La oferta del Primavera Sound, con sus más de siete escenarios y sus actividades paralelas, es prácticamente inabarcable. Así que desde aquí preferimos apostar por valores seguros que deberían otorgar satisfacción garantizada. Estos son nuestros cinco momentos imprescindibles de la edición de este año, que a buen seguro volverá a poner patas arriba el recinto del Fòrum barcelonés. El ejercicio es orientativo, pero seguramente tan estéril como tratar de recoger el agua del mar con un cubo. Son cinco momentos que se presumen para el recuerdo, en el marco de una programación inabarcable que fácilmente puede deparar una treintena.
#1 The Replacements
Eran unos balas perdidas. Unos crápulas. Una banda que siempre fue a contrapié y nunca supo jugar sus cartas para llegar al gran público. Eternamente ensombrecidos por el éxito masivo de contemporáneos como R.E.M. Hasta en eso hacían honor a su nombre. Pero son leyenda del rock alternativo norteamericano, merced a álbumes tan rotundos como Let It Be (Restless, 1984), Tim (Sire, 1985) y Pleased To Meet Me (Sire, 1987). Incluso su canto del cisne, Don’t Tell A Soul (Sire, 1989)-porque su siguiente y último álbum es prácticamente un disco en solitario de Paul Westerberg-tenía momentos desarmantes. Habitan en el mismo panteón que Dinosaur Jr, Sonic Youth o Hüsker Dü, por derecho propio. Y es rarísimo que se dejen caer por aquí. Los Mats (como se les conoce coloquialmente entre sus fans) deben ofrecer todo eso y algo más: emoción, electricidad y adrenalina en estado puro.
#2 Patti Smith & Band
Esta venerable mujer sí que es una habitual de nuestros escenarios. Pero nunca defrauda sobre ellos. No lo hizo en 2006, en su última aparición en el festival, ni tampoco en la gira que nos la volvió a acercar a diferentes escenarios españoles, en 2012. Por si fuera poco, viene a reinterpretar los temas del disco que la convirtieron en toda una leyenda, el histórico Horses (Arista, 1975). La poetisa del rock por antonomasia, claro. Siempre imprescindible.
#3 Sleater-Kinney
Su reciente No Cities To Love (Sub Pop, 2015) es no solo uno de los retornos del año, sino uno de esos discos que figurarán en los listado de final del ejercicio cuando los medios especializados se vean abocados al recuento periódico de rigor. Y no es de extrañar. Fiereza, rotundidad, compromiso ético y canciones directas al estómago. Esa es la receta del trío femenino que dio carta de naturaleza al rock después del fenómeno riot grrrl, convirtiéndose en un must alternativo sin pervertir ni traicionar la esencia del orgullo del noroeste yanqui.
#4 Ariel Pink
Su música es de las que mejor describen la encrucijada sonora de lo que llevamos de milenio. Pop evanescente que se sitúa a medio camino de la genialidad y la boutade, de la explosión de talento genuino y de la emulación de patrones añejos. Pop sin denominación de origen, psicodelia heterodoxa, lo fi caleidoscópico…todo eso se funde en su intransferible propuesta.
#5 James Blake
El intimismo digital de la presente década se escribe con los trazos de este compositor británico: todo un prestidigitador de las emociones que se tejen entre pespuntes de dubstep, r’n’b fragmentado y neo soul. Sus conciertos en nuestro país se cuentan por triunfos, así que no cabe albergar más que grandes augurios.
Hay muchos más, claro: Mac DeMarco, Sleaford Mods, Benjamin Booker, Einstürzende Neubaten, Babes In Toyland, The Strokes, Ride, Foxygen, Interpol, Tobias Jesso Jr, Ought, Baxter Dury, Spiritualized, Run The Jewels, Belle & Sebastian, Antony & The Johnsons… un no parar.
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