El Club de Ajedrez Gambito cumplirá 75 años en su próxima temporada.
Magnus Carlsen lo sigue ganando todo. Además del campeonato del mundo en su modalidad clásica, también se ha proclamado campeón mundial de ajedrez relámpago y de rápidas. Pero ahora no voy a escribir sobre él, aparte de estas líneas, porque no quiero que el extraordinario noruego se adueñe del blog “Peón en séptima”. Ha llegado el momento de hablar del Gambito.
El Club de Ajedrez Gambito cumplirá 75 años en la temporada 2014-2015. Fundado en 1940 por Vicente Adell, un jubilado de Renfe, el Gambito ha jugado, con notables resultados, muchas finales del campeonato de España por equipos. De sus filas han salido varios campeones individuales de Valencia (Zapater, Ramón Navarro, Ferrandis, Rafa Marí…). Durante aproximadamente una década -años setenta y ochenta- nuestro primer tablero fue el sueco Jaan Eslon (Falköping, 4 de marzo de 1952 – España, 24 de septiembre de 2000), tan añorado por todos nosotros. Era tan singular como buena persona, aunque en sus últimos años de vida -murió en Las Palmas de Gran Canaria de un fulminante infarto- estaba asustado al darse cuenta de que el ajedrez, apasionante y acaparador, es una profesión muy incierta. Y él no sabía hacer otra cosa.
En el Gambito jugó durante un año el subcampeón mundial Viktor Korchnoi (Leningrado, ahora San Petersburgo, 1931), gracias a una subvención de Bancaja (qué tiempos aquellos tan ilusos en los que nos creíamos colectivamente ricos; el batacazo ha sido morrocotudo) y gracias también al apoyo de la UNED-Valencia y la Politécnica, en cuyas sedes dio Korchnoi unas simultáneas bien pagadas. La estancia del gran Viktor en Valencia propició una divertida historia que cuenta el escultor Miquel Navarro en el libro Ocurrió en Valencia (la crónica es larga, pero vale la pena). José Antonio Garzón, el mejor historiador de ajedrez de la actualidad, es jugador del Gambito. Recientemente, Miguel Uris, uno de nuestros jugadores más destacados, organizó en El Rancho de Mislata un estupendo concurso de problemas de ajedrez.
La del Gambito es una bonita historia deportiva de tipo romántico apenas conocida en las altas esferas valencianas aunque eso no nos importa demasiado. Sabemos que el semi-anonimato puede ser una fuente de placer. Aunque de vez en cuando nos quejamos: el club tiene que pagarse los desplazamientos en los torneos oficiales porque la Federación no nos paga nada. Y los deportes mayoritarios tampoco sueltan la pasta: ¿cómo van a subvencionarnos a nosotros, los minoritarios, si muchos clubs de fútbol ni siquiera pagan a Hacienda?
Larga vida al Gambito | Club de Ajedrez Gambito de Valencia 30 noviembre, 2017 4:03 pm
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