Tú decides cómo quieres presentarte en la Red, eliges tu nick y tu imagen. Tuya es la decisión de ser anónimo o de aparecer con tu nombre, tu cara y tu circunstancia, Dedica un tiempo a reflexionar y baraja las diferentes opciones sobre tu decisión porque es posible que te acompañe durante mucho tiempo y no queremos que tengas que arrepentirte en el futuro, ¿verdad? ¿VERDAD?
Cuenta la leyenda que aún hay personas que no tienen cuenta en ninguna red social, pero son pocas. Si eres una de ellas, párate a pensar un poco antes de sumergirte en el océano de Internet, reflexiona un poco antes de dar el paso ante la primera decisión que tienes que tomar para darte de alta en una red social: tu identidad, cómo quieres presentarte al mundo.
A menudo no nos paramos a pensar en ello y es curioso, porque es muy importante. A veces, incluso, determina nuestra posición en las redes sociales.
¿Quieres ser tú,con tu nombre, tu foto, tu localización, tus aficiones y tu trabajo? ¿O quieres ser alguien anónimo? ¿Quieres poder compartir con tus seres queridos todo aquello que dices en la Red o prefieres que la Red sea el sitio en el que dices todo aquello que no compartes habitualmente con tus seres queridos?
Decantarte por una u otra opción tiene consecuencias que igual no te has planteado. Como casi todo en la vida, tiene cosas buenas y cosas malas, así que tienes que decidir el mal menor.
Ser anónimo supone que puedes decir lo que quieras, cuando quieras, cómo quieras, sin impactos en tu vida: ni en tu familia, ni en tus amigos, ni en tu trabajo… Tentador, eh. Claro que a menudo se confunde ser anónimo, es decir, que no nadie sepa quién eres, con ser invencible y estar por encima del bien y del mal, y no. Ser anónimo en la Red no te hace invulnerable y, sobre todo, no te hace impune. Si lo que dices es delito, pueden trincarte igualmente.
Ser anónimo, o tener un nick y una identidad irreconocibles e inexpugnables, es también muy solitario. Lo realmente chulo de las redes sociales es que te da la posibilidad de conocer a muchísima gente que de otra manera probablemente nunca se hubiera cruzado en tu camino. Si quieres mantener tu anonimato a toda costa obviamente tienes que evitar conocer a esas personas tan maravillosas con las que interactuas a diario. Y es una pena. En serio, una pena.
Y luego está que cuando eliges ser anónimo no puedes compartir con tus seres queridos tus cositas, porque entonces dejarías de serlo. No puede ser “hoy sí, pero mañana no”, una vez te descubres no hay vuelta atrás.
Hay alternativas a ser completamente anónimo o identificarte con tu nombre y tu carita, claro: puedes elegir un nick que no te identifique completamente y compartirlo sólo con aquellas personas que tú decidas o puedes abrir dos cuentas, una anónima y otra no.
Tener dos cuentas es agotador. Si gestionar una requiere tiempo y dedicación, imagina lo que supone gestionar dos pero, oye, hay mucha gente que lo hace, seguro que tú también puedes. Todo depende de cómo esperas que sea tu experiencia en la Red, qué quieres conseguir, y cuáles son tus objetivos.
Ahora que te has parado a pensar un poco, ya puedes elegir por tu nick. ¿Ya lo has decidido?
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