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La realidad de Europa en ocho películas

En Cine y Series 23 julio, 2018

Inés Calero

Inés Calero

PERFIL

Al verano normalmente le pedimos tiempo para invertirlo en lo que más nos plazca. Sea en lo que sea. Entonces los cinéfilos sabrán que la mejor parte del comienzo del verano es que Filmin nos trae su Atlántida Film Fest, el primer festival de cine en streaming en España. Una cita obligada en la agenda de los amantes del cine europeo de autor.

Tras la celebración del festival de forma presencial en Palma de Mallorca, hasta el 25 de julio están disponibles en Filmin la versión íntegra del festival: 83 títulos a competición seleccionados rigurosamente por los fundadores de la plataforma de cine online.

Viajar derriba fronteras y el cine, también. Es el segundo año consecutivo en el eje temático de la cita es la reflexión sobre la Europa contemporánea. Pasado, presente y futuro del viejo continente se reúnen en unas obras que reflejan la crisis de valores y de identidad y la consecuente resaca existencial que sacude a Europa.

Una lástima que el festival llegue en un momento en el que el cine online no se beneficia de la bajada del IVA Cultural, del que sí que disfrutarán a partir de ahora las entradas de cine; un varapalo más a las plataformas en streaming y a la tendencia actual de consumo del audiovisual.

Más allá de estas trabas gubernamentales, el Atlántida Film Fest va ganando prestigio hasta igualarse a otros eventos culturales presenciales del país y se consolida como el oasis alternativo más comprometido con la escena cinematográfica española, ocupado en acercar a los espectadores cine de autor que en principio no llega a las salas del país. También es cierto que en ocasiones el certamen ha servido como trampolín para lograr que algún film tenga recorrido más largo, ejemplo de ello es Los ilusos (2003), de Jonás Trueba, película que llegó a los cines tras pasar por Atlántida Fest.

Desde EL HYPE te recomendamos estas ocho joyitas de cine de autor actual que no deberías perderte.

#1 Holiday

Uno de los films más impactantes del festival que ya está dando qué hablar. En Sundance, más de un espectador se horrorizó por el retrato de la violencia sexual que ofrecía, con una escena de lo más brutal que se proyectará este año. Holiday narra la historia de Sascha, la novia de un peligroso narcotraficante. Un día la joven empieza a fijarse en otro gánster durante unas lujosas vacaciones en Turquía y desencadenará en un triángulo amoroso en una atmósfera de mafias. Su directora, Isabella Eklöf, utilizará este contexto para provocar sin medias tintas y hacer del film una metáfora del capitalismo.

#2 Blue my mind

La sensación suiza de la temporada, tras hacerse con los premios gordos de la Academia de cine helvética, llega al Atlántida para seguir causando sensación. Este relato con tintes kafkianos cuenta la historia de Mia, una adolescente de 15 años a la que su realidad se le antoja incomprensible. El primer largometraje de la escritora y actriz Lisa Brühlmann enmascara un coming of age que combina lo fantástico con una loable habilidad narrativa para generar un relato en ocasiones angustiante y en ocasiones sugestivo. La incomunicación parental, las transformaciones de su cuerpo, las ansias de comprenderse, su despertar sexual y ciertos comportamientos e impulsos que se le escapan de las manos, harán que Mia se refugie en el alcohol y las drogas. Pero por mucho refugio y excesos, la selección natural será más poderosa.

Recuerda a una posible nueva Carrie (Brian de Palma, 1976), que no tarda en dar un giro radical a los acontecimientos hacia un terreno más afin a Crudo (Julia Ducournau, 2016) e incluso Los 400 Golpes de Truffaut. Ah, en otro orden de cosas, cuenta una acertada banda sonora en la suenan Cigarettes After Sex.

