Siempre he tenido a la perplejidad como la variante urbana del asombro. Hubo un asombro primordial en la contemplación de la esfera celeste que propició una política, una religión y una economía ligadas a la astronomía. Si el asombro permitió pronto un tipo de poesía y, por tanto, también una metafísica, la perplejidad ha dado
Hola, Pablo. ¿Cómo estás? Sé que no te pillo en tu mejor momento. En solo dos años cristalizaste los sueños del 15-M, te convertiste en el faro de la nueva izquierda y reuniste a tu alrededor a 5 millones de votantes ávidos de cambio. Sin embargo, ¿de qué ha servido todo eso? Tras el frustrado sorpasso
Hace años mi amiga P. se extrañó mucho de que yo no conociera a Byung-Chul Han. Estábamos merendando en la frontera alemana (bueno, yo merendaba un trozo de tarta de arándanos y ella fumaba) y me dijo: Jesús, me resulta extraño que no conozcas a Byung-Chul Han. Es el filósofo de moda en Alemania pero