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Cine y Series

Don Siegel primerizo

En Placeres y berrinches, Cine y Series jueves, 29 de enero de 2015

Rafa Marí

Rafa Marí

PERFIL

Doble Sesión (Cine clásico en V.O.S.) edita conjuntamente las dos primeras películas de Don Siegel, El veredicto (The Verdict, 1946) y Almas en tinieblas (Night Unto Night, 1949). Dos filmes que no fueron estrenados comercialmente en España.

De los primeros 16 largometrajes de Don Siegel (Chicago, 1912- California, 1991) tan solo uno, La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) llegó a las salas comerciales de nuestro país. Una obra maestra, por cierto, a la que en su momento casi nadie hizo mucho caso, salvo el que le tributaron los cinéfilos de raza, siempre de guardia y poco dados a equivocarse en sus apreciaciones. Los defensores avant la lettre de Douglas Sirk, del Fritz Lang y el Alfred Hitchcock norteamericanos, del Clint Eastwood años setenta/ochenta o del inicial Pedro Almodóvar –tan combatido en algunos influyentes sectores de la crítica- conocen en detalle el trasfondo de lo que estoy escribiendo.

Don Siegel

Pero no quiero instalarme en la queja, porque eso no funciona. Quejarse por sistema es como morder una piedra. Hay mejores alternativas. Frente a las cegueras ajenas, hagamos piña con los que suelen tener los ojos bien abiertos y fino olfato cultural.

El veredicto está basada en The Big Bow Mistery (Israel Zangwill, 1892), considerada la primera novela del subgénero de misterio: aparece un cadáver, asesinado a puñaladas, en una habitación cerrada por dentro y en la que no había ninguna otra persona. Aparentemente el crimen es irresoluble. Pero al final el enigma se resuelve de modo sorprendente. Ricardo Aldarondo, en el tomo Don Siegel editado en 2010 por el Festival de San Sebastián y la Filmoteca Española, elogia el estilo vigoroso del director, evidente ya en su primer trabajo, con un brillante recurso a las sombras en la creación de una atmósfera amenazante.

Quim Casas, en el libreto que acompaña la edición en DVD de los dos primeros títulos de Siegel, destaca las excelentes composiciones de los principales actores de El veredicto, los inquietantes Sidney Greenstreet y Peter Lorre.

Sydney Greenstreet, Don Siegel y Peter Lorre en El veredicto (1946)

Sydney Greenstreet, Don Siegel y Peter Lorre en El veredicto (1946)

Almas en tinieblas, melodrama gótico que finaliza con un purificador huracán, tiene un reparto curioso. Sus nombres de cabecera son Ronald Reagan, Viveca Lindfords y Broderick Crawford. Quince años más tarde, el futuro presidente de Estados Unidos concluiría su mediocre trayectoria actoral con un buen papel de villano en otra película de Siegel, la excelente Código del hampa (The Killers, 1964). “En Almas perdidas empieza a adivinarse ya un estilo personal, una clara voluntad de trascender los corsés del relato a través de la libertad en la puesta en escena que condecía trabajar en los márgenes de la serie B”, opina Quim Casas.

Para valorar con amplio conocimiento de causa la carrera de Don Siegel recomiendo el libro que publicó, Nosferatu (Donostia Kultura, 2006, se puede pedir por internet) dedicado a “La generación de la violencia del cine norteamericano” y coordinado por el gran crítico José María Latorre, recientemente desaparecido (1945-2014). El volumen, estupendo, se centra en las carreras de Nicholas Ray, Richard Fleischer, Robert Aldrich, Richard Brooks, Anthony Mann, Samuel Fuller y Siegel.

Finalizo con otra recomendación. Cuando puedan, “pillen” el DVD de Contrabando (The Lineup, Don Siegel, 1958), magnífico Thriller al que debe algo esencial el Quentin Tarantino de Pulp Fiction (1994): la concepción y diálogos de los dos asesinos a sueldo (Eli Wallach y Robert Keith en la película de Siegel; John Travolta y Samuel L. Jackson en la de Tarantino). Algunos buenos cineastas lo son por su talento para reciclar materiales ajenos con aspecto nuevo.

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