Los calcetines, esos grandes olvidados, reivindican su protagonismo en el outfit masculino: atrás quedan los sempiternos negros, pisan fuerte los colores, las texturas y los estampados.
Hasta que los hipsters no empezaron a remangarse el pantalón, sólo los fetichistas habían prestado atención al calcetín masculino, esa prenda que para el varón medio admitía únicamente dos variantes, el modelo “ejecutivo” y el deportivo. Afortunadamente, hoy sobran razones para lucirlos -siempre altos, jamás tobilleros-, glosaré algunas para convencer a los escépticos.
#1 Estilizan
Un bajo ligeramente enrollado por encima del tobillo permite lucir calcetín con orgullo y, además, te hace parecer más alto. A menos que te que mole regar arrozales, opta por pantalones de perneras estrechas, que soportan mejor un dobladillo pronunciado.
#2 Son una declaración de intenciones
Haz la prueba: ponte unos llamativos y cuenta los comentarios que generas, las miradas que atraes. Desterremos del campo de la virtud aquello de causar indiferencia, pasar desapercibido o ser discreto en el vestir.
#3 Rompen la etiqueta
Oficinistas uniformados en marengo y marino, combinad vuestras corbatas con calcetines granates, verdes botella o berenjena. Vuestro jefe no se quejará y contribuiréis a que los looks profesionales sean algo menos grises.
#4 Subrayan looks monocromáticos
La mejor manera de hacer brillar un conjunto negro es romper su armonía con un rabioso destello de color a ras de suelo. Prueba a hacer lo mismo con atuendos en los que impere el azul, el gris o el denim: tendrás que sacudirte de encima a los fotógrafos de streetstyle.
#5 Son la excusa para ultracombinar (o descombinar)
Los que sepáis coordinar colores, añadís con los calcetines un grado más de dificultad al reto diario de salir de casa más conjuntado que un Power Ranger de paisano. Los daltónicos podéis aducir que lo vuestro son los contrastes.
#6 Son ideales para empezar a atreverse
Si tu novio es más soso que la dieta de un hipertenso, que se ponga ese par de calcetines rojos que todo pack de Springfield incluye puede ser un pequeño paso en el camino sin retorno hacia la sofisticación. ¡Ten fe!
#7 Son baratos
Donde compra Pablo Iglesias –influencer hasta en materia de estilo, ya veréis- los hay baratos. Los de marcas cucas como esta, esta o esta -ninguna de las cuales me ha enviado un par para sobornarme y comprar su aparición en este artículo- apenas valen 7 euros.
#8 No requieren habilidad
Hay quien no sabe anudarse una corbata o colocarse un fular como es debido, pero, en serio, ¿quién no sabe cómo ponerse un calcetín?
#9 Incluso con chanclas, son tendencia
El hashtag #socksandsandals lleva casi 30.000 publicaciones en Instagram y hasta las Olsen han corroborado lo que la ciencia y los alemanes en Benidorm llevaban reivindicando como un must desde hace tiempo.
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