Su nombre delataba las latitudes de su destino y los quilates de su grandeza. Sobrina de Gladys Knight, llevaba escrito el éxito en su mirada y en sus pasos certeros. Con escasos 22 años abandonó este mundo no sin antes dejar excelentes interpretaciones musicales y quizás algo más endebles en el celuloide. Se fue repentinamente, en un avión demasiado cargado tras haber grabado un vídeo que pasaría fatídicamente a la historia. Se llamaba o la llamaban… Aaliyah… hacia lo alto.
Empezó todo con diez años, cuando se presentó a un concurso de talento que curiosamente no ganó, pero con el que dejó claro su objetivo: brillar. Lo hizo sólo un lustro después, en un disco en el que precisamente hablaba de la escasa importancia de la edad. Algo que debió de tomar al pie de la letra R. Kelly, quien conquistó a la pequeña entre sesión y sesión de grabación de esta opera prima y se casó con ella, unión que a la postre se invalidaría por motivos que huelga recalcar.
Una en un millón… así rezaban (y pecaban) innumerables tatuajes de adolescentes en todo el mundo, que parafraseaban el segundo disco de esta muchacha que parecía querer el mundo sólo para ella. De hecho, se convirtió en la artista más joven que optaba al Oscar de la Academia por el tema principal de Anastasia, perteneciente a un film de Disney y que bordó en directo en la ceremonia de estos prestigiosos premios.
Aunque quería también estar al otro lado de la cámara interpretando papeles a su medida y así lo hizo como no podría haber sido de otra forma: por un lado, en Romeo debe morir, film de artes marciales que fue un auténtico taquillazo o la estrenada póstumamente La Reina de los Condenados, en la que parecía avanzar lo que podría ser un perfecto epitafio. La canción Try Again la elevó a la estratosfera, puso de una vez por todas a Timbaland en el mapa como productor de renombre e hizo que el sonido R&B alcanzase su máximo apogeo.
La demanda de un sencillo llamado Rock the boat hizo que la compañía discográfica necesitase un videoclip para promocionarlo. Ésa fue la decisión que cambió todo y que acabó dando al traste con la que era una de las carreras sin duda más prometedoras del panorama. Baby Girl fue la víctima de un piloto no autorizado y de la sobrecarga de un avión que nunca debió coger. Paradojas del destino, su último disco en vida se encaramó en las listas de éxitos de medio mundo y Aaliyah fue mencionada en un sinfín de canciones de aquellos intérpretes que la conocieron en vida.
Le esperaban muchos proyectos cinematográficos, entre ellos Sparkle, en compañía de la también malograda Whitney Houston o uno de los papeles principales de la secuelas de Matrix. Para el recuerdo queda esa manera tan especial de versionar a Isley Brothers en At best You are love o esa mirada que encerraba pasiones y decía multitud de cosas. Sus rasgos de los nativos americanos de su familia se vislumbraban en un mestizaje tan atrayente como fotogénico. Aunque lo verdaderamente potente y bello era esa voz tan conmovedora que recomendamos descubrir si “te la perdiste” en los tardíos años 90.
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