Un paseo por el Parc del Fòrum, recinto por antonomasia del Primavera Sound, los días del festival deja bien patente cuantísimo se han preocupado algunos por sus conjuntitos, sabiendo que el lugar está plagado de fotógrafos de prensa; de cazadores de looks, de esos que nutren sus bitácoras digitales con imágenes de anónimos fashionistas; y, cómo no, de bloggers e instagrammers de toda índole.
Tan ansiosa he visto a la gente de que la pararan y le hicieran un retrato que he pensando, ¿desde cuándo es más relevante lo que lleve una guiri achicharrada a pie de escenario que lo que luzca una estrella planetaria sobre las tablas? Por eso, en tiempos de street style, reivindico el stage style:
Como si fuera Camarón, Brett Anderson de Suede se partió literalmente su camisa slim fit -bien pasadita de moda, no vaya a ser que el look por excelencia del brit pop se actualice- y estuvo medio concierto con el sobaco al aire. Casi le vemos también las rodillas: esos pitillos deben de llevar en su guardarropa desde los años del “She’s in fashion”. Antes que él, llenaron el escenario las chicas de Goat (imagen de la cabecera de este post). Si el estilista de Sia se diera una vuelta por la procesión del Corpus de Valencia y un garbeo después por la semana de la moda de Nairobi, el resultado de su apuesta estética sería lo que llevaron ellas en la jornada inaugural del Primavera Sound. ¡Fabulosas! Y musicalmente, una grata sorpresa.
Peaches, demostrando que lo de Lady Gaga, antes y mejor, siempre lo ha hecho alguien en el indie.
Selda Bagcan, como vestida de Punt Roma, encandilando a los presentes con su propuesta traída, como su ropa, de la península de Anatolia. Para recuperarse del impacto del modelito de la turca, muchos hubieron de pillarse una ídem.
El dos piezas de Nao estuvo a la altura de la belleza y la elegancia del público que tuvo a sus pies: con diferencia, lo mejor ataviado del recinto estuvo rozándose espasmódicamente al son de su música.
Como dos auténticos dandis, Alex Turner y Miles Kane lucieron americana y palmito. The Last Shadow Puppets, el proyecto que ha unido a los también miembros de The Rascals y Arctic Monkeys, es uno de esos grupos que entienden que música y estética forman un matrimonio perfecto. Y lo explotan fetén. Fantástica su puesta en escena para acompañar unos temazos de corte retro y elegante, jalonados de violines desgarradores.
El cierre fashion del festival se lo adjudico a Carolina Polacheck, la virtuosa líder de Chairlift. Vestida como de COS, revindicó el total white -cristalino como su voz- y la trenza. Merece un 10. Su directo, un 15.
¿Ha sido o no el Primavera de la moda? Yo creo que sí, si no… ¿Por qué el destino quiso que me encontrara con mi admirada Amaya Arzuaga en pleno concierto de Richard Hawley?
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