La 60ª edición de la Exposición Internacional de Arte de Venecia, titulada Stranieri Ovunque – Foreigners Everywhere, se abrió al público el 20 de abril, en los Jardines del Arsenale, y podrá visitarse hasta el 20 de noviembre. Comisariada por Adriano Pedrosa y organizada por La Biennale di Venezia.
La exposición presenta dos secciones: el Núcleo Contemporáneo y el Núcleo Histórico y como línea maestra, la Biennale Arte 2024 ha favorecido a artistas que no habían participado nunca en la Exposición Internacional —aunque un número de ellos ya se han presentado en pabellones nacionales, un evento colateral o en la última edición de la Internacional. Entre los proyectos presentados se ha contemplado con especial atención la inclusión de las instalaciones al aire libre, tanto en el Arsenal como en los Jardines, donde se lleva a cabo un programa performativo con diversos eventos, el próximo tendrá lugar en el fin de semana de clausura de la Biennale.
El título de esta edición, Stranieri Ovunque – Foreigners Everywhere, procede de una serie de obras iniciadas en 2004 por el colectivo Claire Fontaine collective, surgido en París y con base en Palermo. Estas consisten en esculturas de diferentes colores que devuelven en un creciente número de idiomas las palabras “Foreigners Everywhere” (Extraños en todas partes). La frase, a su vez, procede del nombre del colectivo turinés que luchó contra el racismo y la xenofobia en Italia a inicios del milenio.
Según explicó Adriano Pedrosa, la expresión tiene diversos significados, en principio porque no importa donde vayas siempre encontrarás extranjeros porque ellos, nosotros, estamos en todas partes. Además, estés donde estés, siempre eres en realidad y en tu interior, un extranjero, un extraño.
Según el American Heritage Dictionary y el diccionario de Oxford, el primer significado de la palabra “queer” es “extraño”, por eso la exposición despliega y enfoca la producción de varios temas relacionados: el artista queer, que se ha desplazado entre sexualidades y géneros; el artista outsider, que crea en los márgenes del mundo artístico, en la onda del autodidacta; el artista popular; y el artista indígena, a quien se trata como extranjero en su propia tierra. Las producciones que comprenden estas cuatro áreas se incluyen en el Núcleo Contemporáneo de la Biennale.
Los queer aparecen a lo largo de toda la exposición y son tema central de una amplia sección en la Corderie, además de otra dedicada a la abstracción queer en el Pabellón central. Los indígenas tienen una presencia emblemática, según Pedrosa, ya que sus obras acogen al público en ese mismo pabellón, donde el colectivo brasileño Mahku muestra un monumental mural en la fachada y en la Corderie, donde el colectivo Maataho (de Aotearoa/Nueva Zelanda) presenta una instalación a gran escala, en la primera sala.
El Núcleo Contemporáneo también dedicará una sección especial en la Corderie al Disobedience Archive, un proyecto de Marco Scotini, quien ha desarrollado desde 2005 un archivo visual consagrado a la relación entre las prácticas artísticas y el activismo. El proyecto está diseñado por Juliana Ziebell en dos partes: Diaspora Activism y Gender Disobedience. El Disobedience Archive incluye obras de 39 artistas y colectivos, realizadas entre 1975 and 2023.
El Nucleo Storico reúne obras del siglo XX procedentes de Latinoamérica, África, Oriente Medio y Asia, en un intento de cuestionar los límites y las definiciones de modernismo. Pedrosa destaca que el Sur Global es todavía profundamente desconocido, a causa de la exportación del arte europeo a lo largo del pasado siglo, en una imbricación con el colonialismo, que también supuso una influencia para quienes emigraron a Europa. En el Pabellón Central encontramos tres salas del Núcleo Histórico: Portraits, incluye obra de 112 artistas, pinturas, obra gráfica y escultura, entre 1905 y 1990. Destaca la recurrente representación del cuerpo humano, con sus propias reflexiones sobre el modernismo europeo. Por su parte, Abstractions incluye a 37 artistas, en una yuxtaposición inédita, con nuevas conexiones y paralelismos. Aquí tenemos artistas de Singapur y Corea, ya que en aquel momento se consideraban parte del Tercer Mundo.
La tercera sala está dedicada a la diáspora artística italiana del siglo pasado: artistas que trabajaron, viajaron y desarrollaron sus carreras en África, Asia, Latinoamérica, resto de Europe y Estados Unidos. 40 artistas, de primera o segunda generación de italianos, exponen en un sistema de caballete de vidrio de Lina Bo Bardi, italiana desplazada a Brasil, ganadora del León de oro especial en la Biennale de Arquitectura de 2021, in memoriam por toda su carrera.
La 60ª Biennale de arte también incluye 88 participaciones nacionales en los históricos pabellones de los Jardines, en el Arsenale y en la ciudad de Venecia. Por primera vez participarán Benin, Etiopía, Tanzania y Timor Oriental, mientras que Nicaragua, Panamá y Senegal contarán con sus propios pabellones nacionales este año. El pabellón italiano en Tese delle Vergini (Arsenale), que está esponsorizado y apoyado por la Dirección General de la Creatividad Contemporánea del Ministerio de Cultura, ha sido comisariado por Luca Cerizza. El proyecto Due qui / To hear, del artista Massimo Bartolini incluye aportaciones creadas por músicos y escritores, expresamente para la obra.
Por otra parte, el Pabellón de la Santa Sede, promovido por el prefecto del Dicasterio de la Cultura y la Educación de la Santa Sede, cardenal José Tolentino de Mendonça, estará este año instalado en la prisión de mujeres de Venecia, en la isla de la Giudecca. Con el título de With my eyes, sus comisarios son Chiara Parisi y Bruno Racine. La ciudad de Venecia también tiene su propio pabellón, el Venice Pavilion, en los jardines de Sant’Elena.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!