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Claro de Luna: Viñetas y canciones en la España de los 60

En Cultura martes, 12 de enero de 2016

Álex Serrano

Álex Serrano

PERFIL

Era la España del desarrollo, del Plan de Estabilización del 59, de la llegada de los turistas y de la apariencia de apertura, aún viviendo en la dictadura. Elfranquismo aflojaba ligeramente la soga y se esforzaba por ofrecer una imagen de prosperidad y bonanza muy alejada de la realidad. Con la televisión siendo todavía un lujo al alcance de pocos (se calcula que a principios de los sesenta tan solo unas 50.000 familias españolas contaban con un televisor en casa) el cine de barrio, la radio y el quiosco, lleno de dobles sesiones, novelas y tebeos de vaqueros, romance y aventuras, conformaban el grueso de la cultura popular de la época.

Boquita de rosa

La década de los sesenta tuvo grandes nombres como Editorial Valenciana, que triunfaba a partir de títulos ya populares como El Guerrero del Antifaz, Pumby oRoberto Alcázar y Pedrín y, sobre todo, la Editorial Bruguera, que tras grandes éxitos en los 50 con las novelas de bolsillo de Corín Tellado o Marcial Lafuente Estefanía y los tebeos como DDT, El Cachorro o El Capitán Trueno, entraba en con aún más fuerza en la nueva década con publicaciones como Tío Vivo, Can Can,Pulgarcito, Sissí o Celia, estas dos últimas dedicadas al público femenino.

Y es que sí, en una época con una producción tan ingente y variada de tebeos, las chicas contaban con publicaciones específicas, principalmente en la estela de los cómics de género romántico popularizados desde los años cincuenta en EE.UU, pero con un tono si cabe más pacato y conservador que solía ofrecer una visión bastante idealizada de la vida burguesa. La editorial barcelonesa Ibero Mundial de Ediciones, nacida en el año 1959, se movía como pez en el agua en el género, gracias a títulos como Lilian, Azafata del Aire, Mary Noticias, Romántica y, sobre todo Claro de Luna.

Claro de luna

Claro de Luna, con sus 620 entregas más un buen puñado de especiales, fue el gran éxito de la editorial. Su premisa era sencilla, pero terriblemente efectiva: cada cuadernillo tomaba como inspiración una canción de éxito y la convertía en una historieta corta plagada de romance y alguna aventura. Se incluía, además, la letra de la canción y, la de otros ritmos del momento y también un cupón mediante el cual las lectoras podían solicitar una canción moderna que no haya sido publicada en ninguno de los cuadernos aparecidos. Si se elegía tu canción, tu nombre salía en los créditos del número pertinente, precedido de un según inspiración de... Es perfectamente imaginable lo que debía suponer en la época que se publicase un tebeo con tu canción preferida, en el que salías citado junto al guionista y el dibujante. La locura.

Aunque los anuncios proclamaban que Ellas y ¡Ellos también! leen la colecciónClaro de Luna“, lo cierto es que la publicación se definía en portada como Revista juvenil femenina y el cómic estaba claramente dirigido a chicas, no solo por el tono almibarado de sus historias sino porque incluían contenidos adicionales como consejos de maquillaje. A lo largo de las más de 600 entregas de Claro de Luna,desfilaron desde José Guardiola, Luis Aguilé, Los Cinco Latinos o del Dúo Dinámico a Julio Iglesias, Adamo, los Beatles, Elvis Presley o los Beach Boys. Un mix totalmente ecléctico que refleja a la perfección la evolución de los gustos en material de música popular de las jóvenes españolas, a lo largo de una intensa década, así como la paulatina apertura a sonidos más “atrevidos”. La cabecera también contó con una serie de especiales dedicados a canciones de diversos festivales como San Remo y de la Canción Mediterránea.

Claro de luna

En lo referente a los autores implicados en la serie, a lo largo de su dilatada trayectoria, destaca el trabajo de dibujantes pioneras como Carmen Barbará,Mery, Violeta y los guiones de Natalia Palacios o Mónica Vidal. Barbará, cuyo trabajo era uno de los más solventes y con mayor evolución de la colección, seguiría trabajando para el extranjero como muchos autores españoles de la época. Sería, sin embargo, Miguel Gómez Esteban el autor con mayor peso específico en Claro de Luna. Gómez Esteban dibujó una ingente cantidad de entregas del título bajo diversas variaciones de su nombre y apellidos. Era un dibujante versátil y con una muy interesante utilización de las figuras y la narrativa.

Gómez Esteban, que falleció a una edad temprana, también participó en diversas publicaciones de terror y ciencia-ficción como Dossier Negro, Rufus, Vampus,Vampirella o Delta. Los cambios de costumbre y factores como la popularización de la televisión llevaron a una lenta decadencia del tebeo popular de consumo masivo. El haber existido en una época en la que el cómic no tenía la consideración de la que goza en la actualidad hace que hoy tebeos como Claro de Luna sean en el mejor de los casos, poco más que un recuerdo para nostálgicos, estudiosos y coleccionistas. Pensar en estos cuadernillos de papel parduzco como sosias avant la lettre de Super Pop, Smash Hits o MTV, o fabular cómo sería una versión actual de la colección, es algo no sólo francamente entretenido, sino también un pequeño homenaje.

Las imágenes de este artículo han sido obtenidas de Tebeosfera y Tebeos y Cómics, referentes en la recuperación del estudio y recuperación del tebeo español.

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