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Abandonen el edificio

Soul Kitchen, La Fábrica de hielo y la reconversión del espacio

En Lifestyle, Abandonen el edificio 29 octubre, 2018

Sandra Jiménez

Sandra Jiménez

PERFIL

La casa es un organismo vivo, el cual debería estar inompleto y ser modificable.

 Renzo Piano.

Además de la casa, cualquier espacio arquitectónico es susceptible de ser modificado. Si se puede modificar es porque es flexible, ya que la flexibilidad es la capacidad que tienen algunos elementos o materiales para permitir modificaciones en su forma sin perder su estructura esencial. Un espacio arquitectónico flexible es aquel que nos permite modificarlo, tanto exteriormente como interiormente, ofreciendo al usuario diferentes alternativas de distribución, que le permitan adaptarlo a sus necesidades.

Esto resulta vital en rehabilitación, pues permite alargar la vida útil de un edificio manteniendo vivas la cultura y las tradiciones estableciendo así un vínculo entre pasado, presente y futuro.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València) Fotografía © SJLL.

El intercambio cultural entre València y las principales capitales europeas (turismo, Erasmus…) ha propiciado cambios notables en la fisionomía de la ciudad, tanto en su trama urbana (anillo ciclista, peatonalización, ensanchado de aceras…) como en la rehabilitación y redefinición de edificios en desuso que, al ponerlos nuevamente en valor, han sido capaces de adaptarse a sus nuevos usos sin perder su esencia y tradición.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

Soul Kitchen

Felipe Bens y Amores, grup de percussió (Veles i Bous 2016, La fábrica de hielo, El Cabañal). Fotografía © SJLL.

Numerosos filmes europeos muestran otras formas de entender la versatilidad del espacio arquitectónico, otras ideas de negocio y modo de vida de otras ciudades. Una de las películas precursoras en este campo sería Soul Kitchen, dirigida en el año 2009 por el cineasta alemán de ascendencia turca Fatih Akin.

Soul Kitchen

Soul Kitchen (Fatih Akin, 2009).

Los personajes que aparecen en esta película, su propia trama, la banda sonora y su seductora estética marcaron tendencia e influyeron en la aparición de un gusto por el estilo industrial, muy de moda en locales y lofts.

Soul Kitchen es el nombre del enorme restaurante, viejo y destartalado instalado en un vetusto almacén a orillas del puerto. El almacén donde se rodó la película está situado en la ciudad de Hamburgo, concretamente en el barrio de Willhelmsburg, al otro lado del río, caracterizado por sus antiguas fábricas, naves industriales, contenedores y solares en desuso.

Soul Kitchen

Antiguo almacén en el barrio de Willhelmsburg, Hamburgo. Fotografía © Andrea David.

En la película, el local del protagonista Zinos (Adam Bousdoukos) es frecuentado por los trabajadores del puerto y por el viejo constructor de barcos, Sócrates (Demir Gökgöl). Su restaurante no tiene grandes aspiraciones, la oferta gastronómica es limitada (productos congelados, fritura…) y su diseño no resulta confortable ni acogedor. Básicamente, lo mejor que tiene es que es barato y que ofrece buena cerveza y buena música.

Soul Kitchen

Soul Kitchen (Fatih Akin, 2009).

Zinos se ve agobiado por dos situaciones: la primera, una inspección de sanidad que le amenaza con cerrarle el local si no realiza una fuerte inversión que dote al establecimiento de las mínimas condiciones de salubridad. La segunda es la repentina marcha a China de su novia por motivos laborales.

Ante esta diatriba, Zinos decide ceder Soul Kitchen a su hermano Illias (Moritz Bleibtreu) y contratar un nuevo cocinero. Ilias es un vividor, un jugador incorregible que acaba de salir de la cárcel. El azar hace que, en la cena de despedida de su novia, se cruce en su camino Shayn Weiss (Birol Ünel), un tipo poco convencional, un poeta de la cocina que aspira a que sus creaciones culinarias sean obras maestras para los sentidos.

Soul Kitchen

Soul Kitchen (Fatih Akin, 2009).

La reciente apertura de una escuela de danza en un edificio cercano será el detonante de la transformación del local. De repente, el público habitual del establecimiento (pescadores y trabajadores portuarios) pasa a ser gente joven, estudiantes, bailarines, con diferentes gustos y necesidades. Se hace imprescindible una transformación y el espacio arquitectónico comienza a adaptarse, a flexibilizarse, para responder a las necesidades de sus nuevos usuarios.

Respetando y manteniendo el concepto y el esquema básico del volumen compuesto por la estructura, los cerramientos y la cubierta original del almacén, los protagonistas se ponen manos a la obra y se lanzan a reformar el interior.

Esta reconversión o transformación pasa por ofrecer una distribución interior dinámica, que determina el cambio y la nueva filosofía del local. Dinámica, en el sentido de cómo se interactúa en el espacio, ya que no existe una línea clara en cuanto a la definición y el tratamiento de los materiales empleados en paredes suelos y techos. Es decir, no se procura que los materiales cerámicos se ubiquen en las zonas húmedas del local, o que la madera, más cálida, se utilice en la zona de comedor. Los materiales no se usarán para definir y delimitar los espacios. Todo se queda como está. Se respetan los materiales originales y su estado en el momento de la intervención, ya que ésta es mínima, apenas una mano de pintura, una mejora y adecuación de la instalación eléctrica y limpieza.

