleksandr Polykov ensaya con la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini bajo la supervisión de Riccardo Muti. @ Silvia Lelli.

Aleksandr Polykov ensaya con la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini bajo la supervisión de Riccardo Muti. @ Silvia Lelli.

Cada año, cuatro jóvenes directores de orquesta y preparadores al piano ensayan durante varios días la obra escogida, con sesiones de ocho horas diarias y dos conciertos finales, uno dirigido por Muti y otro por los jóvenes aprendices. Este año, desde el 22 de julio al 3 de agosto, el Maestro explica los más recónditos detalles de Macbeth, la forma de interpretarlos respetando siempre la voluntad del autor, así como el gesto directoral más eficaz y esencial, para que la orquesta saque lo mejor de sí misma. La Orquesta Juvenil Luigi Cherubini (una orquesta de formación fundada por Muti en 2004 y formada por jóvenes que después de tres años de aprendizaje dejan paso a nuevos elementos) y cantantes seleccionados forman el conjunto puesto al servicio de los directores. Los cantantes son Vittoria Yeo y Riccardo Zanellato (cantantes que han interpretado el papel de Lady Macbeth y Banquo con Muti varias veces) junto al debutante y muy prometedor barítono rumano Serban Vasile (Macbeth) y un joven tenor siciliano, Giuseppe Distefano (Macduff), que durante los ensayos a que hemos asistido parecía intentar demostrar en exceso su homónima con el famoso tenor de los años cincuenta-sesenta.

John Lidfors ensaya con los cantantes y la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini. @ Silvia Lelli.

John Lidfors ensaya con los cantantes y la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini. @ Silvia Lelli.

Entre los directores escogidos este año –tras una férrea selección que tiene como requisito fundamental que los candidatos tengan el diploma de composición y dirección de orquesta– no había ningún italiano. Aleksandr Polykov, 30 años, de Kiev, pero ahora en Boston. Pak Lok Alvin Ho, con 25 años, de Hong Kong, que por trabajo se ha trasladado a Bloomington (Indiana) donde sigue los cursos Arthur Fagen: es de escuela europea precisa este oriental con un plan muy claro y ambicioso. Después de la Academy, quiere hacer el concurso para asistente de la London Symphony, de la Bamberg Symphony o de la Malko en Dinamarca. Más tranquilo es John Lidfors (32 años), americano criado en Alemania, donde trabaja en varias orquestas en este momento.

El último de los seleccionados es Wilbur Lin (1988) que vive entre Taiwan y Estados Unidos. Volitivo y pragmático, ha resuelto de raíz el problema de un joven director al que falta la materia prima para trabajar: la orquesta. La ha creado él mismo, uniendo los mejores estudiantes. Tres italianos han sido seleccionados entre los pianistas acompañantes: Alessandro Boeri (nacido en 1997), Andrea Chinaglia (1990), Luca Spinosa (1985) junto a la coreana Jeong Jieun (clase 1986). Cada uno de ellos ayuda el director a ensayar la obra al piano con los cantantes, momento para Muti fundamental ya que es en el que se trabaja el texto, la expresión y los acentos.

Andrea Chinaglia acompaña a los cantantes bajo la dirección de Riccardo Muti. @ Silvia Lelli

Andrea Chinaglia acompaña a los cantantes bajo la dirección de Riccardo Muti. @ Silvia Lelli

Un momento de preparación que ataño duraba semanas (con el mítico Arturo Toscanini, hasta meses) y que lamentablemente hoy en día se ha reducido a pocos días, hasta ser del todo eliminado en muchos teatros. Para el director napolitano, en la ópera es imprescindible ensayar por mucho tiempo con los intérpretes, comoaprendió cuando estudiaba en los sesenta en el Conservatorio de Milán con Antonino Votto, director fijo en La Scala durante largo tiempo y alumno de la tradición de Toscanini. Muti es, sin duda, el verdadero heredero de una tradición interpretativa italiana de gran calibre, basada en una gran profesionalidad, en el respeto de la partitura y un duro trabajo del que desgraciadamente queda muy poco y que Muti intenta ahora transmitir con su Academia a las nuevas generaciones.

Wilbur Lin sigue las sugerencias de Riccardo Muti. © Silvia Lelli

Wilbur Lin sigue las sugerencias de Riccardo Muti. © Silvia Lelli

La Academia es, sin duda, un generoso legado del director italiano que en estos días cumple 77 años y del que no quiere tener el copyright. Distribuye consejos y pone a disposición años de experiencia de una vida pasada, en los más prestigiosos podios del mundo, acompañada por un estudio severo y constante. La suyas no son únicamente opiniones, es un saber y un respeto del arte donde lo que emerge es el alma del compositor, el sentido del teatro y no solamente una visión personal. Para transmitirlo, Muti utiliza no solamente la seriedad de sus conocimientos, sino también la ironía y el chiste. Anécdotas divertidas de su larga carrera se entrelazan con consejos muy precisos y un trabajo sobre cada nota y cada palabra. Los ensayos son abiertos y en el patio de butacas y en los palcos del Teatro Alighieri de Ravenna asiste un público de estudiantes y apasionados concentrados en anotar en las partituras abiertas de Macbeth cada idea y sugerencia.

Muti toca el piano explicando a los alumnos un momento del "Macbeth". © Silvia Lelli

Muti toca el piano explicando a los alumnos un momento del Macbeth. © Silvia Lelli

Muti vive la docencia con un entusiasmo y una energía envidiables. A lo largo de muchas horas exige, pide, explica y se divierte. Tienes que mirar a toda la orquesta, no sólo las primeras filas. Cada uno de los orquestales tiene que sentirse importante, dice a los alumnos; Eres el boss en este momento, explica a un joven algo tímido o por ejemplo tienes que ir a la esencia cuando hablas con los músicos, sugiere a uno de los directores que explica sus ideas de forma algo confusa. Más adelante dice que ejecutar Verdi como si fuera una banda es algo horrible y que pasa a menudo, sobre todo en los teatros alemanes. Todo es siempre legato y elegante, nunca vulgar; hay que poner mucha atención, porque la línea que separa lo trágico de una comicidad involuntaria en Verdi es muy sutil. Finalmente, explica que la mala tradición es repetir una determinada nota como se ha hecho en años no obstante Verdi hubiera escrito lo contrario, ya que como decía Fürtwangler la tradición es el recuerdo de la última mala interpretación.

El objetivo de Silvia Lelli, fotógrafa oficial del Maestro, así como una cámara de vídeo registran todos estos momentos, quien sabe, a lo mejor para un DVD como se hizo para el primera edición de la Academia (en 2015, sobre Falstaff, ya a la venta en la página web oficial de Riccardo Muti) y que a partir de 2019 se hará también en Tokyo.

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