Aprovechamos el estreno de Expediente Warren: El caso de Enfield para seleccionar cinco películas que han prestigiado el subgénero con conocimiento de causa. Filmes de terror que miran con respeto a sus modelos –el cine de miedo de los setenta y ochenta- pero que también se atreven con elementos de cosecha propia.La segunda década del 2000 ha dado pie a un feliz repunte del cine sobre casas del terror, encantadas, fantasmas vengativos y entidades diabólicas instaladas en el sótano.
#1 Los huéspedes (2012)
Dos años después de la fantástica La casa del diablo, Ti West volvería a dar en el clavo con una historia de fantasmas que recuperaba el espíritu de las mejores tv-movies de terror de Dan Curtis y Richard Matheson adaptado a la generación mumblecore. Sara Paxton, Pat Healy y una recuperada Kelly McGillis harán de improvisados parapsicólogos para descubrir si el Yankee Pedlar Inn está embrujado de verdad. Cocida a fuego lento -¿hay algo paranormal en el hotel o todo es fruto de la sugestión que sufren sus empleados?-, el clímax final es presentado en un genial crescendo que te levanta literalmente de la butaca. Aviso para fans de Girls, Lena Dunham aparece en la película en un pequeño papel.
#2 Housebound (2014)
Otra producción que también recupera el terror televisivo de los setenta: la premisa de las perturbadoras Bad Ronald (1974) de Buzz Kulik y Crawlspace (1972) de John Newland. Léase: personas que, literalmente, viven escondidas entre las paredes de casas ajenas, como el gato negro de Edgar Allan Poe. La película neozelandesa juguetea con esa herencia clásica y la pasa por el túrmix del humor cazurro –el personaje del policía torpe aficionado a la parapsicología- y los sustos verbeneros. Como guinda final incluye un inesperado homenaje a Alejandro Jodorowsky. Y es que el huésped que reside entre las paredes de la casa es clavado a la encarnación rubia del escritor chileno en El topo (1970).
#3 The Dead Room (2015)
Una de las gemas escondidas vistas en el Festival de Sitges 2015. Como Housebound también viene desde Nueva Zelanda, aunque aquí hay menos humor, una atmósfera contenida de terror en su primer tramo, y un twist final macabro que da sentido a todo el conjunto. The Dead Room también tiene un referente claro, La leyenda de la mansión del infierno (1973) de John Hough, y ofrece, antes de un fright show antológico –su parte final es un festival para los amantes del cine de casas encantadas-, un estudio de personajes bien dibujado: el del trío de investigadores formado por dos parapsicólogos y una joven médium.
#4 Todavía estamos aquí (2015)
Nueva esperanza blanca del terror indie con base en los Estados Unidos, Ted Geoghegan debutó a lo grande hace solo un año con esta fantástica película de horror que era capaz de mezclar diversas referencias de forma equilibrada. El american gothic, las películas de Lucio Fulci –la familia que ocupa la casa encantada se apellida Sacchetti, como el guionista de las cintas más celebradas del director italiano-, y el terror de bajo presupuesto norteamericano. Apadrinado por Larry Fessenden y con la presencia de la scream queen Barbara Crampton, Todavía estamos aquí es una reivindicación de toda regla del menos es más adaptada al cine de terror. Ochenta y cuatro minutos de gloriosa pesadilla.
#5 Expediente Warren: El caso de Enfield (2016)
El último juguetito de terror paranormal de James Wan quizás no sea el mejor de su carrera, pero aguanta el tipo frente a los dos Insidious (2010, 2013) y el primer y superior Expediente Warren (2013). Lorraine y Ed Warren llegan al viejo continente para investigar un caso de poltergeist y posible posesión diabólica en el seno de una familia londinense de clase baja. Más edulcorada y menos terrorífica que su antecesora, Expediente Warren: El caso de Enfield vuelve a mostrar a un Wan poderoso a la hora de planificar las secuencias que finalizan en un buen susto. Una efectiva mezcla entre el William Castle de La mansión de los horrores (1959) y el Peter Medak de Al final de la escalera (1980).
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