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Daft Punk, ¿sueñan los robots con música electrónica?

En Música 26 febrero, 2021

Sergio Ariza

Sergio Ariza

PERFIL

El 22 de febrero de 2021 aparecía en el canal de YouTube de Daft Punk un enigmático video llamado Epílogo, con imágenes sacadas de su película de 2006 Electroma, en el que se les ve caminar, en sus disfraces de robot, por un desierto. De repente uno se para, el otro se da la vuelta y le conecta un aparato de autodestrucción que, un minuto después lo hace volar por los aires. Comienza a sonar una versión orquestal de «Touch», aparece un rótulo que nos pone las fechas 1993-2021, y luego se vuelve al desierto mientras el otro robot se aleja hacia el atardecer, como en las películas del Oeste. Mientras tanto, suena el inspirador estribillo de “Touch”: Hold on, if love is the answer, you’re home.

Daft Punk se separan y lo hacen de la manera misteriosa, propia y audiovisual con la que han marcado muchos de los caminos del pop del siglo XXI, con solo cuatro discos de estudio, en 28 años, y manteniendo el secretismo que les rodea en la época de las redes sociales y los selfies. No hay comunicado que nos explique si ha habido algún tipo de rencilla personal, si simplemente no se ven capaces de aportar nada nuevo o si van a continuar en solitario. Es puro Daft Punk, para más inri, cuando el vídeo termina, la recomendación última es “Da Funk”, la canción con la que comenzaron su carrera. Pura cuadratura del círculo.

Pero, ¿por qué es tan importante una banda con una discografía tan corta? Pues porque, como decía, han ido señalando el camino de la música pop, trascendiendo la barrera de la electrónica para influir a pesos pesados de distintos géneros, de Madonna a Kanye West, pasando por LCD Soundsystem o Gorillaz.

Y eso por no hablar de cómo sus vídeos musicales y sus presentaciones en directo cambiaron también la historia de esos campos, teniendo a gente como Michel Gondry o Spike Jonze dejando huella en el apartado audiovisual y logrando que su mítica gira de 2006, en la que aparecían con sus disfraces de robot en una pirámide gigantesca, fuera el paradigma para posteriores giras, como la comentada actuación de Beyoncé en Coachella.

El caso es que poco podían imaginar estos dos franceses, Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, que su carrera iba a ser así cuando comenzaron con el grupo Darlin’ (llamado así por una canción de uno de sus ídolos, Brian Wilson de los Beach Boys) junto al guitarrista Laurent Brancowitz (que terminaría en Phoenix) y recibieron una maligna crítica de un tipo del Melody Maker que llamó a su sonido a daft punky thrash (una basura punky y tonta).

Corría el año 1992 y como en la canción de otros grandes admiradores suyos, los LCD Soundsystem de James Murphy, De Homem-Christo y Bagalter cambiaron sus guitarras por mesas de mezclas, encontraron un nuevo nombre, Daft Punk, y se convirtieron en un grupo house.

Lo primero que hicieron fue un sencillo llamado «The New Wave», una canción que evolucionaría hasta convertirse en «Alive», que aparece en su disco de debut. Pero antes de llegar ahí, el dúo se dio a conocer con «Da Funk», un sencillo grabado en una pequeña independiente que contó con una tirada oficial de 2.000 copias en 1995.

Pero no fue hasta que los Chemical Brothers la incorporaron a sus directos cuando comenzó a ser conocida. El mundo estaba virando hacia la electrónica con grupos como los propios Chemical Brothers o Prodigy, así que varias compañías comenzaron una puja por ellos. Al final se decidieron por Virgin, pero lo que les convenció no fue el dinero sino el control artístico sobre su obra.

Tiempo después Bagalter explicaría: Tenemos mucho más control que dinero. No se puede conseguir todo. Vivimos en una sociedad en la que el dinero es lo que la gente quiere, así que no pueden conseguir el control. Nosotros elegimos. El control es la libertad. La gente dice que somos fanáticos del control, pero el control es controlar tu destino sin controlar a otras personas. No intentamos manipular a otras personas, sólo controlar lo que hacemos nosotros mismos.

Eso les permitió no solo poder sonar como ellos querían sino presentar sus canciones a su manera. Uno de los primeros ejemplos fue el videoclip que entregaron para «Da Funk», reeditado por Virgin, y que dirigió Spike Jonze, posiblemente el mejor realizador de vídeos de la historia. A la bomba house, con un punto funk, de Daft Punk, Jonze y el dúo la acompañaron de una surreal historia que seguía a un hombre con cara de perro por las calles de Nueva York, mientras sonaba la canción en su radiocassette.

