El Puente (2011) es un thriller policíaco de la TV escandinava, dirigido por Henrik Georgsson, creado y escrito por Hans Rosenfeldt, que narra la investigación que sigue a la aparición del cadáver de una mujer asesinada en el Puente de Øresund/Öresund, que une Copenhague (Dinamarca) y Malmö (Suecia). La colocación del cuerpo en la frontera que divide ambos países no es casual sino meticulosamente estudiada, para implicar a ambas jurisdicciones, la danesa y la sueca.
En mi opinión, es una de las mejores series de los últimos años, no solo por un guión bien planteado y estructurado, unos personajes bien construidos, llenos de matices, muy humanos con sus defectos y sus virtudes, opuestos pero a la vez complementarios, sino también por una estética y un ritmo muy diferente al que nos tienen acostumbrados las series americanas. Todo esto hace que te atrape desde el minuto uno, despertando esa curiosidad que surge cuando estamos ante un producto distinto, que nos impide despegarnos del televisor. El remake americano The Bridge (2013), transcurre entre la frontera de EE. UU y Méjico y está interpretado por el actor mexicano Demien Bichir y la actriz alemana Diane Kruger. En la versión europea The Tunnel (2013), la acción se traslada al eurotúnel que cruza el Canal de la Mancha y está protagonizada por el actor inglés Stephen J. Dillane y la actriz francesa Clémence Poésy.
Si algo caracteriza a los productos nórdicos, en contraste con los americanos, es su extensa paleta de colores fríos que abarca toda la gama de verdes militares, azules apagados, grises, negros y blancos, que transmiten la escasa duración de los días en esos países, sus bajas temperaturas, su carácter tímido, mientras que en los segundos el abanico cromático es más amplio. Otro factor que también los distingue es la forma de mostrar la realidad, pues no la maquillan sino que se nos presenta tal y como es, por ejemplo la violencia, el sexo, la justicia tan característicos de este tipo de argumentos, se nos presentan tal cual, despojados de cualquier tipo de romanticismo.
La serie comienza con los títulos de crédito en los dos idiomas, danés y sueco, sobre una sucesión de bellísimas imágenes nocturnas del puente y las ciudades, al ritmo de la canción «Hollow Talk» del grupo danés Choir of Young Believers, que nos introduce en esa atmósfera tan particular, la escandinava. Un fundido a negro, que apenas dura unos segundos, se recupera la imagen y, en cuestión de minutos, se plantea la acción y conocemos a nuestros protagonistas.
[iframe id=»https://www.youtube.com/embed/cIiQW0ipHjU» align=»center» mode=»normal»]
Los protagonistas son, de la parte sueca, la inspectora Saga Noren (Sofia Helin) y de la danesa, el detective Martin Rohde (Kim Bodnia), quienes a primera vista no se caen demasiado bien. A pesar de los recelos iniciales, se establecerá entre ellos un vínculo de comprensión y ayuda mutua, que irá creciendo y avanzando al compás de la intriga y que, transformándose en un admirado y profundo respeto, los convertirá en grandes amigos y confidentes. Dos personajes muy contrastados con los roles invertidos, pues llama poderosamente la atención la personalidad marcadamente masculina de ella frente a la intuición femenina de él.
Ella es una mujer brusca, con graves problemas de relación con el resto del mundo, desconoce lo que se considera políticamente correcto, dice lo primero que piensa sin reparar en ello. Todo es blanco o negro, no existen los matices, hecho que no ayuda a que sea muy apreciada en su departamento, pese a ser brillante en el trabajo que desempeña, aunque obsesiva e incluso enfermiza en cuanto al cumplimiento de reglas y procedimientos. Sin embargo, aun careciendo de empatía y habilidades sociales logra crear un personaje entrañable y querido.
Él, su contrapunto perfecto. Su personaje es cálido, afable, extrovertido y con sentido del humor, mujeriego, casado varias veces, y con hijos de diferentes mujeres, irónico y sarcástico. Una persona muy intuitiva, práctica y resolutiva que no duda en tomar atajos para resolver los problemas.
Y, entre ellos, el Puente de Øresund (danés) o de Öresund (sueco) con una longitud de 7845 m, un peso de 82.000 Tn, una altura libre de 57 m, 4 autopistas en los dos sentidos y dos líneas férreas, como un protagonista más. Una metáfora como símbolo del nexo de unión y colaboración que se establece entre ellos y sus países de procedencia.
Nos encontramos ante una singular obra de ingeniería (1995-2000) diseñada por el arquitecto danés George K. S. Rotne, ya que se trata de un híbrido con diferentes soluciones tipológicas: un puente atirantado con uno tradicional, un túnel y una isla artificial, Peberholm (isla de Pimienta), en uno de los extremos, que resuelve el problema de la comunicación y distancia relativamente pequeña (16 km) entre estas dos ciudades, Copenhague y Malmö. Lo mismo ocurre con Saga y Martin, que emplearán diferentes métodos para aclarar el caso.
El puente atirantado (como lo es su relación al principio), cuyo vano central, uno de los más grandes del mundo (490 m), está flanqueado por 2 imponentes torres de hormigón (su pilar más alto mide 204 m), está realizado con un hormigón de alta resistencia y gran durabilidad que soporta no solo temperaturas inferiores a 20 grados bajo cero y un ambiente marítimo agresivo sino también la posible colisión de buques e impactos de hielo; como lo son ellos, tenaces y firmes representantes de la ley en sus países.
El diseño apuesta por el contraste: frente a la rotundidad del hormigón, la ligereza de los tirantes, como también lo hace la serie eligiendo dos personalidades opuestas, pero a la vez complementarias que funcionan a la perfección.
El puente se construye ensamblando sus vanos como si se tratara de un mecano, mientras que la estructura de la película, siguiendo su ejemplo, va uniendo sus piezas hasta conseguir un encaje perfecto.
Hay que añadir que la segunda temporada mantiene el nivel de la primera, con una relación más evolucionada entre los dos policías, con un caso central también muy interesante y sigue aprovechando magníficamente el tema fronterizo y el papel dramático del puente.
© Fotografías del Canal AXN
Las imágenes de ingeniería han sido sacadas del portal twistedsifter.
Agatha 19 julio, 2016 4:47 pm
Me encanta el artículo y el análisis comparativo entre la serie y la obra de ingeniería. Además me han entrado unas ganas locas de ver la serie. Genial Sandra!
SONIA 22 julio, 2016 10:04 am
Buen artículo. He visto la serie. La interacción entre los dos personajes es lo mejor y como van estrechando lazos y tejiendo puentes.