El cine de terror japonés siempre ha gozado de una excelente salud (chequeen, por ejemplo, el díptico clásico formado por Onibaba y Kuroneko). Eso sí, a finales de los años noventa y durante la década posterior, hubo un nueva ola de horror nipón que cambió para siempre el género; tanto en oriente como en occidente. Leyendas urbanas de nuevo cuño, maldiciones domésticas, mujeres y niñas fantasma con el pelo negro y muy largo, y una cuidada atmósfera por encima del susto fácil.
La primera película que dio la vuelta al mundo dentro de ese boom fue The Ring (El círculo). Un título que forma parte ya de la cultura popular con esa maldición que se transmite a través de una cinta de vídeo. Ahora que llega la tercera entrega de la versión americana de la franquicia, Rings, dirigida por un español F. Javier Gutiérrez, vale la pena mirar atrás para repescar cinco clásicos de culto que ayudaron a forjar el nuevo terror japonés.
#1 Seánce (2000)
Kiyoshi Kurosawa es un nombre clave para entender el nuevo cine de terror japonés. De hecho, se adelantó un año al boom iniciado por Hideo Nakata y su The Ring con Cure, un thriller de autor de atmosfera fantastique y fugas al horror, que redefinió el género. Tres años después, Kurosawa volvió a acertar con Seance, otro thriller sobrenatural y telúrico con toques de drama familiar, donde hacía suya una novela de Mark McShane (adaptada con anterioridad en la fantástica Plan siniestro).
#2 Ju-on (La maldición) (2000)
Junto con The Ring, La maldición es la otra gran saga del terror japonés moderno. La revelación internacional se produjo en 2002 con la estupenda e icónica La maldición (The grudge). Dos años antes, Takashi Shimizu también se encargó de dirigir la primera versión de su famosa franquicia. Una película para el mercado del vídeo doméstico con un presupuesto menor pero, a la postre, mucho más terrorífica. Una pequeña obra maestra, desasosegante y sucia, que hace de sus carencias virtudes.
#3 Noroi: The Curse (2005)
Magnífico cruce entre terror japonés y el found footage a lo El proyecto de la bruja de Blair que constituye una de las películas más inquietantes y terroríficas del j-horror. El filme de Kôji Shiraishi, que se anticipa varios años a la fórmula de Paranormal Activity y sus secuelas, se cuece a fuego lento; dos horas de inquietud, tensión y sustos en crescendo con un uso inteligentísimo de los recursos que ofrece el formato de metraje encontrado.
#4 Exte: Hair Extensions (2007)
Seis años después de Suicide Club, una de las muestras de j-horror más atípicas y personales de la pasada década, Sion Sono volvió a dar en el clavo con Exte: Hair Extensions, otra locura inclasificable que casi funcionaba como una parodia macabra y llena de vitriolo de las constantes del género. Aquí el fantasma son unas extensiones malditas de pelo –como no- negro que acaban con la vida de las mujeres que las usan.
#5 Sadako v Kayako (2016)
El Freddy contra Jason nipón y la prueba definitiva de que el j-horror forma parte ya de la cultura popular. Inédita en salas comerciales, en España Sadako v Kayako se ha podido ver en diversos festivales de cine de género (en San Sebastián y Sitges), Sadako v Kayako es una serie b divertidísima que enfrenta a las dos mujeres fantasma japonesas más famosas de la historia reciente del género: la de The Ring (Sadako) y la de La maldición (Kayako).
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