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Siete canciones para comprender que Spoon debería ser tu grupo favorito

En Música 29 marzo, 2017

Jorge Salas

Jorge Salas

PERFIL

Spoon es una de esas cosas cuya trascendencia en la vida uno descubre sólo cuando desaparece del lineal del supermercado. El grupo de Britt Daniel y Jim Eno -suyo es, pues sólo ellos resisten desde su formación- cumplió en 2016 dos décadas de vida discográfica, y lo celebran en 2017 con la edición de su noveno disco. Hot Thoughts vuelve a demostrar, como lo ha hecho cada colección anterior, que Spoon jamás sale del estudio de grabación con un producto que no esté, en general, por encima de la media.

La banda de Daniel y Eno ha sobrevivido al efecto 90 -el de los que molaban en los 90, pero no en los 2000- con la misma holgura que lo han hecho a la mayoría de edad; desde los fantásticos A Series Of Sneaks (1998) o Girls Can Tell (2001) hasta este último disco, Spoon ha fraguado, referencia a referencia, una realidad indiscutible: si hay dignidad en la etiqueta indie rock, son ellos los que la tienen que lucir. Estas siete canciones, perladas como si nada a lo largo de los últimos 20 años de nuestras vidas, así lo demuestran.

«The Underdog» (Ga Ga Ga Ga Ga, 2007)

La Canción. El vale, tienes razón. Saquémonoslo de encima cuanto antes, a la primera. Si no le gusta “The Underdog” no vale la pena ni siquiera intentarlo porque esta canción lo tiene todo: una melodía imposible de sacarse de encima, una interpretación fresquísima, un estribillo perfecto y una guía rigurosamente preparada desde la batería a la guitarra acústica, pasando por las palmas, para llegar al clímax todos a la vez. Parece fácil, sí, pero ahí reside todo. Por algo la canción estaba en Ga Ga Ga Ga Ga (2007), uno de los discos que encumbró a Spoon.

«Knock Knock Knock» (They Want My Soul, 2014)

Si eres de esos que sienten la necesidad de defender a tus grupos favoritos como si las canciones las hubieras compuesto tú, es importante siempre asegurarse de que estos se muevan con cierta coherencia a lo largo de los años. Hasta la fecha, Spoon se ha comportado así. Por eso, cuando el grupo entró en barrena en 2010, Britt Daniel se dedicó a desarrollar ese seductor proyecto que es Divine Fits y Jim Eno empezó a producir a otros grupos; pasaron cuatro años hasta que un nuevo disco de Spoon vio la luz. They Want My Soul tenía canciones que, como “Knock Knock Knock”, demostraban que la vuelta no era gratuita: lo habían hecho desde la conciencia de la necesaria actualización del sonido de Spoon.

«30 Gallon Tank» (A Series Of Sneaks, 1998)

Spoon es algo vivo, esa es probablemente la mayor de sus virtudes. Respira. La evolución, siempre positiva, es el valor predominante del grupo que encabeza Britt Daniel. Basta echar un vistazo a lo que hacían el siglo pasado. “30 Gallon Tank” formaba parte de A Series Of Sneaks, un ejemplo de rock alternativo, tan Pavement como heredero instantáneo de un momento histórico que ellos también protagonizaron. Guitarras más afiladas y mayor contundencia, pero con pistas de lo que llegaría después, en lo intangible.

«Got Nuffin’» (Transference, 2010)

Hay grupos que a uno le fascinan y, por ello, teme descubrir cómo, en directo, toda esa fascinación se torna frustración porque la diferencia entre ambas versiones es abismal. Uno pierde el norte porque se lo han movido de sitio, y se lanza a la poesía barata. ¿Por qué tus labios me niegan lo que tus ojos me gritan? Eso con Spoon no sucede, claro. Su propuesta ha sido siempre tan orgánica en la producción, tan cerca del disco en directo, que no hay lugar para el temor. “Got Nuffin’”, incluida en Transference (2010), lo demuestra sin ambages.

«The Way We Get By» (Kill The Moonlight, 2002)

La versatilidad de Spoon es la versatilidad de Britt Daniel. Tanto en la interpretación como en la composición. Después de un par de discos de más o menos urgencia rock, incluso de cierto cariz punk, en 2002 aparece Kill The Moonlight con una canción construida a partir de un piano y la interpretación de Daniel, que empieza a dejar entrever que no es un cantante conservador ni de un único plano.

«I Summon You» (Gimme Fiction, 2005)

Realmente con Gimme Fiction empezó todo. Hasta entonces, Spoon era un muy buen grupo que, si bien era capaz de hacer disco extraordinarios en su conjunto (como los mencionados Series Of Sneaks o Girls Can Tell, joyas de auténtico rock alternativo), no terminaba de cruzar la frontera de la trascendencia popular. “I Turn My Camera On”, single de aquel disco, lo consiguió. Por detrás, “I Summon You”, un perfecto ejemplo de la relación de Britt Daniel con la guitarra acústica más allá del cliché de lo íntimo; fundamental para la recreación de la nostalgia sin caer en la trampa del desnudo.

«Take A Walk» (Girls Can Tell, 2001)

De la primera época de Spoon, esa que atesoraba elementos que más tarde todos abrazaríamos con efusión, hay muchísimas cosas que rescatar. Casi todas. Por ejemplo, las guitarras afiladas y las canciones con el minutaje exacto; ambas, pero sobre todo la segunda, se han repetido a lo largo de los años. La agitación punk, e incluso garage, de “Take A Walk” recuerda que las raíces de Spoon están tanto en Magazine como en Gang Of Four.

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