Las tres primeras décadas del siglo XX fueron una época dorada para las artes escénicas españolas. Durante esos años, hubo artistas que rompieron esquemas y buscaron la hibridación entre disciplinas hasta conformar un movimiento de vanguardia de gran calado.
Margarita Xirgú, Tórtola Valencia, Pastora Imperio, María Guerrero o Vicente Escudero son algunos de los grandes nombres que conforman esta constelación de artistas que recoge la exposición Intermedios. La cultura escénica en el primer tercio del siglo XX español, un generoso recorrido por sus apuestas y logros, que situaron España en el mapa de la modernidad.
La misma corriente de revisión y ruptura con los lenguajes tradicionales que agitaba Europa caló en España, donde la generación del 98, los europeístas del 14 y los vanguardistas del 27 crearon el caldo creativo que permitió que una desinhibida búsqueda de nuevos caminos expresivos se materializara en un magma que impregnó todos los géneros y subgéneros. Fue en ese momento cuando la mujer tomó un especial protagonismo y cuando, además, se puso énfasis en hacer espectáculos cercanos y populares, para el gran público, alejando la palabra cultura de su aura de exclusividad.
Organizada por Acción Cultural Española (AC/E), la muestra, que ya ha visitado el centro Conde Duque de Madrid, se aloja en el Centre del Carme de Valencia hasta el 12 de noviembre. Después continuará su exhibición en la Fundación Caja Granada, hasta marzo de 2018.
Aurora Herrero ha comisariado una exposición que, a través de 200 piezas, nos adentra en el mundo de actores, bailarines, escenógrafos, directores de escena, titiriteros, payasos y otros oficios performativos y pluridisciplinares como el baile, el circo, el cuplé, la revista, el music-hall, la copla, el cabaret, las arquitecturas efímeras ligadas al carnaval o los experimentos cinéticos y cinematográficos que tuvieron un inusitado auge entre 1900 y 1936.
La palabra que da título a la exposición, Intermedios, hace precisamente referencia a los territorios creativos formados de la asociación conceptual y material de formas creativas en las que se fusionan y vinculan distintos medios, campos y actividades en torno al espectáculo.
Señala la comisaria que, en el contexto trágico y convulso de la España de aquellas décadas, suponían las artes en vivo un paréntesis temporal de lo cotidiano, por lo que adquirieron relevante protagonismo la magia, la ensoñación, la revista musical, el carnaval o la imaginería surrealista.
Federico García Lorca, Ramón Gómez de la Serna y Segundo de Chomón son los aglutinadores de este talento creativo, según Herrero, quien ha incluido en la muestra a los cineastas Luis Buñuel, José Luis Sáenz de Heredia o Luis Marquina por su cercanía y contaminación con las artes escénicas y con los artistas que las producían.
Junto a los reconocidos nombres de Antonia Mercé, La Argentina, a quien la Segunda República concedió el lazo de Isabel la Católica en 1931; Encarnación López, La Argentinita -quien protagonizó la primera obra dramática de Garcia Lorca en 1920, El maleficio de las mariposas-; Carmen Amaya o Miguel de Molina, la muestra nos acerca a otros menos populares pero igualmente geniales. Este es el caso de Ramper, el payaso excéntrico español más importante de todos los tiempos (solía salir por Madrid vestido de payaso y se paseaba por el Retiro con un cochecito de pedales), Didó, Ezequiel Vigués, artista polifacético, director de cabaret y titiritero que montó espectáculos de escritores de la vanguardia del momento, Catalina Bárcena, auténtica innovadora y diva de la escena -a quien vestían Lanvin, Dior o Balenciaga-, la vedette Tina de Jarque o la cupletista la Fornarina.
Carteles, bocetos, fotografías, títeres, piezas de vestuario, películas documentales, cortos de ficción o programas de mano conforman este sugerente viaje que nos propone Intermedios por unos años de vitalidad creativa y ruptura estilística que se vieron truncados por la Guerra Civil.
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