#3 Postcards from London

En el mismo mes en el que se ha estrenado Con amor, Simon, la primera comedia adolescente protagonizada por un homosexual y financiada por un gran estudio, y Alex Strangelove, la respuesta de Netflix a la historia del adolescente que sale del armario, Atlántida Film Fest reúne en su sección ‘Identidad’ varias propuestas de lo más atractivas sobre la misma temática. Postcards from London es una de ellas; un film sobre un joven homosexual que nos lleva directamente al Querelle (Fassbinder, 1982) o y El señor de las moscas. Su director, Steve McLean, nos sumerge en el Soho londinense para mostrarnos el encuentro entre un adolescente de los suburbios y un grupo de escorts masculinos. También oportunos por la temática destacan en el programa del AFF Out, el estreno en España de una recopilación de personas LGBTI confesando las salidas del armario online y McKellen: Tomando partido, un documental sobre la trayectoria de compromiso de Ian McKellen.

Postcards from London (Steve McLean, 2018)

#4 Europa

Europa es una las películas más inclasificables del Atlántida y del cine español reciente. Con Virginie Legeay (The Girl From Nowhere, 2012) y Alexei Solonchev (Un Lac, 2008), la ópera prima de Miguel Ángel Pérez Blanco propone un viaje onírico que desdibuja la distópica Europa de nuestros días desde la genuina abstracción. Dos amantes se buscan por las calles vacías de una ciudad abstracta, perdidos durante el primer amanecer de 2018. Los dos cruzan un túnel de montaña la última noche de 1999. Conservan la misma edad pero sus nombres son otros. ¿El objetivo? Llegar a una rave para recibir al siglo XXI, pero sus vidas se vacían en mitad de esa noche entre drogas, flashes y flashbacks. De lo más experimental y conceptual del festival, logra articular un discurso fehaciente sobre la crisis de valores en Europa y la deriva de la generación nacida en los 80.

#5 Quiero lo eterno

Después de La extranjera, el cantante del grupo Manos de Topo vuelve al festival de Filmin con un asunto serio. Miguel Ángel Blanca cambia de registro y deja atrás su relato crítico y fantasioso sobre el turismo en Barcelona para abordar una película que desde el festival la definen como La naranja mecánica de la generación trap. Quiero lo eterno es una crítica a la alineación extrema desde la juventud y el fin del mundo; desde la noche, las cervezas, los tatuajes y el quemar rueda. Una distopía en la que un grupo de veinteañeros, hundidos en la soledad, buscan encontrarse a sí mismo mientras destruyen todo lo que encuentran a su alrededor.

#6 Yo la busco

Mucho cuidado con lo que se está gestando en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Como ya ocurrió con Les amigues de l’Àgata, Yo la busco es la ópera prima de la cineasta barcelonesa Sara Gutiérrez, que está triunfando con su proyecto universitario. Presente en festivales como Málaga, donde su protagonista se erigió como Mejor Actor de la Sección Zonazine, o el D’A Film Festival, el film es un retrato generacional, de relaciones poco convencionales entre mujeres y hombres. Entre la comedia y el drama, con un tono espontáneo y sincero, la debutante cineasta habla de cómo las generaciones modernas se niegan a crecer.

# 7 Tower. A Bright Day

Otra ópera prima, esta vez con toques de thriller apocalíptico. Su directora, Jagoda Szelc, hace de la celebración de una comunión un cine tenso, duro e incómodo. Con la desestructuración familiar sobre la mesa, saca a relucir algunos de los matices más oscuros de los que se impregnan los valores de la sociedad polaca contemporánea. A través de un prisma observacional y realista, esta directora novel logra recrear el terror de manera muy natural. Una reminiscencia de Celebración (Thomas Vinterberg, 1998) pero con una narrativa más poética y amarga.

Tower. A Bright Day (Jagoda Szelc, 2017)

#8 Ni jueza ni sumisa

Un reality show americano de tres al cuarto, sólo que rodado en Bruselas y con una jueza y delincuentes e inmigrantes sin papeles como protagonistas. Con este formato, Yves Hinant y Jean Libon presentan un documental cómico y mordaz en el que retratan el día a día de Anne Gruwez, una prestigiosa y excéntrica jueza del sistema judicial belga. Ella investiga el asesinato de dos prostitutas en un barrio de clase alta de Bruselas, un caso que lleva dos décadas sin poderse resolver y que la lleva al límite de la exasperación. El humor esquinado y la reflexión sobre lo peor de la sociedad belga contemporánea convierten este largometraje en una obra documental tan cercana al surrealismo que demuestra que la realidad siempre supera a la ficción.

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