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Música

La hoguera de Vanity

En Vidas salvajes, Música 24 febrero, 2016

Miguel Caamaño

Miguel Caamaño

PERFIL

Prince hacía y deshacía en los ochenta de manera pasmosa. Casi bautiza artísticamente a nuestra protagonista como “Vagina”, o al menos eso dice la leyenda. No lo logró, pero sí consiguió que actuase en lencería en muchas de sus apariciones, hasta que ella misma acabara con su vida, a base de un imparable camino de excesos.

El de Minneapolis veía a Denise como su alter ego femenino y la convirtió en su amante, quizás por esa muestra (una más) de su egolatría. No vamos a decir que se acostó con ella por parecerse a él, pero lo que sí quiso hacer es una estrella de esta actriz, modelo y cantante de belleza incomparable, que había estado hasta ese momento haciendo sus primeros pinitos en Canadá.

El primer paso fue crear un grupo a su alrededor que, tras una formación inicial, acabó llamándose Vanity 6, no sin antes echar a una de sus iniciales integrantes. A partir de ahí, llegaría un relativo éxito fuera de Estados Unidos hasta que con “Nasty Girl” empezaron a tener cierta popularidad.

Vanity empezó a creérselo y se enfadó cuando durante un Tour en el que teloneaban a Prince y The Time, este grupo empezó a tocar mientras las muchachas actuaban. Pero eso fue sólo una de sus pataletas. Prince la quiso en la portada de Rolling Stone y la tuvo y la quiso como la Apollonia de Purple Rain, pero eso ya no fue posible porque la diva y su laca se fueron repentinamente poco antes de empezar el rodaje.

Fue entonces cuando la protegida del Príncipe de Minneapolis quiso volar sola y aceptó un contrato con Motown, compañía ya instalada en Los Angeles y con todo un águila al frente de las negociaciones, el imparable Berry Gordy, Jr.

El último dragón fue un film producido por esta discográfica, muchos de nosotros hemos visto de niños un Bruce Lee negro que  luchaba contra unos samurais de barrio encabezados por un inefable Sho’Nuff. Mientras, como quien no quiere la cosa, luchaba por acceder a los encantos de una cantante que era lo más… Huelga decir qué papel interpretaba Vanity. Después de esa inefable película llegaron Action Jackson o Neon City, que tampoco pasarán a la historia del celuloide.

En este trasiego entre escenarios y sets de rodaje, Vanity fumaba cocaína, se acostaba con hombres y mujeres y desayunaba con Moët como quien dice, pero todo ello le pasó factura en su frágil organismo. Dolencias de riñón y de hígado fueron las que a la postre acabaron con su vida a los 57 años.

Ya hace más de veinte años que la muerte le había dado un aviso tras una sobredosis. Y la muchacha supo captar dicho apercibimiento: renació de sus cenizas y se dedicó a ser una cristiana convencida y a proclamar y extender la palabra de Dios como sacerdotisa de la iglesia Evangelista. Todo ello tras haber sido portada de Playboy, ser la amante más notoria y bella de Prince y casarse con un jugador de la NFL ahora convicto por asesinato. Su marcha fue el mismo día de los Grammy. Maldito destino.

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