Las páginas de un libro solo emiten el sonido que hacen al pasarlas y, sin embargo, pocos pueden poner objeciones si decimos que Alta Fidelidad de Nick Hornby exuda música por los cuatro costados. Muchos discos empiezan a contarte una historia empezando por la portada, antes incluso de que la aguja toque el disco.
En 2005 abrí un blog sobre cómics que, tras un generoso paréntesis, sigue en activo. Casi como un juego, se me ocurrió ir recopilando en él portadas de discos indies ilustradas por dibujantes de cómics. Pronto quedó claro que la cosa daba mucho más de sí y comencé a añadir posts sobre videoclips animados y fui ampliando el espectro hacia otro tipo de géneros musicales y colaboraciones. Ese fue el germen también de los textos que, con una periodicidad algo alegre, aparecen publicados en EL HYPE y en los que intento rastrear pequeños hitos en los que la música y el comic se cruzan y mezclan.
Pese a que no me he atrevido a establecer una cronología de esta relación, sí que es posible encontrar, en casi cada momento de la historia reciente de la música del último medio siglo, ejemplos de convivencia. Hay cómics que hablan de canciones, grupos y cantantes, y también canciones que homenajean a superhéroes y personajes de tebeos.
Desde los tebeos de The Monkees, las apariciones de los Beatles en cómics de todo tipo, el papel de Claro de Luna como precursor de las revistas de fans en España hasta las portadas alternativas de los tebeos Marvel que homenajean a los grandes discos clásicos del hip hop hay décadas de encuentros oportunistas, oportunas colaboraciones y sinceros homenajes en ambos sentidos.
Cómics como Odio, de Peter Bagge, suponen uno de los mejores retratos de Seattle en plena explosión grunge. Ha sido un dibujante-músico o músico-dibujante (mitad de los añorados Humbert Humbert) como Miguel B. Núñez quien ha sabido plasmar de manera magistral en su Heavy 1986 lo que era ser metalero en la España de la Movida Madrileña. Han sido Jamie McKelvie y Kieron Gillen quienes han convertido en Phonogram los grandes y no tan grandes discos del brit pop en nada menos que la base para que la magia campe a sus anchas por el Reino Unido. Gillen, además, tiene por costumbre envolver el lanzamiento de una obra con playlists de acompañamiento. La última, aquí
Discos olvidables con portadas de dibujantes excelentes; Canciones que evocan a superhéroes, que toman inspiración de novelas gráficas; Gente que hizo discos y, posteriormente tebeos. Al final del libreto de This is Hardcore, de Pulp, se podía leer algo que no es difícil imaginar que resulte obra del propio Jarvis Cocker: Por favor, no leas las letras de las canciones mientras escuchas el disco. A lo largo de los años, la banda sonora que acompaña a cada cómic ha sido en ocasiones imaginaria y, en otras, totalmente real. Y, a la vez, hemos podido jugar a fabular las viñetas que dibuja cada canción.
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