Lejos de quedarse atrás o de pasarse de moda, los zombis siguen en la primera línea del cine terror. Es más, es el monstruo más utilizado por el género, un poco por encima de los vampiros. La cultura popular actual está infectada, nunca mejor dicho, por los muertos vivientes. Y buena prueba de ello es una película como Train To Busan, una de las sensaciones del pasado Festival de Sitges, que reventó taquillas en su Corea natal.
Para celebrar su estreno, repasamos otras cintas que han puesto a los zombis como protagonistas. Un quinteto de películas de culto que tratan el género de forma desprejuiciada y festiva.
The Earth Dies Screaming (1964)
En más de una ocasión, el género zombi se ha cruzado con las películas sobre invasiones alienígenas. Una de las mejores en mezclar esos dos palos fantásticos es esta pequeña película británica llena de encanto. Dirigida por Terence Fisher, uno de los grandes maestros de la Hammer, los extraterrestres se valen de robots para colonizar la tierra, pero también de humanos reanimados tras morir; zombis con ojos blancos aterradores.
La noche de los muertos (1972)
Película que siempre merece la pena reivindicar por ser clave en la explosión del nuevo cine de terror americano de los años setenta. Ideada por dos genios del género, los nunca suficientemente valorados Bob Clark y Alan Ormsby, se trata de un exploit hippy con mucha gracia y retranca de La noche de los muertos vivientes de George A. Romero. Clark y Ormsby añaden unas gotas de satanismo a la función para redondear un filme de culto hecho con muy poco dinero pero que irradia amor por el horror clásico.
La invasión de los zombies atómicos (1980)
Título importantísimo dentro del género, pero aún desconocido para el aficionado medio. Este clásico de Umberto Lenzi, que partía también de una de las obras maestras de Romero, en este caso, Zombi. El regreso de los muertos vivientes, es uno de las primeros filmes donde podemos ver zombis que corren; de hecho es casi pionero en ese aspecto. De ritmo trepidante y gore festivo (los FX de Franco Di Girolamo son estupendos), la película se beneficia de una banda sonora alucinante y vanguardista de Stelvio Cipriani, y de un Francisco Rabal entregado como uno de los protagonistas; nada más y nada menos que interpretando a un mayor del ejército norteamericano.
El lago de los muertos vivientes (1981)
La aportación más trash de esta lista. Este delirio de Jean Rollin, héroe francés del cine de explotación con fugas ocasionales al arte y ensayo, pertenece al subgénero de las películas de zombis nazis. Y en ella podemos ver como un regimiento al completo de soldados alemanes, fallecido durante la Segunda Guerra Mundial, vuelve a la vida en un pequeño pueblo galo. Tras emerger de un lago como muertos vivientes, tratan de encontrar su sitio en el mundo. Uno de ellos intenta tener una familia de nuevo, mientras otros se pelean entre sí. Lo dicho, una fiesta trash que ojo, posee algunos momentos de poesía necrófila sorprendentemente bellos.
Apocalipsis caníbal (1981)
Co-producción entre Italia y España con un objetivo claro: replicar una de las mejores películas de Lucio Fulci, Nueva York bajo el terror de los zombies, y de paso aprovechar también la moda del terror caníbal que en esa época se vivía dentro del cine de género. Dirigida por Bruno Mattei y Claudio Fragasso, dos ídolos del exploit italiano, Apocalipsis caníbal se queda un poco lejos del clásico de Fulci, pero al menos ofrece una película de zombis clásica con generosa casquería, violencia, y la típica trama de vertido tóxico que inicia el brote. Solo por ver al gran Víctor Israel convertido en un misionero zombi, ya vale la pena disfrutar de este placer culpable con muertos vivientes.
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