Los proyectos de Andrés Jaque e Izaskun Chinchilla alegran el estío neoyorquino con propuestas ecológicas y sostenibles.
Nos quejamos porque nos gusta quejarnos, pero siendo sinceros, está siendo un verano más que agradable en Nueva York. Si no fuera por la lluvia, eso sí. Supongo que es una recompensa merecida después de sobrevivir a uno de los inviernos más fríos de las últimas décadas. Eso decían, no soy yo así de apocalíptica.
Pero quién sabe. Este verano podría haber sido otro de esos húmedos, de los que obligan a llevar una toallita a los hombres de traje para secarse el sudor; y botellas de agua de litro para no deshidratarse en el metro, más caliente que una sauna, pero mucho más sucio. Algún día así ha caído, y caerá. Por eso la ciudad siempre inventa y crea formas de aliviar el calor.
Una labor que este año ha caído en manos de dos arquitectos españoles: Andrés Jaque e Izaskun Chinchilla. Los dos han creados sendos proyectos efímeros y con conciencia ecológica que ayudan a aliviar el calor y, sobre todo, alegran el verano en la ciudad. Ambos son proyectos con conciencia social y medioambiental. Y en ambos casos es la primera vez que un estudio de arquitectura no americano gana estos concursos.
#1 La ciudad orgánica
La arquitecta Izaskun Chinchilla, profesora de la Bartlett School of Architecture en la University College of London, ganó este año el concurso del Pabellón de La ciudad de los sueños que se celebra desde hace cinco en Governor’s Island. Su proyecto, Organic Growth (Crecimiento Orgánico), financiado por crowdfunding, construido por voluntarios y compuesto por materiales reciclados (500 ruedas de bici, 320 paraguas, 100 trípodes, entre otras cosas), está inspirado en la naturaleza, que debe adaptarse para poder sobrevivir. Tal y como debe hacer ahora la arquitectura, según entiende Chinchilla y sus colaboradores en este proyecto (Alejandro Espallargas, Adriana Cabello, Alfonso Aracil, Roberto Marín, Sally Hart, Antonio Abellán, Javier Esquivas, José Carrasco, y los estudiantes José Luis Fernández, Marcos Antón y María Bernardo). En concreto, la forma vertical y expandida en las alturas, de colores, de este pabellón que se imagina una ciudad futura de los sueños, toma como referencia las flores de la hortensia hydrangea macrophylla.
#2 Una fiesta ecológica
En el patio del MoMA PS1, la sucursal de Queens del Museo de Arte Moderno, domina desde el pasado mes de junio y hasta septiembre, COSMO: una gran máquina que depura 11.356 litros cada cuatro días mediante procesos de acumulación de ecosistemas y que se podría reproducir a cualquier escasa y en cualquier lugar. Con ella, Andrés Jaque, profesor en Columbia y profesor invitado en Princeton, y su estudio, Oficina de Investigación Política ganaron el prestigioso concurso Young Architects Program del MoMA PS1, que lleva casi dos décadas premiando nuevos talentos y propuestas sostenibles y con conciencia.
COSMO está construida con fragmentos reensamblados de estructuras de irrigación, tuberías celestes, tubos naranjas y transparentes, tanques de agua y plantas a través de los que se filtra y depura el agua en directo y a la vista de todo el que se acerca hasta allí. Y en verano son muchos, porque el patio del PS1 es la pista de baile de las Warm Up Parties semanales del museo, en las que ahora preside COSMO, ayudando a bajar la temperatura.
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