Dicen que para que una película funcione en Bollywood no hay nada más sencillo que una boda. El mayor rito de pasaje de la vida en India va cargado de conflictos, así que son fácilmente adaptables a la gran pantalla.
El 70% de los matrimonios se conciertan entre los padres de los cónyuges. La suma de la dote, el estatus de la familia, o la belleza y conservadurismo de la novia, son claves del trato. El novio debe aceptar a la novia una vez “des-velada”, y comienzan los preparativos.
Tanu Weds Manu
El cine se ha especializado en enseñarnos que las bodas por amor duran menos que los matrimonios que tus padres deciden. Así, Tanu Weds Manu, rizó la estereotipada comedia de enredos en 2011, mostrando a una Tanu que intenta por todos los medios que Manu la rechace, ya que está enamorada de otro. Esta protagonista activa se ve reducida a mero objeto de deseo después del intermedio. El enamorado resulta ser un gánster y Manu acude al rescate en la más meliflua evolución de una comedieta barroca. El film se hizo muy popular gracias a la música de Krsna (Sadi Gali sigue sonando en las discotecas), y en un fin de semana recuperó su presupuesto (2.4 millones de euros) y alcanzó el estatus de superhit.
El fin de semana pasado se presentó la secuela con el simple título (quizás en honor a Batman) de Tanu Weds Manu Returns. No resulta extraña la asociación que pueda esbozarse entre Bollywood y la españolada, pero cuando una actriz se desdobla, a Paquito le redobla el corazón. En esta ocasión, Tanu y Manu se divorcian, y ¿de quién se va a enamorar Manu? De un personaje que interpreta la misma actriz. ¡Ay, si Buñuel pudiera hacer un remake! Por supuesto, finalmente ambos vuelven a enamorarse y comen perdices hasta completar la trilogía.
Tanu Weds Manu Return
Más allá del superhit, existen en Bollywood unas pocas películas a las que llaman blockbuster (que Antena 3 popularizó y maltradujo como peliculón). Y con 12 millones de euros recaudados en su primera semana, este film se ha impuesto. No solo en taquilla, sino en la prensa.
Este tipo de evento tiene tanto poder que hasta los críticos ven las estrellas. El pasado fin de semana, Rahul Desai fue testigo de cómo su crítica de dos estrellas y media en Mumbai Mirror subía a tres y media. El periódico, en una breve y sutil columna aislada, justificaba el cambio dados los comentarios de los lectores e investigación, para subir la nota a la película.
Mumbai mirror revisa la nota
Si ya le resultaba complicado al público indio discernir entre un éxito comercial y una buena película, encontrar algún atisbo de honestidad en las endulzadas críticas fílmicas en Bollywood, va a ser aún más utópico. La maestría de los cineastas y actores se evalúa así, dependiendo del éxito en taquilla, y no de su talento. Ya, los títulos del equipo de marketing preceden al de los actores al principio de una película.
Esta presión de los grandes productores/distribuidores no sólo afecta a tabloides. El Bombay Times, la separata mayor del periódico Times of India, contiene sólo “información” de Bollywood. Estas “noticias” son publicidad indirecta que los equipos de marketing o actores subvencionan. Con la machista excepción del escote de Deepika Padukone, el contenido tiene un rango desde lo ingenuo al hastío: Tal actor recoge mangos del árbol con su hija, tal otro tuvo que comer 20 chiles en una escena, tal actriz cree firmemente en solucionar peleas dentro del matrimonio. Este perro no trata de ser irónico, son noticias reales con nombres omitidos, ya que esta pausa en mis ladridos también está basada en presiones que la industria puso en mí unos meses atrás.
El sexista caso de Times of India
En Bollywood, que hablen de mí, pero que nunca sea para mal.
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