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«Terminator 2: El juicio final», artesanía, cultura pop y FX visionarios

En Cine y Series 7 diciembre, 2017

Xavi Sánchez Pons

Xavi Sánchez Pons

PERFIL

Veintiséis años después de su estreno, Terminator 2: El juicio final regresa a los cines en una versión restaurada y con el añadido del formato 3D. La película de James Cameron revolucionó para siempre el terreno de los blockbusters con una secuela que unió de forma inteligente modernidad y tradición, y la serie B con los grandes formatos.

El filme encumbró a James Cameron como gurú intocable de Hollywood, significó el pico más alto de popularidad para Arnold Schwarzenegger, y sentó las bases de un fenómeno pop que dio origen a un universo expandido y a un fandom que aún se vuelve loco comentando las incongruencias de su línea temporal. En EL HYPE aprovechamos su reestreno, para bucear en tres elementos que ayudaron a crear la leyenda.

El factor Guns N’ Roses

El éxito de Terminator 2 se debió a una tormenta perfecta de decisiones y sincronías; estas últimas relacionadas con la cultura popular del momento. La más sonada en ese sentido fue el uso en la banda sonora del “You Could Be Mine” de Guns N’ Roses, que en esa época era el grupo de rock duro más grande del planeta. James Cameron y Arnold Schwarzenegger era fans de Axl Rose y Cía., y ambos convencieron a la banda durante en una cena celebrada en la casa del actor austríaco.

La canción, incluida en Use Your Illusion II, tuvo un video memorable en el que el Terminator de Schwarzenegger acudía a un concierto de Guns N’ Roses. Es más, Cameron les homenajeó en una secuencia de la película.

El malogrado Edward Furlong

El mejor John Connor de la saga y uno de los personajes adolescentes más carismáticos de la historia del cine. Su joven rebelde y punk con aspecto de fan de Nirvana, se convirtió en un icono para la juventud grunge de la época. Era guapo, tenía nervio y se comportaba con naturalidad delante de la cámara.  De hecho, su cara a cara con Schwarzenegger sigue siendo emocionante y conmovedor.

Ahora bien, esa fama vino con una maldición que suele acompañar a los actores jóvenes que no son capaces de lidiar con el estrellato llegado casi desde la nada. Y es que Furlong debutó en el cine con solo trece años en Terminator 2, un filme que se acabó convirtiendo en un fenómeno de masas y un clásico de la cultura pop. Tras eso aguantó el tipo como intérprete hasta principios del 2000, pero los abusos con las sustancias le han llevado a una decadencia artística y física dolorosa.

La magia de Industrial Light & Magic y Stan Winston

Uno de los grandes reclamos del estreno original de Terminator 2 fueron sus efectos especiales; una combinación perfecta entre técnicas digitales y tradicionales. Las primeras corrieron a cargo de Industrial Light & Magic de George Lucas y crearon el hoy legendario T-1000; uno de los primeros personajes cinematográficos generados gracias al hoy común CGI. Interpretado a medias por Robert Patrick cuando no se convertía en metal líquido, el equipo de la ILM capitaneado por Dennis Muren fue capaz de revolucionar las técnicas digitales al traspasar ese efecto generado por el ordenador a la película de celuloide; una técnica que utilizó por primera vez en otro clásico de James Cameron, Abyss.

Cameron también optó por efectos tradicionales, firmados aquí por Stan Winston, uno de los magos del oficio. Winston se encargó de los FX de maquillaje del Terminator de Schwarzenegger (esa cara deformada por las balas, el brazo mecánico y muchos más), mejorando sus propios logros conseguidos en la cinta que dio origen a la saga.

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