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Disfruta tu resaca

En Lifestyle 31 diciembre, 2015

Eva Peydró

Eva Peydró

PERFIL

Los colaboradores de EL HYPE comparten sus secretos para no perderse ni una fiesta y seguir disfrutando al día siguiente.

Traspasar el límite de ingesta de alcohol en el que aun nos sentimos lúcidos puede ser un acto deliberado o accidental, no hay una línea roja general que nos indique cuándo parar si lo que deseamos es quedarnos en esa zona de seguridad.  Cada uno, y en cada circunstancia, tenemos diferentes niveles de tolerancia a las copas, pero además, cuando irremediablemente ya hemos llegado al lado oscuro, tampoco nos sirven las mismas recetas para volver a la vida.

Nuestros colaboradores, gente de mundo que por obligación o devoción participa de las más selectas, exquisitas, e incluso indeseables bacanales, en acto de servicio o placer -a menudo, indiscernibles-, han querido compartir con nosotros los trucos a que recurren para salir con bien de cualquier lance etílico.

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El remedio para la resaca del especialista en cine y televisión Emilio Doménech nos llega desde su residencia de Boston y sigue tres pasos. «Si te saltas el primero y/o el segundo, tienes las de perder. El tercero es opcional porque sólo es para las melopeas más importantes:

#1. No mezcles y, si lo haces, que sea con bebida de buena calidad y cuyos colores no cambien demasiado. Ron-cola + whisky-cola, bien. Gin-tonic + vodka-limón, bien. Whisky a pelo y gin-limón, error imperdonable.

#2. Come en abundancia cuando hayas abandonado el garito de turno o estés esperando a que abra el metro. Un burrito, unos churros o unos chipirones en salsa. Ligerito, vaya.

#3. Si has hecho escudo estomacal suficiente y ves que tu cabeza ya va con ganas de amargarte la mañana, trágate un rico ibuprofeno antes de acostarte (consulte a su farmacéutico, tal y cual…).»

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Más breve, y en solo dos pasos, es el truco del crítico musical Carlos Pérez de Ziriza. «Mi remedio es una buena ducha y gazpacho Alvalle. No falla.» No lo intenten con otras marcas, porque podemos asegurar que si él lo dice, no hay discusión, su lucidez, capacidad de trabajo y erudición son prueba viviente de la eficacia de su método o de una génetica tipo Marvel.

La creadora de Mujeres perdidasSara Strobl, guionista e ilustradora residente en Berlín, tiene su truco contra el efecto barco: «Al tumbarme en la cama, sacaba un pie fuera, tocando suelo, para que no me diera vueltas todo. Dejar la ventana abierta y beber agua antes de acostarse es un clásico, patatas fritas y Coca-Cola al día siguiente, también, o cualquier tipo de fastfood. Últimamente, como ya el cuerpo no aguanta tanto, a veces me entra la pre-resaca, es decir, dolor de chola ya directamente después de beber tres copas, antes de acostarme. Eso sí que es un cortarollos… el truco es no beber nunca con el estómago vacío o habiendo cenado poco, sale más barato emborracharse, pero las consecuencias son desastrosas… Por cierto, esta tarde-noche me voy a ver el ciclo de Literatura y alcohol al Slaughterhouse… ahí seguro que se escucharán historias sustanciosas sobre este tema.»

Nuestro crítico de cine británico Steven Yates, que también vive en la capital de Alemania, comparte la elección de la Coca-Cola para el día después. «Opcionalmente la sustituyo por cualquier otra bebida gaseosa y como mucha fruta. O bebo más cerveza…»

Algo debe tener la cola embotellada, que inició en el alegre consumo de la cocaína al país más poderoso del mundo, cuando tantos recomiendan su uso medicinal. Tonino Guitián, el hombre de las mil caras, estrella de la televisión, del cabaret y reportero bélico de trincheras de cava y canapé, está a punto de editar su propio (y riguroso) manual anti-resaca, del que publicamos un extracto: «Lo primero que hago es localizar el dolor, puesto que el remedio varía si es en la zona occipital, parietal o en el hueso etmoides. Para remediarlo suelo masajear los huesos parietal y occipital colocándome en posición de rezar a la Meca sobre una alfombra -es importante que NO sea una alfombrilla sintética de Ikea- y ejerciendo presión con el cuerpo sobre el cráneo. Continúo rodando sobre mí mismo varias veces intentando no babear.»

