El trabajo de Alison Rossiter presenta la obsolescencia como cualidad expresiva contemporánea, papeles fotográficos caducados como soporte para la creación.
La experimentación fotográfica recorre asombrosos caminos que nos conducen no solo a visiones personales, sino también a conceptos válidos y latentes en nuestra sociedad contemporánea. El trabajo de Alison Rossiter (Jackson, Misisipi 1953) fluye a través de movimientos como Dadá y Fluxus, presentando la obsolescencia como una cualidad de representación visual.
En 2007, Alison compró una antigua y gastada caja de papel fotográfico en blanco y negro, caducado desde mayo de 1946. Tras realizar una prueba de impresión en su cuarto oscuro, descubrió que los resultados no solo estaban lejos de lo que se puede considerar una impresión fotográfica tradicional, sino que era similar a los dibujos de grafito. El inexorable paso del tiempo privó a los haluros de plata que contienen los papeles fotográficos de su principal capacidad: la de ser sutilmente sensibles a la luz.
Desde ese momento, empezó a adquirir gran cantidad de paquetes de papel fotográfico caducado de diferentes fechas y marcas. Objetos destinados únicamente al coleccionismo se convertían en el material perfecto para realizar fotogramas sin necesidad de cámara. Algunos de ellos rondaban los 100 años desde su fabricación.
La técnica de los fotogramas sin cámara consiste en colocar objetos directamente sobre papel fotográfico con la intención de crear composiciones de sombras, formas y siluetas. Tras su exposición a la luz, el papel se convierte en fotografía utilizando el proceso tradicional de revelado en blanco y negro. Esta técnica fue fuente de experimentación de maestros de la vanguardia como Man Ray y Moholy-Nagy, a los que se les reconoce de un modo oficial como los primeros en realizar fotogramas en el siglo XX.
Esta técnica, anclada en el siglo pasado, se convierte en el germen para la experimentación contemporánea con fotogramas, trasladándola al terreno de la abstracción y con el incentivo de involucrar activamente química, tiempo y azar, en el proceso.
En este campo de investigación constante, Alison Rossiter compone imágenes que evidencian el paso del tiempo y en donde la oxidación, el moho y las entradas de luz que ha sufrido el papel a lo largo del tiempo, se unen al lenguaje mostrado en sus fotogramas.
En otras de sus series utiliza los productos químicos del revelado en blanco y negro para conseguir una fluidez a través del plano de la imagen, al igual que los pintores expresionistas abstractos.
Todas sus obras están cuidadosamente documentadas con el nombre de la marca del papel utilizado, la fecha de caducidad y la fecha de elaboración.
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