Triunfó la comedia, Mita Tova de Sharon Maymon-Tal Granit, consiguió la Espiga de Oro; Kreuzweg de Dietrich Brüggemann, un alegato contra el fanatismo, la Espiga de Plata.
Mita Tova (La fiesta de despedida, 2014) ha sido el segundo triunfo de sus directores en una Seminci, ya que fueron premiados en 2010 al mejor cortometraje por Matar a un abejorro. Esta coproducción germano-israelí aborda la eutanasia con elegancia y humor, también con valentía, en un país donde la religión y las leyes no son precisamente favorables a estas prácticas. El premio a la mejor actriz fue concedido ex-aequo a sus dos protagonistas: Levana Finkelstein y Aliza Rosen (a quien vimos recientemente en Pie de página).
El Jurado internacional otorgó la Espiga de Plata al film franco-germano Kreuzweg, que también fue elegido como el mejor por el Jurado Joven y el Jurado Fipresci. La película de Dietrich Brüggemann, al igual que la ganadora de la Espiga de Oro, aborda un tema social de importancia, las consecuencias del fanatismo, en este caso en la persona de una adolescente educada en el integrismo preconciliar, que lleva su fe hasta el extremo del máximo sacrificio. Los catorce planos secuencia que al puro estilo Roy Andersson componen un via crucis juvenil, enternecen y remueven las tripas a la vez. La ironía nos da un respiro de vez en cuando, con una mesura bien pautada y la rigidez de los adultos-educadores está matizada al divirse entre tres personajes, los padres de María y la au pair francesa, su confidente. Por una vez, el fundamentalismo religioso no lleva turbante sino una prepotente e inflexible cruz a cuestas.
Diplomatie se ha visto recompensada con dos premios importantes, el de mejor director a Volker Schlöndorf y de mejor actor al siempre eficiente NIels Arestrup, por su papel de gobernador nazi de París, Dietrich von Choltitz. Sin embargo, no esta precisamente una película a recordar por el valor de su autoría o creación personal, más bien un trabajo rutinario de un maestro que dirige con los ojos cerrados.
El Premio Pilar Miró fue para el director novel Damien Chazelle por Whiplash, un relato de superación personal y persecución de los propios sueños, muy a la americana, bien interpretado por el joven Miles Teller y J.K. Simmons como el profesor de música con quien entabla una especial relación de aprendizaje en clave de sacrificio y sadismo docente.
El premio Miguel Delibes al mejor guion recayó en la película turca Kuzu (El corderito), escrita y dirigida por Kutlug Ataman, que también ganó el de la mejor fotografía. El paisaje invernal y desolado de una pequeña aldea envuelve la tragedia de una familia mísera incapaz de celebrar con una fiesta la circuncisión de su hijo.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!