Internet es la nueva tierra de las oportunidades, puedes encontrar cualquier cosa. Cuando digo oportunidades me refiero a «coto de caza para pillar cacho y ligar» y por cualquier cosa se entiende «cualquier cosa». Y rápido.
Meetic, eDarling, Badoo, hay un mundo casi infinito de páginas y aplicaciones para ligar en la Red pero hoy vamos a centrarnos en una, Tinder, y en sus peligros.
Tinder es una aplicación para encontrar a otras personas con las que relacionarse. Para ligar, vaya. Uno se registra, pone cuatro cositas para crear filtrar y, ¡hala!, aparecen chorrocientos mil usuarios que cumplen esos criterios de búsqueda y que Dios reparta suerte, uno se pone a decir este sí, este no, este me gusta me lo quedo yo con el dedito de aceptar o rechazar.
Hasta aquí todo bien, la selección natural funcio… OJOCUIDAO, ¿qué selección? ¿Cómo decidimos si alguien a quien no conocemos más que por una imagen, un nombre y unas pocas palabras, nos gusta o no? Efectivamente, amigos, por la imagen.
Resulta que Tinder es una trampa mortal: tienes que registrarte a través de Facebook y ¡oh, sorpresa! esta red es la proveedora de las fotos de perfil. Y aquí es donde viene la risa.
Ya hemos hablado alguna vez de la importancia de la foto de perfil, y de lo cutre que es que aparezcas con tu pareja. Pues imagina si tienes la intención de pegársela y tu santa aparece besándote la mejillita en tu perfil de Tinder. No, espera, mucho mejor: imagina que te encuentras a ti mismo porque tu pareja también busca rollo en Tinder, y te tiene en su foto de perfil. ¿Rebuscado? No, resulta que ha pasado. Y puede volver a pasar. Puede pasarte a ti.
Para que esto no te suceda sólo tienes que seguir un consejo que hará que tu experiencia de ligoteo on line sea mucho más divertida y no acabe en divorcio y esas cosas tan desagradables: si tienes pareja, no te registres en Tinder o, al menos, no te registres con el perfil en el que tienes a tu familia, tus amigos del trabajo, tus compañeros de mus y los papás de los compañeros de tus hijos. Como hemos dicho, cuando te registras en Tinder tienes que utilizar la cuenta de Facebook. Es muy fácil seguir el rastro, sobre todo si tienes fotos tuyas, en las que se te identifique, de perfil. Si quieres actividades extraescolares, busca en otro sitio.
Hasta un orangután sordociego encerrado en una cueva sin wifi sería capaz de intuir que buscar una aventura extramatrimonial a cara descubierta en la Red es un peligro pero, a juzgar por la cantidad de infidelidades descubiertas, la especie humana no es mucho más lista que una ameba.
Recuerda: jugar con Tinder es jugar con fuego.
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