La aparición de Homework vino acompañada de un enorme hype que se vio compensado con un trabajo espectacular en el que dúo colocó a Francia como la nueva capital del house mundial. Su fórmula era coger aspectos de la música de baile del pasado y darle un nuevo giro para que sonara futurístico.

En “Teachers” nombraban a más de 40 músicos a los que consideraban influencias, la mayoría eran DJ’s y productores de house, pero no se olvidan de su adorado Brian Wilson, de George Clinton, cuyo P-Funk también será uno de sus elementos preferidos, o de Dr. Dre, el arquitecto sonoro del ‘gangsta rap’, la influencia principal, según ellos mismos, a la hora de crear «Da Funk».

En ese primer disco, uno de los más influyentes de los 90 (se podría decir que The Avalanches nunca hubieran salido sin Discovery), también estaban joyas como el arrebatador inicio con «Daftendirekt», cuyo repetitivo refrán, Da funk back to the punk, come on, se convertía en algo hipnótico y trascendente, o la conocida «Around The World», que también repetía incesantemente su título, en una canción que parecía ‘bubblegum’ hecho por robots, era increíblemente pegadiza e imposible de no bailar.

Nuevamente el vídeo estuvo a la altura, esta vez dirigido por Michel Gondry, que entregó un icónico trabajo en el que cinco grupos de bailarines (esqueletos, nadadoras, momias, breakdancers gigantes y, en un guiño a su propio futuro, robots) compartían escenografía en una especie de homenaje disco a Busby Berkeley.

En 1998, Balgater se juntó con el DJ Alan Braxe y con el vocalista Benjamin Diamond para sacar la fundamental «Music Sounds Better with You», una de las canciones más irresistibles de la década y en la que ya se pueden apreciar dos detalles importantes para el futuro de Daft Punk, primero es el coqueteo con un formato de canción más estructurado, más pop, y otro aparece en el vídeo, también dirigido por Gondry, en el que los tres miembros aparecen con trajes a juego y caras pintadas que les hacen parecer robots.

El caso es que ese mismo año grabarían una de las canciones más importantes de su carrera, se trataba de «One More Time», un tema en el que colaboraban con uno de sus maestros, al que nombraban en “Teachers”, Romanthony, que es el que pone la voz principal. Es una canción gigantesca que adelantaría el sonido de Discovery y tendría una enorme huella en toda la música pop del siglo XXI.

Daft Punk demostraban su enorme genio convirtiendo un sample de una olvidada canción disco (el «More Spell On You» de Eddie Jones) en una especie de riff de sección de vientos que acentúa la melodía. Pero, además, la voz de Romanthony estaba fuertemente tratada, convirtiendo a esta canción en la validación definitiva del Auto-Tune, el momento en el que el odiado dispositivo comenzó a ser visto de otra forma, viendo que se podía utilizar creativamente, igual que un pedal wah, y que era mucho más que bótox musical, como algunos intentaban categorizarlo.

La canción se quedó en un estante durante dos años, mientras el dúo preparaba el resto del disco. Para el mismo alargaron su paleta y se fueron fuera de los límites de la música electrónica, metiéndose en terrenos pop/rock, jugando con estructuras de canciones más hechas en vez de focalizarse tanto en texturas y la producción. Como dijo uno de sus miembros, Si Homework fue una forma de decirle al público roquero, la música electrónica es ‘cool’, Discovery fue nuestra forma de decirle a los fans de la electrónica, ¿sabéis? El rock también es cool, os podría gustar.

Y es que en canciones como «Aerodynamic» se podían escuchar hasta solos de guitarra. Claro que el rock no es la única influencia en un disco con elementos de synth-pop, nueva ola, funk, música disco e, incluso, pop barroco, en concreto una «Veridis Quo» (una broma sobre la pronunciación ‘Very Disco’) que suena al ‘Smile’ de los Beach Boys, si Brian Wilson hubiera sido un androide en el año 2112.

Fue en este disco cuando Daft Punk comenzó a utilizar los cascos de robot, llegando a declarar que a las 9:09 del 9 de septiembre (mes 9) del año 1999 sufrieron un accidente en el estudio y cuando recuperaron la consciencia se habían convertido en robots. Una jugada de genio que les permitió ocultar su cara durante la mayor parte de su carrera, rodeándose de un aura de misterio en un negocio en el que la imagen personal es casi tan importante como la música.

Pero para Daft Punk la música siempre fue lo primero, aunque, nuevamente, volvieron a desarrollar un increíble trasfondo audiovisual para presentar Discovery, convenciendo al mago del anime japonés Leiji Matsumoto, creador de algunas de sus series favoritas de la infancia, para crear una película musical animada que concierne el rapto de un grupo extraterrestre y un productor maquiavélico en busca de discos de oro.

