Xevi Fernàndez, Davidelfín y Felipe Varela acaparan titulares, por motivos bien diferentes, tras los desfiles de la MBFWM.
Nos podemos referir a ella como la semana de la moda de la capital, la Mercedes Benz Fashion Week Madrid o MBFWM, aunque esta última e impronunciable denominación siembre la duda de que nos haya dado una embolia y nos falle el habla.
En cualquier caso, la antigua Cibeles -caray, una cuarta forma de llamarla- es uno de los eventos de moda más importantes del año y nos deja un par de polémicas y un debut memorable.
Comenzando por el final, porque además el chico fue el encargado de cerrar los desfiles del certamen, el desfile del Xevi Fernàndez ha sido una de las gratas sorpresas de esta edición. Su colección, The Last Future, pinta el próximo invierno de blanco, rosa, azul pastel, menta, gris y un amarillo cortante y gélido. Si la paleta es poco usual, Fernàndez le suma complejidad al asunto y propone conjuntos -particularmente audaces los monocromáticos- en los que las lanas y piqués de Gratacós -su patrocinador- se yuxtaponen con efectividad a látex y cueros futuristas. Un debut de 10.
Dicha la de cal, vayamos a por las de arena. Davidelfín, el otrora enfant terrible del diseño patrio, ha sido acusado de plagio en cuanto sus modelos se han bajado de la pasarela. Llámenlo copia -o como dijo aquélla, intertextualidad– pero lo cierto es que las propuestas del diseñador recuerdan, y mucho, a las que hace años firmaron las chicas de Vacas Flacas, aquella marca que apostaba por el reciclaje de materiales para confeccionar sus prendas y que se hizo moderadamente popular con sus vestidos de cremalleras de colores. En cualquier caso, una pena que Davidelfín se parezca a sí mismo menos que nunca y haya abandonado ese magnetismo gráfico que caracterizaba los diseños de la casa.
El notición de la semana, convertido en tragedia por las exigencia del diseñador, ha sido el regreso a las pasarelas de Felipe Varela. El modista de cabecera de la reina prohibió el acceso de la prensa al backstage, las entrevistas y deduzco que hasta toser a los asistentes a desfile. Las prendas que se vieron sobre la pasarela se parecen al armario de doña Letizia como un huevo a una castaña, por lo que me pregunto qué coherencia tiene vestir a la reina de pasteles y encajes recatados y a las modelos de negro, brillos y transparencias.
¡Ah, los intríngulis de la moda! ¿Qué nos deparará la próxima MBFW?
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