El estreno del nuevo thriller de ABC ha probado ser una producción muy atractiva gracias a su protagonista, Pryanka Chopra.
La crítica televisiva funciona como un embudo, los que hablamos sobre ellas vemos decenas de episodios pilotos y luego los recomendamos, según la calidad y otros parámetros menos relacionados con el aspecto artístico-cualitativo. Es una afirmación que puede parecer peyorativa, pero que a la vez es importante si queremos ser honestos con quienes nos leen. ¿Quién querría recomendaros Minority Report si sabemos que FOX la va a cancelar antes de que acabe el año? Una mala persona.
Los artículos que leeréis durante este mes de octubre en Pérdida de series tratan de recoger todos esos aspectos no tan ligados a la crítica televisiva estricta, para recomendar series con una conciencia global del panorama televisivo estadounidense. Así que dejamos la parte aburrida y pasamos a la acción. Esta es la primera de las series de estreno en EEUU que deberíais ver y espero que lo que cuente os convenza del todo:
El fenómeno de redes Quantico.
No tengo dudas. Si el año pasado Empire y Cómo defender a un asesino fueron los dos estrenos encargados de hacer vibrar las redes, este otoño la tarea va a recaer en Quantico, un thriller megaentretenido que ha hecho buenas audiencias en los domingos de ABC.
Quantico tiene como protagonista a Alex Parrish, la bollywoodiense Priyanka Chopra que interpreta a una recluta del FBI que entra en el programa de entrenamiento de la agencia y que, meses después, se verá envuelta en un ataque terrorista al nivel del 11S. La línea narrativa tiene ciertos paralelismos con lo que Cómo defender a un asesino hizo (tan mal) en la midseason pasada. La diferencia es que aquí no hay, todavía, signos de que todo vaya a convertirse en un círculo repetitivo aburrido y totalmente dependiente de los cliffhangers gratuitos tan característicos de la serie protagonizada por Viola Davis.
La serie de ABC parte con ventaja, claro. Tiene sentido que unos reclutas de FBI tengan un pasado misterioso, así que la verosimilitud no tendrá problemas en aguantar con nosotros. Y de la misma manera, la serie ha sido lo suficientemente sincera como para decirnos en el piloto que nada es lo que parece. No hay, como en Empire, nada que apunte a cambios drásticos en el comportamiento de los personajes y, si algo así ocurre, estará justificado por la premisa.
Uno de los productores trabajó con Shonda Rhimes en Anatomía de Grey, así que las reminiscencias son más que obvias con las series de Doña Pesada (Scandal), pero hay esperanza. Si Quantico no se deja arrastrar por el desfile de culebrones gratuitos, estamos ante el gran entretenimiento de network de la temporada otoñal.
Además, Parrish es un personaje de sobra atractivo y muy bien interpretado por Chopra. Sus compañeros de reparto (Johanna Brady, Josh Hopkins…) no parecen tampoco, ni a priori, lo suficientemente odiables como para distanciarnos, con lo que hay motivos suficientes como para elegir el equipo que más nos guste. Es lo bueno de este tipo de propuestas temáticas: las fases de entrenamiento de muchos blockbusters recientes han probado ser un elemento que ofrece entretenimiento y crea conflictos entre personajes de forma constante.
Por ahora, Quantico ha sabido llevar ese apartado a su favor y el piloto es una auténtica montaña rusa que ofrece de todo. Hacen falta unos cuantos episodios para ver si Quantico tiene potencial suficiente como para convertirse en el fenómeno que me atrevo a etiquetar ahora, pero por el momento las expectativas son grandes.
Debemos tener en cuenta que su temporada es de las largas, 22-24 episodios, y que las audiencias siempre pueden caer (ABC debería cambiar de estrategia y sacarla de los domingos), pero los elementos positivos están ahí. Quantico puede ser la serie que los que escribimos sobre televisión podemos recomendaros sin miedo a equivocarnos. Porque Quantico es sexy, es adictiva y promete ofrecernos muchas horas de disfrute sofamantero. Nos la quedamos.
La televisión norteamericana está probando ser un medio con mucha más diversidad que el cine. Y le está funcionando.
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