El caso es que la imaginería visual volvió a ser perfecta para algunas de las mejores canciones de su carrera, como la ya mencionada «One More Time», «Digital Love», «Harder, Better, Faster, Stronger» (de la que Kanye West sacaría su «Stronger»), «Something About Us» o «Face to Face». La película se tituló Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem y salió dos años después que el disco, en 2003.

El caso es que durante la primera década del siglo XXI el sonido Daft Punk estaba por todas partes, desde nuevos grupos de electrónica como los australianos Avalanches a compatriotas como M83 o Justice, eso sin hablar de figuras del pop como Madonna, en discos como Music y American Life, o del rap, como el mencionado Kanye West o Busta Rhymes.

Pero el caso es que fue en esa década cuando el grupo tuvo el único resbalón de su carrera, el disco Human After All, una mezcla entre música dance y rock que sonaba adormecida, repetitiva y poco inspirada. Eso sí, la gira en la que presentaron el disco, Alive 2006/2007, fue una de las más icónicas de las dos últimas décadas, siendo su actuación en Coachella en 2006, uno de sus momentos más recordados de su carrera.

Precisamente ese mismo año, 2006, apareció su película de ciencia-ficción Daft Punk’s Electroma, de donde son las imágenes que utilizaron para poner punto y final a su carrera con las que se abría este artículo. Nuevamente quedaba demostrada su pasión por las imágenes y el cine, será, además, una película, El Fantasma del Paraíso, la que servirá de inspiración para el que sería su epitafio musical, el excelente Random Access Memories.

Y es que hubo que esperar hasta 2013 para escuchar la continuación de Human After All y ver cómo Daft Punk se quitaba la espinita a lo grande, con un trabajo en el que bucean en las raíces de la música electrónica y ojean un futuro para la misma, como ocurre en esa genial chifladura que es “Giorgio by Moroder”. Lo curioso es que el resultado es su disco más analógico, el menos digital, el que más instrumentación y voces sin tratar tiene, como si los robots de su película Electroma se hubieran convertido finalmente en humanos.

Eso no invalida al resto de sus discos, creo que ahora mismo mi favorito es Discovery, pero sí que muestra que, a veces, se puede mirar al futuro echando la vista atrás, y Daft Punk recorren la historia de la música electrónica desde Kraftwerk y el propio Moroder, pasando por los himnos discotequeros de Chic, logrando, como explica el italiano en la canción dedicada a él mismo, hacer un apasionante viaje musical por varias décadas y estilos.

Fue, además, su mayor éxito comercial, aupados por la imparable «Get Lucky» en la que colaboraban Nile Rodgers de Chic y Pharrell Williams. El de los Neptunes también prestaba su voz en otra imparable invitación al baile, «Los Yourself To Dance», sin olvidar guiños a la música rock alternativa, como en la perfecta colaboración con Julian Casablancas de los Strokes en «Instant Crush» o la participación de Panda Bear en «Doin’ It Right».

Aunque puede que la colaboración más especial para la banda fuera la de Paul Williams, uno de los protagonistas de El Fantasma del Paraíso, la película de Brian De Palma que más veces vio el dúo en su juventud, que pone su voz a «Touch», una canción mayestática que recorre estilos y épocas con una enorme fuerza y guiños al rock progresivo. Normal que fuera la elegida para cerrar su trayectoria…

Y es que, tras Random Access Memories, los robots volvieron a desaparecer, todavía hubo esporádicas apariciones, co-producción en el Yeezus de Kanye West o un par de colaboraciones muy exitosas con The Weeknd, “Starboy” y “I Feel It Coming”. Luego hubo rumores de que si iban a sustituir a Beyoncé en Coachella, si iban a hacer la banda sonora de una película de Dario Argento pero no se concretó nada hasta ese 22 de febrero en el que un vídeo nos anunciaba su separación, siendo confirmada posteriormente por su publicista Kathryn Frazier.

Su final ha sido tan enigmático como su carrera, confirmado ocho años después de haber sacado su último disco y sin ni una sola explicación. Daft Punk han vuelto a dejar claro que lo único que importa es la música hasta en su final. Y la música seguirá estando ahí para el disfrute de generaciones venideras, si Kraftwerk puede verse como el grupo de electrónica más importante del siglo XX, Daft Punk lo han sido en el siglo XXI, dejando una huella imborrable con solo cuatro discos en 28 años de carrera. Pero para los robots franceses siempre primó la calidad a la cantidad, además los Sex Pistols solo sacaron un disco y los Osmonds 24, y a día de hoy solo se recuerda uno solo de ellos… y les puedo asegurar que no es The New Sound of The Osmond Brothers: Singing More Songs They Sang on The Andy Williams Show.

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