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«Paso después a tomar una saludable tisana natural compuesta por poleo, anís verde, manzanilla, cola de caballo y 1.500mg de ibuprofeno machacado en un mortero de piedra. Luego, abro una lata de Fabada Litoral que caliento al baño María y me la como con una cuchara de café, que son las únicas que quedan limpias. Para pasar el trago de la fabada ingiero dos litros de Coca-Cola, un litro de agua de grifo y el zumo de dos limones. Después me ducho, para aliviar la tensión arterial, con agua muy caliente. Termino con una invocación a los santos (San Nicolás de Bari, Santa Rita, Fray Escoba) prometiéndoles que nunca más lo volveré a hacer, en total arrepentimiento mientras en mi mente se dibujan hechos inconexos que realicé durante la noche y que deseo que no hayan ocurrido nunca. Caigo en un profundo sopor en el sofá mientras busco alguna película calmante del tipo Quo Vadis.»

La actitud ante la resaca de Jesús García Cívico, escritor y profesor de Filosofía del derecho, podría titularse Be water, no porque sea su bebida preferida, sino porque su remedio se basa en fluir. El autor de Una casa holandesa no duda en que lo mejor es entregarse y sacarle partido, sin luchar contra lo inevitable. «El consejo que yo me atrevería a dar es disfrutar de la resaca. Insistir, perseverar en la resaca. No dejar de hacer nada por la resaca. Hacer vida normal y aprovechar la perspectiva lúcida que nos ofrece. Esto es, vivirla como la promesa finalmente cumplida del alcohol y en general de las drogas, aquella promesa acerca de la apertura a una puerta del conocimiento. El alcohol, como las otras drogas, sobre todo las eufóricas, es el camino más fecundo para conocer la realidad. Solo tienes que esperar a que desaparezcan sus efectos.»

Aunque la natural inclinación del crítico de cine Javi Cózar le sitúa en compañía de zombies y otros terroríficos seres fantásticos, es el único de los Hypers que no ha perdido la esperanza en el prójimo. A la hora de compartir la intimidad del malestar etílico hay que escoger bien. «Lo importante para mí no era cómo pasar la resaca, sino con quién. La resaca es un momento de vulnerabilidad muy potente que, en la compañía adecuada, puede servir para decirse cosas con una sinceridad difícil de encontrar en otros momentos. Gracias a una resaca he fortalecido amistades, o he empezado relaciones. Es una de las fases más infravaloradas de una cogorza.»

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La prevención es el arma de los prudentes, como nuestro webmaster, Damián Sánchez, cuya confesiones corren el riesgo de mejorar aun más su reputación entre la redacción, si ello fuera posible. «Para bajar el alcohol, especialmente tras las comidas navideñas, lo que hago es ponerme a hacer ejercicio y beber agua para quemarlo todo. Tras la cena navideña de los Hypers me puse a hacer kilómetros en la bicicleta estática, para intentar despejarme, lo malo es que me mareaba con tanto movimiento y, tras casi caerme dos veces, al final acabé en la ducha… Mi amigo el crítico de cine Germán Rubio, autor del blog A positivar, siempre me aconseja un Bloody Mary o, si no puedes con más alcohol, zumo de tomate. Aunque consejos de esos hay mil, desde no mezclar cuando bebes hasta tomarte por la mañana una copa de la última bebida que tomaste la noche anterior (consejo que se va al carajo cuando la noche anterior mezclaste).»

Como esta comunidad es tan amplia y tolerante como el número de sus lectores, acogemos en nuestro seno a dos sobrios certificados, cuyo capacidad festiva está fuera de toda duda, nuestro perro andaluz en Mumbai, el director de fotografía jerezano Dani Sánchez-López y el susurrador de almas Juan Solbes, también conocido como Juan, sin miedo. El primero, cuya capacidad para la jarana no necesita estimulantes, nos recomienda «Hypers, lo mejor para las resacas es no emborracharse. No pasar de ese punto en el que la gracia decae en torpeza. La noche es larga, pero hay pocos momentos brummel (distancias cortas) y la lengua ebria nos puede jugar malas pasadas. Pero pedir un vaso de agua puede provocar reacciones diversas entre tus compinches nocturnos, y ninguna positiva. Cuando me toca pedir la ronda, mi copa milagrosamente solo lleva coca-cola y hielo. Así se evitan campañas del gobierno tipo esto es lo que ella cree que está pasando, lobos de Wall Street, y resacones con tigres de bengala.» Mientras Solbes le secunda «lo que yo hago es no beber y es la receta que me funciona mejor…. Hay gente como mis hijas que toman medidas antes de beber y de tener resaca como tomarse un omeprazol… No sé muy bien cómo actúa pero dicen que les funciona…. A mí lo que mejor me ha funcionado ha sido tomar dos o tres chicles y un café… Para mí, mano de santo.»

