En A Different Man, que llega a la competición oficial de la 74ª Berlinale, tras haber sido estrenada mundialmente en el pasado Festival de Sundance, Aaron Schimberg vuelve al tema de su última película, Chained for Life (2018) y cuenta de nuevo con la impactante presencia de Adam Pearson (Oswald). El actor, que padece neurofibromatosis en la vida real, ofrece una interpretación inmediatamente seductora y acompaña en el reparto a Sebastian Stan (Edward) y a Renate Reinsve (Ingrid) en una historia que debate satíricamente sobre la normalidad y lo estéticamente normativo. Con una estética indie setentera y fresca a la vez, A Different Man se atreve a reírse de lo que nos incomoda, planteando situaciones en las que confronta la valentía y la actitud diferente de sus personajes ante la misma cuestión, su apariencia fuera de la norma.
Acomplejado y retraído por su rostro, que parece moldeado para asustar a los demás, Edward decide someterse a un tratamiento estético experimental que lo transforma en el tipo de hombre que desea ser. Los distintos aspectos que envuelven el tema emergen y se multiplican a lo largo de la película: la atracción y la repulsión que provoca un aspecto físico determinado, las expectativas del cambio, la identidad basada en la imagen que proyectamos, ya sea la que refleja el espejo o la que despliega nuestra personalidad, así como el éxito y los medios que conducen a él. Aaron Schimberg recurre al gore, al absurdo, la parodia, incluso a Woody Allen, en su historia enloquecida y dinámica, sin miedo a la incorrección. A Different Man es un tratado sobre la inseguridad, que también explota con eficiencia la ambigüedad con que Reinsve interpreta a Ingrid, entre cándida y bitch, perfecta en el tono y su encaje en el puzzle de personajes y emociones, sin perder nunca la ligereza y naturalidad que deslumbró en La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021).
El trabajo del maquillador Michael Marino (nominado al Oscar por The Batman), que ha realizado las prótesis utilizadas en la película es sobresaliente, tanto que no vamos a desvelar aquí los detalles, y la banda sonora de Umberto Smerilli es perfectamente evocadora de la atmósfera que Schimberg ha querido construir.
Sebastian Stan fue galardonado con el Oso de plata a la mejor actuación protagonista en la 74ª Berlinale.
Información actualizada el 24 de febrero de 2024.
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