Soul Kitchen

Soul Kitchen (Fatih Akin, 2009).

El mobiliario empleado en la decoración también contribuye a crear este efecto, ya que el hecho de no haya ni dos mesas, ni dos sillas iguales, diferentes sofás, butacas, lámparas… refuerza la idea de que todo es susceptible de cambio. Todo se puede trasladar, sin que por ello el local deje de perder su esencia.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València)

En cierta manera, cambia la decoración, sigue siendo industrial, pero es más sutil, más cuidada, y ello se observa en todos y cada uno de los pequeños detalles que la enmarcan. Estos cambios hacen que en cuestión de semanas, el Soul Kitchen se convierta en el lugar de moda de la ciudad, un nuevo centro cultural y de ocio, lugar de encuentro de jóvenes y adultos, gracias a su sugerente propuesta gastronómica de la mano de la comida de Shayn, los conciertos y música en directo con el grupo de rock del camarero.

Soul Kitchen

Soul Kitchen (Fatih Akin, 2009).

Es interesante ver cómo la vida y el estado de ánimo de Zinos se ven reflejado en su local; y cómo la evolución del personaje también se identifica en el Soul Kitchen. Esta capacidad de transformación, de reconversión de los espacios arquitectónicos en función de las necesidades de sus usuarios hace que la arquitectura cumpla una de sus funciones: la de prestar servicio al hombre, y la de funcionar correctamente según los parámetros de diseño con los que ha sido concebida, para poder ser utilizada por él.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

Al hilo de lo que aparece en la película, en València existen algunos ejemplos de decoración de locales, seguidores de esta tendencia industrial. Pero el que más similitudes y parecidos tiene con la película es La Fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal. En su origen, esta fábrica estaba destinada a almacén de aperos de los barcos de pesca de los marineros del Cabañal y a la producción del hielo, necesario para el negocio del pescado, del que hace años se mantenía el barrio marinero por su proximidad al Puerto de Valencia. Actualmente es un espacio cultural, gastronómico y artístico.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

Respetando el volumen inicial del almacén, el espacio interior se moldea y adapta en función de las diferentes actividades que se desarrollan en su interior. En el edificio se han mantenido los cerramientos y la cubierta original de la nave, placas de fibrocemento, algunas de ellas traslúcidas, que permiten el paso de luz en su interior. Los cerramientos desnudos, desprovistos de cualquier tipo de revestimiento, son un enorme lienzo que evidencia y muestra su historia, son testigos del paso del tiempo, de las diferentes intervenciones que ha sufrido, de su falta de mantenimiento, su escaso cuidado en reponer aquello que se había estropeado… y la huella dejada por estos elementos, la hacen especial y diferente.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

En la actualidad, los espacios arquitectónicos se configuran a través del empleo de elementos constructivos aparentemente fijos, pero cuyas características hacen que dichos elementos no sean definitivos en su ubicación y que ofrezcan al usuario la posibilidad de trasladarlos, adaptando el espacio a sus requerimientos. Tal es el caso de mamparas, parabanes, biombos…

Teniendo en cuenta la oferta tan variada de actividades y eventos que ofrece La Fábrica de hielo era necesario no definir un espacio concreto para un uso específico sino que todos los espacios pudiesen servir para todo. En su caso, aunque pueda parecer contradictorio, para conseguir esta flexibilidad era necesario disponer espacios abiertos y de libre circulación o bien colocar un número suficiente de espacios de tamaño parecido que puedan usarse de diferentes maneras.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

En la fábrica de hielo se crea una diferencia entre los elementos que son fijos e inamovibles, como el volumen fijo claramente definido que genera la agrupación de tres contenedores de color azul, que forman el núcleo húmedo compuesto por la barra, los baños y aquellos otros que están abiertos al cambio y a la variación, como son el enorme contenedor blanco que define la zona de exposición, taller y usos diversos y el resto de mobiliario vintage que estructura y modula la fábrica.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

En la película y en el local elegido, únicamente se interviene en el interior. Sin embargo, en rehabilitación existen otras posibilidades. Una de ellas es la alteración, que consiste en actuar en el aspecto exterior, creando así una propuesta de transformación más radical, que en muchos casos da lugar a un nuevo proyecto. Otra puede ser la adición o superposición de otros edificios o elementos, de manera que lo existente se toma como base y sobre ella se crea un conjunto coherente que integre, a la vez, la recuperación de un espacio antiguo unido a uno nuevo.

Soul Kitchen

La fábrica de hielo en el barrio de El Cabañal (València). Fotografía © SJLL.

Aunque las compañías aseguradoras suelen fijar la vida útil de las viviendas en unos cincuenta años, la realidad es que los edificios suelen sobrevivir a las personas y se transmiten de generación en generación. La arquitectura debe poder dar solución y respuesta a las necesidades y gustos de sus nuevos ocupantes. No hay presente sin pasado y brindar otra vida a estructuras antiguas es tan necesario como la creación de nuevos edificios.

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