El perro andaluz transformado en la Log Lady de Twin Peeks.

El perro andaluz transformado en la Log Lady de Twin Peeks.

El hombre de (la) moda, árbitro del buen gusto y shopping consultor Jesús Andrés, recurre a la flexión regular del codo derecho para sobrellevar sus alfombras rojas, de las que es azote implacable, aun a riesgo de sus ojos y sus neuronas. «Yo soy de los que echa mano del bendito ibuprofeno para remediar todos mis males: mi truco es tomármelo justo antes de meterme en la cama, para que vaya haciendo efecto mientras duermo. Tengo una amiga que vence el malestar a base de bocatas grasientos de lomo, bacon y queso… Otro amigo confiesa que para hacer frente a la resaca, nada como un buen plato de carbonara «a la española», es decir, cargada de nata. Yo, por el bien de mis arterias, prefiero seguir fiel a la química.»

La galerista Cristina Chumillas, codirectora de Pepita Lumier confiesa sin rubor «Mi primer remedio es salir de día. A las 12.30, hacer un previo cervecero, continuar con la comida compartiéndola con buen vino o más cerveza, seguir con las copas y a las 20.00 en casa. Al día siguiente, estás fresca y con ganas de más. Es lo único malo. Que quieres más y más. Si es inevitable la salida de noche, y al otro día estás libre, una cerveza a las pocas horas de haberte levantado y ¡milagro!, aunque otra viene en camino y puedes entrar en un bucle del que tu hígado acabé hecho paté. Foie si no te dan garrafa. Si hay que trabajar al día siguiente, vitamina C. Mucha. Toda. Y si hay opción de quedarse en casa, y ninguna de las anteriores es viable porque tu estado es lamentable y catastrófico, comida china. Empapa el alcohol de tu cuerpo al minuto.»

Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961)

El crítico y teórico del cine Rubén HIgueras hace gala de su erudición cultural para aportar algo de nivel en este tabernario debate. «Jajajaja. Aprovechando para recordar al recientemente fallecido Lemmy, ¿conocéis la famosa respuesta que dio a un reportero de Metal Hammer cuando le preguntó cómo llevaba las resacas? Chaval, las resacas son para los que dejan de beber…» Más o menos, lo que con más glamour y bajo el neón de Las Vegas, acuñó Dean Martin, el guapo del Rat Pack: La única manera de evitar la resaca es continuar borracho.

Y qué opinan los que juegan a dos bandas? Mark Insanally, el elegante empresario que dirige uno de los lugares más classy y boho chic de Valencia para tomar copas, el Café de las horas, expone su método, según el grado de la resaca: «Grado 1: una buena ducha, café fuerte con Julie London o Nina Simone como fondo y salir a tomar el aperitivo en plan Bloody Mary, cerveza o Bucks Fizz, y picar algo. Grado 2: 2 aspirinas, 2 dedos, volver a la cama, jurar nunca más, y cuando te levantes sobre las 6 de la tarde, comida potente- o india o china. Grado 3: Pedir perdón a Dios, dejar una nota de despedida.» También con música lo sobrelleva Miguel Caamaño, cuando emula  alguna de sus Vidas Salvajes: «El mejor remedio es desayunar antes de acostarse, mientras escuchas a Billie Holiday.»

Esto suena en la cabeza  de Mark Insanally cuando alcanza el grado 3.

Óscar Peyrou, escritor y crítico de cine nos recomienda: «Zumo de tomate con limón y ron blanco, así si ves a un invitado de smoking salir de detrás de un sillón, mientras desayunas, sabrás que no estás soñando». Por su parte, Carlos Madrid, director del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, nos sorprende con su remedio casero: «Chapuzón inmediato por la mañana en la playa o la piscina», o sea, que en invierno ley seca.

El testimonio de un experto profesional en cervezas no podía faltar. Txema Millán es uno de los colaboradores de EL HYPE que felizmente vive de su pasión, y por supuesto su consejo no defrauda: «La cerveza no da resaca», aunque en previsión «agua y Efferalgan antes de dormir y Efferalgan nada más despertar. Dormir tanto como sea posible.»

A partir de ahí, ya es cosa vuestra elegir el con, el sin y cómo vivir el después, Hypers.

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