El teatro Talía de Valencia pone en escena, del 4 al 22 de septiembre, L’Electe, una comedia dramática escrita por el actor catalán Ramon Madaula (finalista del V Torneig de Dramatúrgia Catalana de Temporada Alta 2015). La principal motivación del actor, que ha participado en series de televisión como Isabel o La catedral del mar, fue su inquietud respecto a las motivaciones que mueven a una persona a ser presidente o presidenta de su país, cuando se trata de una responsabilidad que la mayoría de gente rehuiría, Además de la ambición de poder o los afanes legítimos de mejorar el mundo, sospecho que hay otras motivaciones, afirma.
L’Electe, que en su estreno fue protagonizada por el propio autor en complicidad con Roger Coma, ha sido adaptada por Juli Disla quien ha valencianizado el texto, para aproximarlo al público de la Comunitat Valenciana. El texto muestra a un joven político (Josep Manuel Casany) que tras ganar las elecciones y ante la inminencia de su investidura acude a la consulta de un psicólogo (Alfred Picó). El mano a mano desplegará una charla que irá desvelando los motivos que impulsaron al político a emprender su carrera. Estos dos actores, con un largo y fructífero recorrido en la escena valenciana hacen gala de una sintonía capaz de crear un clima especial.
Por supuesto, en la obra, que dirige Carles Sanjaime, la conversación humaniza a este presidente, que apunta a la realidad valenciana, mostrando su rostro más íntimo. Ya no sirve ocultar las emociones ni los miedos, porque la desnudez es parte del proceso y de la evolución, convirtiendo una charla en un duelo de esgrima réplica a réplica.
Quien desee buscar identidades ocultas y referencias concretas a personajes reales en L’Electe, lo tendrá difícil, aunque no le sea complicado reconocer tics, actitudes que comparten los políticos de uno y otro signo. La versión original de la obra hacía referencia al President catalán, mientras que la nueva adaptación se traslada al contexto valenciano, pero no se corresponde con Francisco Camps, Eduardo Zaplana ni Ximo Puig, al menos al cien por cien. El retrato del personaje de ficción tiene los rasgos que comparten estos y otros políticos en los que también pensamos…
Por otra parte, el personaje del terapeuta es una figura más sutil, que poco a poco irá “despellejando” con suavidad a su paciente para revelar la auténtica naturaleza de su problema. Por lo que políticos profesionales o no, los espectadores se identificarán ciertamente con algún momento clave de sus vidas, al que llegaron con mucha tenacidad, pero que también suposo recalibrar sus objetivos y expectativas.
El espectáculo se representa en valenciano y se pueden conseguir las entradas aquí.
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