Quizás la cualidad más importante de un gran director es la firma, esa visión personal que le da algo propio y personal a la película, todos sabemos cómo es una película de Hitchcock, de Almodóvar, de Tarantino o de Wes Anderson, son directores con firmas totalmente reconocibles. Bien, pues Jordan Peele tiene una propia, como bien prueba ¡Nop!, su tercera obra tras Déjame salir y Nosotros, demostrando que a pesar de sus irregularidades estamos ante un director totalmente fascinante.
¡Nop! puede que sea su película más comercial pero dicho esto sin ningún atisbo de desprecio, sigue habiendo elementos de terror, como en sus dos anteriores obras, pero ahora el presupuesto es mucho mayor y se escora más hacia la ciencia-ficción que hacia el terror psicológico. Su referente más evidente es el cine de Steven Spielberg, otro director con firma, siendo esta película algo así como una mezcla de Encuentros en la tercera fase con Tiburón, metiendo en el guiso un poquito de western de Leone.
Es, como decía, la película con más posibilidades de llegar a un público más amplio, aunque las libertades que se sigue tomando Peele con la verosimilitud de sus argumentos alejarán a muchos espectadores. Y es que a este director le importa menos el realismo que atrapar al espectador en su personal mundo. Si te dejas enganchar en él, las dos horas de ¡Nop! se pasarán en un suspiro.
Eso sí, es la menos terrorífica y la menos social de sus películas, si en Déjame salir daba un curso magistral sobre el racismo anclado en la sociedad estadounidense y en la más irregular, pero igual de fascinante, Nosotros se encargaba de ofrecer un fresco sobre las desigualdades sociales en su país, ahora se centra en otra cosa, en el poder vampírico de las imágenes, como si compartiera idea con el Arrebato de Iván Zulueta.
La película está llena de imágenes fascinantes de las que es difícil quitar la mirada, y es la mirada otro de los temas de esta película en la que Peele habla del aspecto de la cámara como predadora, como si fuera un animal salvaje al que es imposible domesticar, algo que tiene que conseguir el creador de esas imágenes, en este caso el propio director, que deja clara su responsabilidad sobre las mismas, dejando presente su firma desde el primer fotograma hasta el último que aparece en este ¡Nop!, una película que lleva marcada a fuego el nombre y el estilo de Jordan Peele.
En definitiva, se trata de un thriller de ciencia ficción ingenioso y extraño, en el que el humor y el suspense de Peele vuelven a combinar a la perfección, logrando un blockbuster de autor al que solo se puede achacar que, a pesar de su originalidad, puede que sea demasiado de autor para los que quieran desconectar con un blockbuster y demasiado blockbuster para los que quieran degustar una película de autor.
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