The Neon Demon protagonizó la gran polémica de la pasada edición del Festival de Cannes y ahora llega a nuestras pantallas para que podamos juzgar si de verdad era para tanto. Nicolas Winding Refn da un paso más en su idea del cine como experiencia religiosa, siempre pagana eso sí, y construye un malvado cuento de terror gótico sobre el exacerbado e irracional culto a la belleza exterior que nos asola en la actualidad, y la envidia que genera el hecho de ser una persona pura de espíritu.
«The Neon Demon»
Protagonizada por Elle Fanning y por una robaescenas Jena Malone, The Neon Demon es una obra radical que, más que una historia lineal, maneja una serie de conceptos abstractos y metáforas que cualquier espectador un poco aplicado puede coger al vuelo. Una película que huele a clásico moderno, y que bebe de otras cintas de culto para crear su imaginería. Recordemos: Winding Refn antes que director es un cinéfilo empedernido con un gusto especial por las rarezas. A continuación, repasamos cinco de esos referentes.
Suspiria (1977)
The Neon Demon es una película de terror de autor, profundamente esteticista pero llena de significado. El modelo que ha tenido el director danés en su cabeza para conseguirlo es Suspiria, una de las obras más celebradas de Dario Argento. La fotografía de Natasha Braier bebe directamente del uso expresivo de los colores made in Argento. Y no solo eso, la película de NWR está llena de secuencias inspiradas en Suspiria. De hecho, uno de los posters promocionales de la película homenajea un momento clave del clásico de terror del cineasta italiano. Una cosa más, Elle Fanning es casi un trasunto de Jessica Harper, ya que, no solo es inocente y pizpireta, sino que también está perseguida por las fuerzas del mal.
Looker (1981)
No ha sido citada por muchos medios como influencia pero la conexión es clarísima. La cuarta película como director de Michael Crichton era una notable y ultra reivindicable cinta de ciencia ficción soft sobre el mundo de la moda, donde las modelos que aparecían estaban obsesionadas en ser perfectas. Para ello se operaban de forma enfermiza para tener las medidas exactas. Eso es lo que hacen precisamente las antagonistas del personaje de Elle Fanning en The Neon Demon. El aspecto y el estilismo de las modelos de Looker también se pueden ver en la última película del danés, así como ese tono fantastique sintético.
Mulholland Drive (2001)
Con Suspiria, la referencia más reconocible. The Neon Demon comparte un montón de elementos con la obra maestra de David Lynch. Unos Los Angeles de pesadilla, la historia de una chica rubia ingenua e inocente que se corromperá en la gran ciudad, esa narrativa que desafía las estructuras tradicionales, y un buen número de secuencias que apelan directamente al subconsciente del espectador. Y es que la nueva película de Nicolas Winding Refn es, en espíritu, el Mulholland Drive de esta década.
Beyond the Black Rainbow (2010)
Dirigida por Panos Cosmatos, se trata de uno de los filmes de culto más inapelables de la década. Un atmosférico, enigmático y telúrico relato de ciencia ficción, que casi no se parece a nada que se haya visto con anterioridad en la gran pantalla. Con The Neon Demon comparte esa cualidad de película acertijo de atmósfera casi de pesadilla, y esa simbología pagana donde las formas triangulares juegan un papel esencial: la feminidad y esa unión de lo material y lo espiritual, la realidad y el más allá. Beyond the Black Rainbow como The Neon Demon, es una experiencia sensorial convertida en celuloide. Las películas de Cosmatos y Winding Refn también comparten su apuesta por una banda sonora electrónica más que sugerente. Compuestas, respectivamente, por Jeremy Schmidt y Cliff Martinez.
Starry Eyes (2014)
Con Starry Eyes pasa algo curioso. No solo trata un tema parecido, sino que algunos la prefieren a The Neon Demon; sobre todo los detractores del cineasta escandinavo. Ahora bien, desde aquí recomendamos las dos. Es más, verlas seguidas puede ser una experiencia enriquecedora. Starry Eyes también tiene una protagonista guapa e inocente que acaba siendo devorada por una fuerza malvada; en este caso, una secta satánica. A cambio de su alma y su cuerpo, le aseguran fama y dinero: una carrera como actriz en Hollywood. La película de Kevin Kolsch y Dennis Widmyer bebe de La semilla del diablo y del boom del cine satánico de la década de los setenta para convertirse en uno de los títulos recientes de terror indie más sólidos.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!